El veneno mortal

646 49 14
                                    

Sofía se encontraba tomando la mano de Hugo con fuerza, sin embargo, tuvo que soltarla ya que entre todo el alboroto apareció Charles frente a sus ojos.

~No debes preocuparte, la pequeña Sofi se encuentra con su abuela. Es bueno que pasen un tiempo juntas.

~Eso no es lo que me preocupa, sino que la reina Esther se niegue a devolverme a mi hija. ¿Cómo te atreviste a enviarla con ella? ¿Crees que tienes el derecho de mandar en nuestras vidas?

Mientras tanto Sofi se encontraba llegando a Corinthia, el lugar le parecía realmente hermoso, era como si hubiera pertenecido toda su vida a ese país.

~La reina Esther la espera en su estudio. Habló el mayordomo tomando su maleta.

Sofi caminó por los estrechos pasillos del castillo.
Aún había retratos de su madre por todas las paredes, desde que era una bebé hasta que se convirtió en una mujer madura.

Finalmente llegó a una puerta estilo barroco. Se entretuvo un poco observando cada figura tallada en la madera, olvidando por completo a lo que había ido a ese lugar.

Sin pensarlo, la reina Esther abrió la puerta, encontrando a la pequeña parada frente a ella.

Sus manos se encontraban juntas y sus ojos demostraban un arrepentimiento.

~¿Por qué no tocaste? No te culpo, seguramente tu padre no te enseño modales.

~Es que la puerta me distrajo, nunca había visto nada igual. Sonrió con ingenuidad.

~Pasa, beberás un té conmigo.

~Prefiero el chocolate caliente, es lo que tomó en esta época de año.

~El calor es muy fuerte en Corinthia dudo que quieras tomar chocolate. Contestó llamando a la servidumbre con una campana.

Sofí infló un poco las mejillas demostramos su descontento.

~En Albuquerque está nevando en estás épocas.

~¡Niña, no seas tan testaruda! Regaño su abuela.

~Esta bien abuela, ¿Cuándo volveré con mi padre? Llevo unas horas fuera y ya lo extraño.

~Pronto, ahora disfruta tu estancia en Corinthia, Carolina te llevará a tu nueva habitación. Dijo entregándola a una de las mucamas.

Fue así como pasaron algunos días, la pequeña niña preguntaba diariamente ¿cuándo podría volver a su hogar?, recibiendo diariamente la misma respuesta "pronto"

Hugo por otra parte, permanecía sentado con las manos en la cabeza, no podía comer, ni descansar, técnicamente no vivía sin su pequeña Sofi.

La princesa Sofía había llegado desde muy temprano para saludar al rey Garrick, sin embargo, necesitaba hablar con Hugo.

Charles la interceptó en la puerta tomando su cintura.
De inmediato Sofía hizo un gesto de descontento e intento separarse un poco, sin embargo, él la atrajo aún más hasta pegarla a su cuerpo.

~Te veo inquieta ¿Te pasa algo?

~Nada. Contestó girando su rostro para evitar que la besara.

Charles notó su rechazo y la rabia se encendió en su interior, así que en un ataque de celos, tomó su mano y la arrastró con él hasta una de las habitaciones del castillo, lanzandola sin piedad hasta la cama.

Los ojos de Sofía se volvieron sin expresión al notar lo que estaba a punto de pasar y sin pensarlo comenzó a llorar con fuerzas.

~Ya sé todo lo que está pasando, muero de celos Sofía. Si te hago mía, ¡Solo podrás casarte conmigo! Serás la deshonra de tu reino. Gritó haciendo que la princesa se tapara la cara.

~¡No puedo! Si ya sabes todo, te darás cuenta que amo a otra persona.

~A otra persona que te cambia cada que tiene oportunidad, él realmente nunca ha luchado por ti, incluso es malo. Ha envenenado a su padre por meses, ahora que tendrá el poder de Albuquerque, nada más le importa, ni siquiera tú. Dijo acercándose hasta donde estaba ella.

Charles tomó su rostro con fuerza y la atrajo hasta él para darle un forzado, pero apasionado beso.

Las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de la princesa y el hombre la soltó lanzandola nuevamente a la cama.

~¡Te dejaré por esta vez! Pero la próxima ¡no te salvarás de mi! Contestó antes de cerrar la puerta.

Sofía rápidamente salió de la habitación y se dirigió hasta donde se encontraba Hugo. Sabía que Charles lo había calumniado con tal de hacerla cambiar de parecer, pero ella creería en Hugo e iría tras él con los ojos cerrados.

Poco a poco abrió la habitación donde se encontraba su amado.

~Hugo, sé que estás triste, pero debes salir adelante. Sofi volverá. Sonrió derramando unas lágrimas de tristeza.

~¿Te ocurre algo?

~Me ocurre algo, pero no podré enfrentarlo hasta que estemos juntos. Contestó aferrándose a su pecho.

~Lo estaremos, prometo que estaré contigo para Wassalia, solo espera un poco más, todo cambiará para navidad.

Hugo tomó con cuidado su rostro y acercó sus labios delicadamente hasta los suyos.

Sofía pudo comparar la diferencia de besos entre Charles y Hugo. Uno era tan tierno y delicado, mientras que el otro era brusco e impulsivo.

Su cuerpo comenzó a temblar de miedo al recordar la mirada del duque. En sus ojos demostraba todos los celos e irá que había estado guardando por semanas.

~Charles puede vernos, contestó frenando el beso.

~No me importa lo que pueda hacer, si no nos revelamos, viviremos una mentira.

Ambos estaban perdidos en su mirada cuando una voz hizo que se separarán.

~Príncipe Hugo, recuerde que debe medicar al rey Garrick. Habló una de las sirvientas haciendo que el príncipe caminará rápidamente hasta la habitación de su padre.

~Volveré Sofía, solo espera un poco más. Contestó guiñandole el ojo.

En el pasillo se encontraba Charles con los brazos cruzados.
Cuando Hugo estaba a punto de pasar, lo tomó del brazo para atraerlo hacia él.

~Sé lo que estás haciendo, la vas a pagar muy caro.

~No te tengo miedo, ya no soy un niño. Contestó mostrando seguridad.

Hugo se soltó de su agarre y giró la manija, para entrar a la habitación de su padre.

Al verlo, el rey soltó una sonrisa resplandeciente.

~¡Campeón! Estuve esperando por ti.

~Ya estoy aquí papá, cuidándote como siempre. Sonrió dándole un beso en la frente.

~Estaría muerto si tú no me cuidarás.

~¡Yo no diría eso! Las gotas que te suministra tienen un veneno muy potente. Tú mayor error fue darle el poder de Albuquerque, ahora tu propio hijo se convertirá en tu asesino.

~¿De qué hablas Charles? Gritó Garrick con nervios.

~¡Guardias! Llevense al príncipe Hugo a las mazmorras, intento matar al rey. Procuren que sea la celda más miserable, donde ni siquiera entren los rayos del sol.

En seguida los guardias tomaron los brazos de Hugo y este comenzó a gritar de terror.

~¡Sabes que nunca lo haría, papá! Debe ser un error.

~¡No lo es! Tengo las pruebas de que estás gotas están matando a tu padre. Río Charles mientras los guardias arrastraban al joven por los pasillos.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora