La competencia.

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Después de el encuentro con Sofía, Hugo y Clio volaron hasta Corinthia.

Aunque la morena estaba feliz de recibir las atenciones de Hugo, sentía que no estaba bien lo que había hecho y cómo eso había afectado la vida de Sofía.

~Nunca había conocido a una mujer tan detestable, cree que puede vencerme en una carrera de caballos, una persona que no tiene idea de lo qué es el Derby volador o de la existencia de los caballos voladores. Exclamó Hugo apretando sus puños.

~No me gusta que te expreses así de ella. Antes tu la amabas ¡Más que a nada!

~¡Eso es imposible! Jamás la he visto.

Hugo bajo la mirada y se acercó hasta la ventana.

~¿No sientes que hay un vacío en tu vida? Comencé a sentirlo está mañana y me siento totalmente confundido. Nuestros padres arreglaron nuestro compromiso y eso me hace sentir inconforme. Me doy cuenta que no tengo derecho a elegir, aún así, debo acatar mi destino sin objetar.
Solo intento protegerte, por el bien de nuestros reinos.
Sé que aunque me imponga, perderé al final. ¡Dime qué te sientes igual!

Clio se quedó pensando por unos momentos. También se sentía inconforme, ya que había conseguido las cosas de la manera equivocada.

~¡Me siento igual! Y quiero arreglar las cosas, lamentablemente ni Sofía ni tú me dejan hacerlo.

~Nunca podré entenderte... Ahora, si me disculpas, debo entrenar con James. Tendremos una práctica importante en la escuela de caballeros.

~¿Escuela de caballeros? Tenía entendido que solo tomarías un curso para capacitarte y luego asistirías a la escuela de Corinthia. ¡Tú amas patinar sobre hielo!

~¿Qué? ¡Eso es absurdo! Mi padre dice que solo las chicas patinan sobre hielo. Realmente me estás preocupando Clio.

Clio apretó los labios y vio como el jóven salía molesto de la habitación.

Cuando Hugo llegó a Encantia, James lo esperaba con su armadura puesta.

~¿Cómo está Clio? Amber dijo que se comportó de forma extraña.

~No sé qué decir, no parece ser la misma. Hoy tuve una pelea con una jovencita de la aldea. Clio insiste en que es amiga nuestra, pero yo creo que está loca. Termine envuelto en una carrera de caballos.

~¿Contra una chica? ¡Eso es absurdo!, Rio James.

~¡Lo mismo pensé! Estoy en desacuerdo en que una mujer monte a caballo. Lamentablemente esta niña me reto y debo responder.

~Iré a verte mañana, será un espectáculo peculiar. Contestó recibiendo una sonrisa pícara por parte de Hugo.

A la mañana siguiente el príncipe comenzó a prepararse. Se puso su ropa de equitación y peinó perfectamente su cabello. Nadie podía negar que era el mejor jinete de la escuela real.
Sin embargo, Sofía había estado entrenando toda la tarde anterior. Su amigo Raoul tenía un caballo que la ayudaría a ganar. Aunque el corsel era demasiado delgado, serviría perfectamente.

~Creo que deberías descansar. Entrenaste toda la tarde y parte de la mañana. Habló Raoul viendo cómo los ojos de Sofía comenzaban a enrojecerse.

~¿Cómo creí que podría lograrlo? Él es un príncipe, nació para eso, en cambio yo ¡Solo soy una niña ingenua!, Antes de esto jamás había montado un caballo. Seamos francos, un palo de escoba no se compara a un corsel de verdad.

El joven se acercó con delicadeza y acarició sus mejillas.

~Lo lograrás, porque eres Sofía. ¡Vence al principe! De muestra que eres mejor.

En ese momento se escuchó un alboroto. El príncipe Hugo, el príncipe James, la princesa Clio y la princesa Amber se encontraban en Dunwiddie.

~Llegaron... Susurro con pánico.

~Recuerda lo que te dije. Muestrate segura.

Sofía se acercó hasta la imponente yegua del príncipe y le hizo una reverencia.

Hugo la vió de pies a cabeza y se dejó caer, quedando frente a ella.

~Te veo muy segura, debes ser una gran jinete como para enfrentarte a mi.

~Lo soy. Sonrió con alegría.

~Una chica no debería montar a caballo, no es bien visto. Afortunadamente tú no eres una princesa. Mencionó Amber señalandola con su abanico.

Toda la gente del pueblo veía con interés a Sofía. Ella estaba siendo muy osada. Nadie se atrevería a retar a un noble, pues su vida o libertad podrían depender de ello.

Ambos jóvenes subieron a su caballo.
Antes de recibir la señal de salida, Hugo y Sofía intercambiaron algunas miradas de odio.

Así fue como la carrera comenzó.
Para Hugo era sumamente fácil ya que solía volar en su caballo ¡Cabalgar era cosa de niños!, Electra por otra parte había escondido sus alas para evitar un revuelo entre la gente del pueblo.

Sofía no podía controlar a su caballo, así que salió a toda velocidad.

Hugo solo la miró con burla y se dispuso a seguirla. Quizás estaría mal, pero dado a que Sofía no sabía galopar, podría darle un ligero empujón para hacerla caer.

Fue así como se apresuró para quedar a su lado y poco a poco fue acercándose hasta estar lo suficientemente cerca.

Sofía lo miró con miedo y él tomo su hombro para empujarla, sin embargo, ella se aferro a su caballo.

Fue entonces cuando Sofía comprendió la importancia de la carrera y porqué debía ganar.

Como pudo agitó las riendas de su caballo e incremento la velocidad.

Hugo estaba tan preocupado por hacerla caer, que ni siquiera se había percatado de la seguridad en el rostro de la joven.

~¡Tú puedes Sofía! Se escucharon las voces de sus amigas ovacionarla.

Raoul se encontraba con una sonrisa resplandeciente, que aumento cuando Sofía cruzó la meta.

La joven bajó de su caballo y fue abrazada por la gente del pueblo. Sin embargo la futura reina Amber no se encontraba conforme.

~No te preocupes Hugo, yo lo arreglo, una niña jamás podrá vencerte. Exclamó tomando su hombro.

Amber caminó con pasos seguros hasta donde se encontraba Sofía.

~Princesa Amber, es un honor conocerla. Exclamó con alegría.

~No puedo decir lo mismo, ¿sabes quién es él? Es el príncipe Hugo de Albuquerque ¡Jamás pierde!, Así que por tu traición ¡Serás llevada al calabozo! Gritó señalando a los guardias.

~No puede hacer eso señorita, Sofía es lo único que tengo. Lloró Miranda aferrándose a su hija.

~Amber esto no es justo, no deberías.

~Clio tiene razón, esto es muy injusto. intervino James.

~No te atrevas a contradecirme, James.

Sofía fue tomada por dos guardias y Raoul se apresuró a sostener su mano.

~Todo se arreglará Sofía. Este es solo un mal sueño.

Y realmente era un mal sueño, una realidad totalmente alterna.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora