El Amor de Clio

En la prisión

La prisión era sumamente fría e incluso caían pequeñas gotas desde el techo.
Sofía se encontraba totalmente asustada, nunca había estado separada de su madre.
Ahora entendía porque la gente del pueblo le temía a la nobleza. Ella era el claro ejemplo de inocencia, sin embargo nadie podía salvarla.

Con dolor comenzó a cantar una canción.

Todo va a estar muy bien
Saldré de aquí, libre seré.

En ese momento se escucharon unos pasos.

~Princesa Sofía. Habló una voz femenina.

~¿Princesa Sofía? Comentó observando a la morena.

~Sofia, siento mucho lo que pasó, Hugo está tratando de persuadir a Amber.

Sofía observó la mirada de Clio y enseguida se dio cuenta de que no se encontraba sola.

~Él es ...

~Soy el príncipe James, me disculpo por la actitud de mi gemela, lamentablemente mi padre no se encuentra y no podemos liberarte hasta que vuelva.

~Ya veo, contestó abrazándose de sí misma.

Mientras tanto Hugo se encontraba tomando una taza de té en uno de los salones del castillo.

~ Tú y yo somos iguales Hugo, por eso debes entender mi decisión. Mencionó Amber con altanería.

~Te comprendo y francamente me molestó que esa niña me ganará, pero ¿No crees que fue exagerado?, Si solo lo haces para darle una lección está bien, pero si no es así, podría causarte problemas.

~Lo hice por venganza. Ella tiene lo que yo no tendré. ¡Solo mírala!, Es feliz a pesar de ser una campesina, en cambio yo  ¡No lo soy!, Habló acercándose a él para tomar su cara.

Hugo se perdió en la mirada de la rubia y esta comenzó a acariciar sus mejillas. Hasta acercarse completamente a él para besarlo.

~Te quiero Hugo, pero no eres mío.

~Puedo serlo si tú quieres. Sonrió con malicia.

Hugo estaba decidido. Se convertiría en rey sin importar lo qué tuviera que sacrificar. El reino de Clio no era nada comparado con Encantia.

La vida de todos había sido afectada por la ausencia de Sofía. Los sentimientos de los niños se habían trastornado en una maldad y avaricia pura.

~¿De verdad? ¿Qué hay de Clio?

~¿Desde cuándo te importan los sentimientos de los demás? Contestó levantando una ceja.

~Sabes que siempre te he querido.

~Lo sé Amber, ahora hazme un favor y libera a esa niña, tengo otros planes para ella.

Amber lo miró con desconfianza, pero Hugo volvió a besarla y todas sus dudas desaparecieron.

~¡Guardias!, Liberen a Sofía. Exigió con firmeza.

James se encontraba intentando forzar la cerradura cuando uno de los guardias entró a la prisión.

~Príncipe James, lamento haberlo interrumpido.

~No se preocupe, solo seguía las órdenes de mi hermana y hacía sentir miserable a esta niña. Mintió cruzando los dedos por detrás suyo.

~Pues la princesa Amber decidió que debe ser liberada.

~¿Por qué cambió de opinión?, Intervino Clio.

James subió los hombros y se apresuró a liberar a Sofía.

Las manos de la joven permanecían marcadas por las esposas.
Sofía solamente las sobo y con dolor caminó hacia su libertad.

Aunque habían pasado tan sólo unas horas, le había parecido una eternidad.

~Lamento lo que pasó. Eres una gran jinete. Exclamó James llevándose las manos a la cabeza.

~Creo que no debí retarlo, él no es una buena persona.

~Te equivocas, no sé como lo hizo, pero logró hacer que Amber te liberará. Contestó Clio con seguridad.

~¡Alto ahí!, Gritó Amber mientras caminaba del brazo de Hugo.

James se puso frente a Sofía y la joven se aferró a su espalda con miedo. ¿Qué más podía pasarle? Ya había sido suficiente por un día.

~¿Qué pasa Amber? ¿No crees que es suficiente? Papá estará muy enojado cuando vuelva.

~Papá no volverá. Exclamó extendiendo un comunicado. ~Su barco se hundió.

James se dejó caer al suelo, mientras Clio intentaba consolarlo.

~Eso quiere decir que... Tú...

~Exacto, yo soy la reina.

~¡No puede ser! Tienes 16 años... No sabes cómo liderar un país.

~James, soy la heredera, sabré que hacer.

Sofía había planeado escabullirse entre la confusión, sin embargo, Amber la detuvo antes de lograrlo.

~¡En cuanto a ti! Quiero que le beses los pies a Hugo, mi prometido. Contestó soltando una risa.

Clio se quedó asombrada y Hugo solo le lanzó una sonrisa de satisfacción.

~Amber, Hugo es mi prometido. Intervino con dolor.

~Lo era, pero su futuro será mejor a mi lado, tú no tienes nada que ofrecerle. Hablaré con tus padres e intentaré remediar este error, por ahora conformate con James.

Clio apretó su vestido y giró su vista hacia James que se encontraba totalmente pálido.

~¡Acércate! Gritó Amber jalando a Sofía por el brazo.

~No besaré sus pies. Contestó con molestia.

~Ya no hay quien te salve de tu destino y si accedí a sacarte del calabozo fue solamente por petición de Hugo, así que le debes un agradecimiento.

Sofía lo miró y notó cierta maldad en el rostro del joven, sin embargo también existía bondad.

~Muchas gracias... Príncipe Hugo. Dijo haciéndole una reverencia.

Amber apretó los dientes y Hugo intento calmarla.

~Con eso me basta, mi padre me matará si se entera de lo que está pasando. Además, Axel y su buena conducta me perseguirán por siempre.

~Si así lo quieres... Tendré que liberarla.

~No me refería a eso, tengo otros planes para ella.

~Hugo, tú y yo somos amigos, por favor, dejala en paz. Suplicó James con impotencia.

~Hugo, yo tengo la culpa de todo, quisiera poder cambiar este destino y volver a ver al hombre del que me enamoré en el pasado. Ya no queda nada de él, ahora eres un ser despreciable.

~No me importan tus palabras, Clio. Quiero que esta niña se convierta en mi sirvienta personal. Es la mayor humillación que se me ocurre.

~¡No lo haré!, Haberme salvado no te da el derecho sobre mi vida.

~Mi padre te pagará, tú madre y tu podrán vivir mejor. Contestó con astucia

~Hugo, no me agrada, quiero que busques otro castigo, ella pasara más tiempo a tu lado.

~No hay nada que temer Amber, ella no se compara con una reina.

Nadie podría compararse a Amber. De otra forma, Hugo jamás podría ser un rey poderoso. Ya que en su familia era el segundo en la línea de sucesión, así que la princesa rubia era su único pase a la corona.