La invitación inesperada

621 48 7
                                    

A la mañana siguiente, Sofía recibió una invitación para asistir a la carrera de Derby volador. Cómo antigua ganadora de la corona voladora, sería la encargada de entregar el premio a los nuevos estudiantes de la academia real.

La princesa en seguida arreglo su cabello y puso sobre sí un vestido sencillo, pero no dejando de ser elegante.

Significaba mucho para ella, poder entregar el premio que alguna vez la hizo feliz.

Hugo por otra parte, había recibido la misma invitación; su pequeña hija había clasificado para competir contra los caballeritos y para él era un gran honor haberla entrenado durante un largo tiempo. Sabía que la pequeña Sofi ganaría la corona, como él lo hizo años atrás.

~Estoy lista, te aseguro que ganaré, igual que tú papá ¡No te defraudaré!, Sonrió mientras saltaba alrededor de él.

Una hora más tarde ya se encontraban frente a la pista de carreras. Hugo no paraba de dar consejos a la pequeña Sofi, sin embargo la niña no lo escuchaba, estaba tan ansiosa por competir, que ni siquiera podía concentrarse.

~Ya debo irme. Habló antes de salir corriendo.

Hugo no entendía de dónde había sacado ese carácter tan hiper- activo. Ni Clio ni él tenían tanta energía durante su juventud.

Mientras la princesita Sofí corría por los establos, se topó con una joven que se encontraba acariciando a un viejo caballo volador.

~Lo... lo siento mucho. Tartamudeo al ver los ojos de la misteriosa mujer.

~No te preocupes pequeña, ¿Eres parte del equipo?, Preguntó mientras se agachaba para quedar a la altura de la niña.

~Lo soy.

~Alguna vez, también fui parte. Susurro con melancolía.

La princesita Sofí no se imaginaba que se encontraba frente a la mujer que había descrito su madre en las cartas. Sin embargo le había creado un gran apego emocional.

~Debo irme, el equipo me espera. Comentó antes de salir corriendo.

Sofía caminó hacia las gradas mientras observaba como la pequeña niña corría a montar a su caballo. Había algo en ella que le causaba interés, incluso había sentido un gran dolor al mirar sus ojos. Era como si una puñalada se clavara en su corazón.

La señorita Fauna guió a Sofía hasta su asiento. La princesa de Encantia se sentía abochornada. Era cierto que había sido la primera mujer en ganar la corona voladora, pero no creía necesaria tanta atención.

~Siento la tardanza. Se escuchó una voz.

Sofía de inmediato giró su vista para encontrarse con Hugo.
No sabía cómo reaccionar después de lo que había pasado la noche anterior. ¿Seguiría fingiendo? O simplemente ¿lo encararia?

~Asi que también te llamaron. Susurro sin ningún interés.

~Es un gusto volver a verte Hugo, y sí, así fue. Planean que entregue la corona al ganador.

~Ese también será mi trabajo. Espero que te mantengas alejada de mi, no quiero que nos vean juntos.

En ese momento Flora se acercó al palco, para saludar a ambos jóvenes.

~Me alegra verlos juntos de nuevo, espero que no se separen nunca. Guiño el ojo, mientras ambos se quedaban paralizados.

~Príncipe Hugo, ¿Puedo hablar contigo?

Hugo asintió y se alejó de la multitud en compañía del hada.

~Anoche vino tú tío, estoy al tanto de que quieres darle un regalo de cumpleaños a Sofía, pero aún no sabes qué. Así que pensé en ayudarte. Para ella es una gran emoción poder volver a tocar la corona que una vez los llevo a la victoria. Pensé que si le decía que fue tu idea, quizás las cosas entre los dos podrían avanzar.

Hugo se quedó en shock por unos momentos. No imaginaba cuál podía ser el plan de su tío o por qué quería saber sobre los gustos y aficiones de Sofía. Pero ya hacia tiempo que él había dejado de confiar en el duque.

~Se lo agradezco mucho, estoy seguro de que Sofía esta disfrutando éste regalo. Sonrió intentando parecer confiado.

Flora tomó con delicadeza el hombro del príncipe y con cuidado lo acerco a Sofía.

~¿Ocurre algo? Preguntó al ver que el joven se encontraba pálido.

~Nada Sofía, ahora sí no te molesta, me gustaría poner atención a la carrera, mi pequeña princesa esta compitiendo.

La competencia se encontraba muy reñida. El caballero Steph llevaba la delantera, seguido por Sofi. La princesita había comenzado a perder la esperanza después de haber pasado el campanario, ¡solo un milagro podría hacerla ganar!

~¡Hagamos la resortera voladora! sé lo importante que es para ti ganar esta competencia. Comentó su compañera de equipo.

La pequeña Sofi asintió con un poco de inseguridad, nunca habían practicado dicho movimiento y el resultado podía ser desastroso.

Sin embargo, debian arriesgarse ya que solo quedaban unos cuantos metros para que Steph pasará la línea de meta.

Todo pasó tan deprisa que nadie en las gradas notó lo que acaba de ocurrir, excepto Hugo y Sofía que conocían perfectamente las tácticas usadas por los participantes.

La pequeña Sofi logró rebasar a Steph coronándose como la segunda niña en ganar la corona voladora.

Fue así que con el premio en sus manos, la niña voló hasta donde se encontraban Hugo y Sofía.

~Gracias papi, todo fue por tu ayuda. Sonrió dándole un beso en la nariz.

Sofía recordó su encuentro con la niña horas antes. Aunque le había causado una impresión fuerte, jamás se habría imaginado que se tratara de la hija de Hugo.

~Es momento de que den unas palabras. Habló la señorita Primavera.

Fue así que Hugo y Sofía se dirigieron hasta el centro de la pista.

Todas las miradas estaban puestas en ellos, provocando que Sofía se sintiera apenada. Pero Hugo calmó sus nervios ofreciéndole su brazo.

En ese momento sintió que se remontaba a su época se niñez y el rubor de sus mejillas se encendió de inmediato.

Aquella noche Sofía no pudo dormir. Pensaba una y otra vez en lo que había ocurrido esa mañana, tomar a Hugo de la mano después de tantos años, había sido un sueño que no creía realizar.

En ese instante, una sombra volvió a aparecer en su balcón y sin pensarlo la princesa se acercó para recibirlo.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora