No mueras james

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La reina Esther se encontraba mirando el retrato de su fallecida hija, apenas habían pasado unas horas y no podía olvidar sus últimas palabras.

Flashback:

La reina había entrado a la habitación minutos después de haber nacido la primogénita de su hija. Clio se encontraba cargando a su bebé en brazos, mientras sus ojos lloraban sin cesar.

~¿Cómo te encuentras querida?

~¿No crees que es linda? Habló ignorando la pregunta de su madre.

La reina caminó hasta la cama y destapó un poco la carita de la recién nacida.

~Pero...¿Cómo es posible? No se parece a ti.

~Eso es cierto, es igual a Sofía, pensé en ella durante todo mi embarazo, pidiendo poder recuperar a mi amiga en esta pequeña bebé.

~No te entiendo.

~Yo le hice mucho daño a Sofía... Es mi forma de compensar a Hugo. Cada que vea sus ojos, recordara a su verdadero amor y podrá ser feliz.

~No me digas que él... ¡Ama a otra!

~Asi es, a la princesa Sofía de Encantia, pero yo lo force a estar a mi lado. Por eso quiero que está bebé lleve el nombre de mi amiga, tal vez así, en un futuro, puedan estar juntos de nuevo.

Su madre hizo una mueca de descontento.

~¡La niña no puede llevar el nombre de su amante!

~Sofia jamás intentó arruinar mi matrimonio, por eso yo me siento en deuda con ella... Mamá, sé que moriré, por eso quiero que me pases el diario que he estado escribiendo para mí bebé.

La reina tomó el libro y lo dejó en manos de su hija.

Querida Sofi:

Mi bebé adorada, esta es la última vez que escribo para ti, me encuentro muy mal de salud, pero siempre serás una bendición para mi y estoy feliz de dar mi vida por la tuya. ¡Nunca te culpes por esto! Yo lo hago con mucho gusto. Así que espero que seas una mujer de bien y logres todo lo que te propongas, yo no estaré para apoyarte, pero sé que tu padre lo hará.

Ahora sin mas preámbulos, te contaré sobre mi impresión al verte:

Eres tan pequeña, a penas mides 40 cm. Jamás había tenido a un bebé entre mis brazos, pero puedo decirte que es la mejor sensación del mundo. Tus ojos se abrieron poco después de nacer y pude notar que son tan azules como el mar. ¿Puedo confesarte algo? Durante todo mi embarazo observé el mar que se encuentra frente a mi ventana esperando que tus ojos pudieran igualar su color intenso y francamente estoy orgullosa, porque lo superaron en hermosura. Espero que algún día puedas disfrutar de esta maravillosa vista tanto como yo.

Recuerda que siempre te amare mi niña, así que después de terminar de leer este diario, tu padre te entregará 3 cartas a partir de que cumplas 6 años. Por cada una te cuento un secreto sobre mi vida. Además en la última te pediré que cumplas mi última voluntad. Para ese tiempo ya tendrás 8 años y podrás ayudar a que tu madre descanse en paz.

Sé buena con tu padre, estoy segura de que él te querrá tanto como yo.

Clio cerró el diario y lo mantuvo entre sus brazos.

~Madre, por favor dile a Hugo que pase.

La reina salió rápidamente al corredor y el príncipe consorte entró a la habitación para conocer a su bebé

Fin del Flashback.

Mientras tanto en el castillo de Encantia. Sofía se encontraba pidiendo ayuda para salvar la vida de su hermano, sin embargo nadie escuchaba sus súplicas. Al parecer, el tema de la muerte de Clio los mantenía distraídos.

Cedric había vuelto de vacaciones después de dar un semestre de clases en Hexley Hall.
Al escuchar los gritos de su amiga, no dudó en acercarse para ayudarla.

~¿Qué pasó?

~James... Él intento suicidarse. Lloró mientras se aferraba al cuerpo inconciente de su hermano.

~Elevatus. Conjuro Cedric, haciendo que el joven se elevará por los aires.
De esa manera le sería más fácil llevarlo hasta una habitación.

Mientras el príncipe volaba por los aires, la reina y el rey Roland se percataron de lo que ocurría y corrieron detrás de él.

~¿Qué pasó?, ¡Está sangrando!, Preguntó Roland con molestia.

~Él es un hombre que ama con intensidad y no merece morir. Susurró Sofía.

Cedric preparó una poción para que el príncipe la tomará.

Miranda subió un poco la cabeza de su hijo para que le fuera más fácil beber el líquido.

El muchacho tosió repetidas veces para después cerrar sus ojos para siempre.

~Lo lamento mucho... No pude hacer nada por él. Exclamó Cedric con la cabeza baja.

~¡No es posible! Gritó Sofía recostándose sobre el cuerpo ya sin vida de su hermano.

~Sofia... Debes tranquilizarte o te dará un ataque nervioso.

~Por favor, déjenme a solas con él. Susurro sin fuerzas.

La reina Miranda tomó del brazo a Roland que se encontraba hincado frente a la cama de su hijo.

~Salgamos Rolly.

Una vez estuvieron fuera, Sofía comenzó a desahogarse.

~No debiste hacerlo, todos te amamos, James. Lloró sin notar que una de sus lágrimas caía sobre su amuleto. Dándole un nuevo poder de sanación.

El amuleto se tornó de un color rojizo y se elevó para pegarse al pecho del joven.

Sofía no entendía lo que estaba ocurriendo, pero una ráfaga dorada penetró en su cuello, provocando que el joven respirara de nuevo.

~No...¡no puede ser!, Gritó con felicidad.

En seguida salió de la habitación y corrió hasta donde se encontraba su familia reunida.

~¡James está vivo!

~Sofia, también me duele la muerte de James ¡Él era mi gemelo! Es como si una parte de mí se esfumara. Sé que estás muy afectada, por eso tienes alucinaciones. Además ya dimos aviso a los reyes del Eterny reino. Contestó Amber tocando su hombro.

~Se los juro.

~Sofia nunca ha dicho mentiras. Intervino Miranda.

~Vamos a la habitación de James, aunque no sé si soportare ver su cuerpo sin vida. Exclamó Roland.

Todos se dirigieron a la habitación. Al abrir la puerta, notaron una silueta reflejada en los vidrios de la ventana. El joven se encontraba observando a través de los cristales. Su herida se había esfumado y no había quedado ni siquiera una cicatriz que pudiera probar lo ocurrido horas antes.

~¿Pasa algo?, Parece que acaban de ver a un muerto. Habló al notar la forma en la que lo miraba su familia.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora