Entra en razón

740 57 28
                                    

~Me casare con Charles. Gritó Sofia antes de azotar la puerta de su habitación.

Unas horas más tarde, cuando la tensión había bajado, Miranda se acercó hasta el cuarto de su hija, esperando no ser imprudente.

~Sofia... ¿Puedo pasar?

~Esta abierto, se alcanzó a escuchar a través de la puerta.

La reina abrió con cuidado y encontró a su hija con un pequeño cofre entre sus manos, donde guardaba todos sus recuerdos de infancia. Desde cartas hasta detalles de sus amigos.

~Todo era más fácil cuando iba a la escuela real y portaba mi amuleto de Avalor.

~¿Qué pasó con él?

~Lo lance al lago cuando Hugo se comprometió.

Flashback:

Sofía corrió lo más rápido que pudo. La despedida con Hugo la había dejado devastada. Ahora comprendía perfectamente sus sentimientos y sabía que lo amaba aunque intentará convencerse de lo contrario.

~Lo siento mucho Elena, no podré conservar el amuleto. Es mejor que lo tiré al lago, así no habrá problemas.

Fin del Flashback.

Miranda tomó el pequeño cofre y comenzó a sacar los recuerdos. La mayoría de ellos eran cosas de Amber, James y Hugo.

~Ese retrato fue de la obra musical. Dónde Clio interpretó el personaje principal. Hugo llevaba puesto un traje de murciélago ¡Puedes creerlo!

~Se veían tan lindos. Pero ahora que lo noto ¿La princesa Clio es la chica que se encuentra al fondo?

~No me había percatado, tienes razón. Nos observa desde lejos ¿Cómo no lo note nunca?, Recuerdo que en ese tiempo todavía no me llevaba bien con Hugo, pero Cedric insistió en hacernos un retrato para limar asperezas.

Sofía se sentía mucho mejor en compañía de su madre. La boda de Amber sería ese fin de semana y por primera vez en un año, vería de nuevo a su hermano James.

~Arthur está aquí ¿Por qué no bajas a saludarlo?

~Lo haré mamá, pero no voy a desistir de casarme con Charles, si lo hago. Será porque mi verdadero amor volvió.

~Hablaremos más tarde. Al igual que tu padre, yo tengo mis razones para no confiar en él, no es el hombre que piensas, tal vez en un futuro pueda contarte la historia.

Fue así que juntas bajaron al comedor.

Amber parecía una adolescente ilusionada, que no podía quitar los ojos de Arthur. Sofía a penas podía creerlo, ya que años atrás su hermana vivía perdidamente enamorada del príncipe Axel, sin saber que un tiempo después, le rompería la nariz.
El amor va y viene y los gustos cambian con el pasar de los años.

La princesa caminó hasta ellos para saludar a su futuro cuñado.
Arthur tenía un carácter gentil, distinto al de sus familiares y eso la hacía sentirse en confianza.

Mientras tanto, en Albuquerque, Sofi se encontraba jugando frente al lago.

Un brillo dentro del agua hizo llamar su atención. Así que rápidamente tomó un palo para sacar aquel objeto brillante.

~¿Un amuleto? Exclamó con intriga.

La pequeña niña no perdió tiempo y se lo puso en el cuello.

Esa tarde apenas se le vió en el castillo, pues se la paso todo el día en la biblioteca investigando sobre el amuleto de Avalor.

Hugo se encontraba preocupado por Sofi, ya hacía días que actuaba de forma extraña. Además su repentina fascinación por los libros lo mantenía intrigado.

El diario de Clio volvió a aparecer frente a sus ojos y decidió seguir leyendolo, sin darse cuenta que había llegado al final y las palabras de su esposa lo harían sentir desdichado.

08 de noviembre.

Estoy muy arrepentida por todo lo que hice en los últimos años. No fui una buena persona y me la pasé culpando a Hugo de mi dolor, cuando yo fui quién lo causo.

Fue mi culpa haber convertido a Sofía en una campesina, no recibí un castigo adecuado, al contrario, logré atar a Hugo a mí.
Siento un gran dolor por haber sido tan egoísta y me gustaría remediar el daño que cause.

Hugo: Si alguna vez lees este diario, no importa el momento, quiero que sepas que te amo, pero sé que no eres mío y no pienso forzarte.
¡Vuelve a vivir tu vida! Regresa con Sofía y perdóname por interferir en este hermoso amor.
Ella es una buena mujer que cuidara de Sofi aunque no sea su hija de sangre.
No dejes que nadie te impida volver a ella ¡Lucha por tu amor!

Hugo no soportó más y cerró el libro.

~Papi... No puedo permitir que el tío Charles se case con la princesa Sofía. Él no la merece. Gritó Sofi, mientras azotaba la puerta de la habitación.

~Creo que tienes razón ¡Dime tú plan!

Padre e hija se observaron con la misma mirada de picardía.
Nadie podía negar que compartían la misma sangre.

Finalmente, unos días después, había llegado el momento en que la princesa Amber desposaria al príncipe Arthur.

La princesa rubia se preparaba en su habitación.
Desde muy temprano todo había sido un caos, pues la joven esperaba que todo fuera perfecto y no era para menos, siempre había sido muy egocéntrica.

Los invitados habían comenzado a llegar y Sofía se encontraba ultimando detalles en su habitación. De un momento a otro escuchó que alguien abría la puerta.

Al girarse, observó a Hugo recargado sobre una de las paredes.
Su atuendo parecía bastante elegante, sin embargo, su porte lo hacía ver como un chico rudo.

~¿Qué haces aquí? Titubeó, dando unos pasos en retroceso.

Hugo comenzó a acercarse cada vez más a ella, hasta hacerla chocar contra una de las paredes.

~¿Por qué huyes de mi? No soy una mala persona. Finalmente habló.

~Después de lo que pasó hace 7 años, prefiero no comprobarlo.

~Entonces... ¿Te convertirás en mi tía? Sonrió de manera burlona.

~¿Tía? Si lo dices de esa forma me haces sentir vieja.

~De esa misma manera te veo yo, ahora no eres como una joven de mi edad, más bien eres, una señora grande con experiencia, ¡cómo mi tío!

Sofía apretó un poco los labios e intento articular una palabra.

~Soy muy joven...

~Querida tía, te acompañaré hasta el salón, seguro que tú prometido no podrá subir a buscarte, seguramente tiene problemas con sus huesos, osteoartritis le llaman, pero es lógico, teniendo a un hombre tan viejo como él.

~¿Qué estás tratando de hacer, Hugo? No me parece gracioso que te burles de tu tío.

~Él no es tan agradable como piensas, por eso Axel y yo nos burlamos a menudo de él ¡Ya verás! Terminarás haciendo lo mismo. Exclamó, mientras acariciaba sus mejillas enrojecidas.

Sofía sintió como su corazón comenzaba a latir y casi instintivamente, cerró sus ojos para recibir el beso de su verdadero amor.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora