Un nuevo enlace

879 50 28
                                    

Finalmente las trompetas sonaron. El primero en entrar, fue el príncipe Axel, seguido por su padre. Ambos lucían radiantes, sin embargo Hugo parecía estar apagado y sin ánimos.

~Sean bienvenidos a Corinthia. Habló la Reina.

El rey Garrick agradeció su gesto y así todos pasaron al salón principal.

~Mi hija vendrá en un segundo. Esta feliz de poder comprometerse con el príncipe Hugo. Fue su sueño desde que era una niña. Recalco haciendo que Hugo bajará la mirada.

~Tambien era el sueño de mi hermano ¡Siempre decía que se casaría con Clio! Contestó Axel de forma astuta.

Hugo lo miró con reproche, no obstante debía ser educado y seguir con la farsa.

Cuando estaba apunto de contestar, Clio apareció en la habitación. Se veía distinta, no parecía una niña pequeña, ahora era una mujer hermosa. Hugo nunca la había visto de esa manera, pero su nuevo aspecto le agradaba.

De inmediato su padre notó el repentino interés de su hijo, así que sin más lo hizo acercarse a ella.

Hugo cerró la boca y se aclaró la garganta.

~Te ves hermosa, princesa Clio.

Clio sonrió con alegría y le dio su mano para que caminarán hacia el centro del salón.

~Ya que estamos todos aquí, me gustaría pedir la mano de Clio para mi hijo. Él es un príncipe de buena familia, con sangre cien por ciento real. Ha sido educado a la par de su hermano para así crear a un gran lider y futuro rey, si esa fuera la situacion.

~Acepto su propuesta y sé que si mi difunto esposo estuviera con nosotros, lo aceptaría de igual manera, siempre considero a su familia la mejor opción para nuestra pequeña Clio.

Fue entonces cuando el rey Garrick le entrego la sortija de matrimonio a su hijo.

Hugo la tomó y caminó hasta donde se encontraba la princesa.

~Clio, nuestra vida siempre fue distinta, sin embargo, el destino nos unió de una forma muy impredecible y dolorosa para mí. No obstante, cumpliré mi palabra ¿Quieres casarte conmigo?, Preguntó mientras se ponía de rodillas.

Los ojos de Clio comenzaron a brillar y en un impulso se lanzó hacia él para darle un abrazo.

~¡Claro que seré tu esposa!

~Entonces debemos comenzar a planear la boda. En tres meses podría llevarse a cabo. Interrumpió la madre de Clio.

~Siento estar en desacuerdo, me gustaría que la boda se realizará lo antes posible.

Todos miraron con asombro a Hugo, por su aparente prisa. Sin embargo, él quería acallar sus sentimientos lo antes posible. Si pasaba más tiempo, corría el riesgo de arrepentirse y volver a los brazos de Sofía.

~Estoy de acuerdo con Hugo, también quiero casarme lo antes posible. Reafirmó Clio haciendo imposible que sus padres pudieran negarse.

Clio se encontraba en la misma sintonía que Hugo, ambos sabían perfectamente lo que podía ocurrir si dejaban que el tiempo avanzará y opinaban que "cuanto antes era mejor".

Los días avanzaban con velocidad. La madre de Clio había accedido con la única condición de que el matrimonio se celebrara en un mes. No aceptaría menos. La boda de ensueño que tenía planeada para su hija, no podría realizarse en tan poco tiempo.

Sofía se encontraba practicando en la pista de la escuela real. Apesar de haberse graduado años atrás, aún pertenecía al equipo de Derby regional.

~¿Te encuentras mejor Sofía?, Han pasado dos semanas desde que te enteraste del compromiso de Hugo. Preguntó Minimus.

~Estoy perfectamente, soy feliz por él. Me preocupaba perder a mí mejor amigo. ¡Pero eso no pasará! él siempre estará conmigo ¡Yo lo sé!, Sonrió intentando parecer animada.

James por otra parte, había tomado la noticia de manera menos optimista. Aunque intentará parecer calmado, su mente era un desastre. Día y noche pensaba en una forma de impedir dicha boda, sin embargo, no sería capaz de hacerlo en la vida real.

~¿Te pasa algo James? Has estado enclaustrado en tus pensamientos desde la mañana. Recalcó Sofía.

~No es nada, estoy concentrado en volverme el mejor caballero del reino.

~Lo serás. Contestó, mientras tomaba sus manos.

En ese momento Hugo llegó en su yegua y descendió justo frente a ellos.

Ambos jóvenes se quedaron asombrados ya que no habían sabido nada de él en al menos dos semanas.

~Parece que hubieran visto un fantasma. Habló mientras soltaba una de sus conocidas sonrisas.

~Pues no vimos un fantasma, pero sí a una persona que se olvidó de nosotros. Río James dándole una palmada en el hombro.

Sofía aún no podía articular palabra, no después de recordar lo que habían pasado semanas antes y la forma en la que ambos se despidieron.

~¿Sofía?, Habló James.

~Perdon, estaba distraída, me alegra verte Hugo. Susurro, mientras le daba un abrazo amistoso.

~Tambien me da gusto verlos.

~¿Te quedarás a la práctica?

~No puedo quedarme, debo volver a Corinthia, la madre de Clio es muy exigente y si tardo en llegar ¡Me reprendera!

Hugo dió una última mirada a Sofía y soltó una sonrisa discreta.

~Estan invitados a la boda... Solo si lo desean, si no es así, lo entenderé. Dijo antes de emprender el vuelo.

Mientras volaba por los extensos cielos, Hugo se reprochaba haber vuelto a la escuela real. Lo había hecho con la única intención de ver a Sofía, sin embargo, ahora se sentía culpable, ya que, algo le decía que no estaba cumpliendo con su palabra.

Aún recordaba su tacto, su aroma, la forma en que lo miraba. Definitivamente no podía olvidarla.
Mientras pasaba por una gran cordillera, Gritó lo más fuerte que pudo el nombre de su amada "¡Sofía!"
Ella no podría escucharlo, pero sabía que sus corazones estaban unidos. Por lo menos así sería, con su gran lazo de amistad, eso sería lo único que se mantendría vivo por la eternidad.

La princesa Clio había esperado a su prometido toda la mañana, su mente le jugaba mal, pero no quería imaginar cosas que no eran ciertas.
Sentía en el fondo de su corazón que Hugo no le correspondía y que se estaba metiendo en medio de un par de enamorados. Pero su sueño se estaba haciendo realidad, no podía dejarlo ir. La única forma en la que renunciaría, sería si Hugo se lo pedía, ella no podía hacer nada que lo lastimara, sin embargo, él no parecía querer faltar a su palabra.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora