¡A trabajar!

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Cuando Roland escucho las palabras de Cedric, pensó en una idea que podría arreglar todo ¿Y si Sofía y Hugo volvían a estar juntos?, Sabía que era una locura, pero conocía perfectamente la situacion e intuía que el príncipe había tenido una buena razón para comprometerse años atrás.

~Debo ir a Albuquerque. Habló tomando uno de los sacos de su ropero.

~Pero, su majestad, el duque Charles dejó en claro que Hugo no se encontraba dispuesto.

~¿Desde cuándo hago caso a las imposiciones de otras personas?

Cedric soltó una ligera sonrisa de satisfacción, pues sabía que el rey tenía la misma idea que él.

En seguida Roland salió al jardín para abordar su carruaje. Sin embargo al escuchar la voz de sus hijas, decidió detenerse para despedirse antes de partir.
Sofía y Amber se encontraban en un picnic en uno de los jardines reales.

~Sofia, hablemos claro, ¿Piensas casarte algún día?, Preguntó Amber mientras apretaba las manos de su hermana.

~No me interesa el matrimonio. Contestó de forma concisa.

~Y... ¿Si el duque Charles te pidiera matrimonio?

El rey Roland se llevó las manos a la boca para acallar un pequeño gritó.

~No lo sé... No me había planteado esa posibilidad. No te puedo negar que es un hombre magnífico, ambos congeniamos muy bien, realmente no me había sentido así en años, ¡además!, Sus ojos son... Son como los de Hu. La joven se calló antes de terminar el nombre, sabía que si lo hacía, Amber le reprocharía.

Al escuchar esto, Roland abordó el carruaje más decidido que nunca. Ahora definitivamente hablaría con Hugo. No importaba la situacion en la que se encontraba el joven, todos aceptarían con gusto a la bebé que llevaba su linaje.
Por Sofía no se preocupaba, pues sabía que contaba con un gran sentido maternal y que amaría a la hija de su amiga como si fuera suya.

Mientras se encontraba volando por los aires, disfrutaba del viento que acariciaba su rostro.
Roland sentía una gran satisfacción que le provocaba una gran impaciencia por alejar al duque Charles de su hija. Algo en su persona, más la gran diferencia de edad, hacía que lo repeliera como prospecto para su hija menor.

Así poco a poco se fue perdiendo en sus pensamientos, sin darse cuenta de que ya había llegado al castillo de Albuquerque y el cochero esperaba que descendiera con la puerta abierta.

~Lo siento mucho, no me había dado cuenta. Habló mientras se acomodaba la camisa.

En ese instante el rey Garrick salió a su encuentro en compañía de su hermano.

~Es un placer verlo, rey Roland. Francamente extrañaba sus vistas. Saludo Garrick mientras apretaba su mano con euforia.

~Es un gusto volver a vernos en tan poco tiempo, apenas salí de su castillo hace unas horas. Recalcó Charles.

~Es un gusto saludarlos, quería disculparme personalmente con el rey Garrick por esparcir una noticia falsa sobre la muerte de mi hijo, además me gustaría saludar y dar un regalo a la recién nacida.

~Siempre será bienvenido. Lo hizo pasar Garrick.

Mientras caminaba por los pasillos del palacio, Roland pensaba en una excusa para poder hablar con Hugo a solas, sabía que Charles se encontraba un poco molesto por su plática de unas horas antes. Sin importar que el hombre le había prácticamente prohibido visitar a su sobrino, él sabía que no debía hacer caso, pues su corazón albergaba una pequeña esperanza.

~Hugo vendrá pronto, aún se está adaptando a ser padre.

~Hablando de eso, me gustaría conocer a la bebé y darle un regalo de parte mía y de mi familia.

Garrick sonrió con alegría al ver el pequeño chupón con terminados de oro en la anilla. Le parecía un regalo excepcional y merecedor de su pequeña nieta.

~Agradezco su regalo, Hugo estará feliz de recibirlo.

El rey condujo al hombre hasta la habitación de la recién nacida.

Roland no tardó en acercarse a la gran cuna de oro, para encontrarse con una hermosa bebé de cabellos castaños y ojos azules.

~Es hermosa, ¿Cuál es su nombre? Titubeó mientras tomaba la manita de la niña.

~Se llama Sofía. Sonrió Garrick con alegría.

Roland en seguida sintió una gran empatía por la pequeña. El nombre de su hija menor ahora era perteneciente a la bebé, del hombre que había amado gran parte de su vida.
Eso definitivamente era una señal, ¡Hugo aún amaba a Sofía!

El príncipe entró a la habitación sin previo aviso y se sorprendió al ver a Roland tomando a su bebé en brazos.

~Rey Roland, bienvenido. Hizo una reverencia.

~Los dejaré solos. Intervino Garrick cerrando la puerta.

~He venido para traerle un presente a tu hija y para darte mi más sincero pésame.

Hugo bajó la mirada e invito a Roland a tomar asiento en un pequeño sillón que se encontraba junto a la cuna.

~No me encuentro bien en estos momentos. Sollozo limpiando sus ojos.

~Eres muy joven, sé que estás sufriendo. Pasé por la misma situación, también perdí a mi querida Lorelei, pero la vida no se acaba, debes vivir por tu hija.

~Yo la amo más que a nada.

~No es el momento para preguntarte esto, pero es importante que me lo digas. ¿Aún amas a Sofía?

El príncipe se puso pálido y comenzó a titubear. Estaba a punto de contestar cuando su tío entró a la habitación.

~Hugo, recuerda lo que hablamos, debes... Tú sabes acompañarme a montar está tarde. Exclamó mientras salía nuevamente de la habitación.

El joven enseguida entendió lo que su tío trataba de decirle, no debía acercarse a Sofía nuevamente, ni siquiera pensar en ella. Pues había sido la causante de su dolor.

~¡No la quiero!, Aprecio nuestra amistad y todo lo que vivimos, pero no siento nada más por ella, nunca lo he hecho. Solo era un capricho que tenía, creía que podía sacar provecho de ella, divertirme un poco, pero ambos sabemos que Sofía es una mujer de honor. Dijo esperando que el rey Roland se desilucionara de él y lo dejara en paz.

~¿Por qué tu hija se llama Sofía?

~Clio se empeño en ponerle su nombre, yo no estuve de acuerdo, pero fue su última voluntad y yo debía cumplirla.

Roland dió una palmada en el hombro del príncipe y decidió retirarse, aunque sabía que las palabras del joven eran mentira, creyó que no era pertinente insistirle más. Al menos no por ahora.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora