Romeo Frustrado

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Capitulo O2 ~ Romeo Frustrado

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Estacioné el carro en el primer lugar vacio que encontré. Tomé un fuerte respiro, antes de mirar por la ventana.

Era 3 de Enero, el día en que las clases aquel nuevo semestre iniciaban. Los estudiantes llegaban emocionados, riendo y abrazándose con amigos suyos que no veían desde hacía varios meses. Yo solo los miraba por el retrovisor.

"Estúpida escuela..." mascullé dentro de mi cabeza, sintiendo como mis nervios se incrementaban conforme los segundos transcurrían. "Yo ni siquiera debería de estar aquí".

Sin nada aparte de miedo y temor, sutilmente ocultos detrás de una capa de indiferencia y egocentrismo, bajé de aquel lamborghini gris, el cual era, quizás, muy diamativo. "Debes de imponer respeto desde el momento en que pises el asfalto... ¿Que mejor forma de hacerlo si no llegar en un lamborghini con vidrios blindados?" desde cierto punto, las palabras de Erick tenían sentido... Claro, si es que quisiera llegar a dar la impresión de que estoy metido en asuntos de la mafia.

Bajé del coche, colgando mi mochila - La cual llevaba en vano ya que definitivamente no iba a estudiar - al hombro, con paso desganado, pero al mismo tiempo actitud de poseedor de todas las tierras a mil kilómetros a la redonda.

Si, las personas me miraban, y susurraban cosas al oído de su mejor amigo, pero al final de todo a mi me venía valiendo lo que ellos pudieran decir o pensar de mi actitud; no estaba en Perklin para hacer amigos, sino para encontrar a Quiroz, y poder terminar de una vez con todas todos esos líos de la sangre azul, para después poder irme y desaparecer de la vista de Baltazar y todo el consejo. Y tenía que ser lo más rápido posible.

Sin fijarme mucho en los demás, ni en sus rostros, ni en sus prendas, - Ya que temía encontrarme con... Alguien conocido- caminé por todo el estacionamiento, hasta llegar a la puerta de entrada, donde empujé la puerta con desdén para entrar.

El aire emanaba un no-se-que, aquella sensación de nuevo semestre, nuevo ciclo escolar. Esa emoción por conocer a nuevos compañeros, y pensar que quizás este año si te enamores de la persona correcta. Todos estaban con aquellos cursis pensamientos, excepto yo. No lo niego, también tenía aquella sensación de que eso era algo nuevo, pero no me podía enfocar en ella, ya que necesitaba encontrarla. Aunque algo dentro de mí, me maldecía, porque mi subconsciente sabía que no estaba buscando a Quiroz en aquel instante, buscaba a ver si de casualidad, veía una melena castaña moverse al ritmo del andar de una hermosa chica de un escaso -y a la vez, tierno- 1.60.

Me aventuré a echar un vistazo al pasillo principal. No me pude contener, a recordar cómo es que Leah andaba todos los días por ese mismo corredor, lleno hacia su clase de Historia o lengua. Maldita sea, Leah, ya lo dije. Ahora ya, oficialmente no me podía engañar a mi mismo al decir que no tenía ninguna vaga esperanza de encontrarla, y ver si me llegaba a recordar, o al menos, reconocer. ¿Que puedo decir? Soy una clase de Romeo Frustrado al no encontrar a su Julieta esperando por él en el balcón. O más bien, un Romeo forzado a cerrar la puerta para que Julieta no pudiera salir. Pero aun después de su acción, sigue esperando debajo del umbral de su balcón, a ver si de pura casualidad del Destino, Julieta encuentra la llave debajo de la alfombra. "Patético Justin, eres patético".

Un timbre irritante y monótono de exactamente diez segundos, anunciaba la entrada a la primera clase. "Maldigo a los Griegos... Gracias a ellos los menores de 21 tenemos que vivir 6 horas de esclavitud, 5 días a la semana."

...

Llegó la hora del almuerzo. Todos los estudiantes habían salido disparados hacia la cafetería. "El primer día siempre venden algo delicioso" escuché decir a algún chico, en algún pasillo.

Me dirigí hacia el armario del conserje, donde solía pasar mis recesos de comida hacía varios años atrás. Saqué el celular de mi bolsillo, y marqué el número de Josephine. Ella contestó al segundo timbre.

- Y... ¿Como te va, senior year? - bromeó la pelirroja. Ya hasta me podía imaginar cómo enrollaba su cabello en un dedo.

- No estoy para juegos.

- ¿Tan mal te ha ido? - asumió por mi actitud.

No me había ido de ningún modo, ni bueno ni malo, simplemente había asistido a clases como cualquier otro estudiante, mientras fingía escuchar la clase. No había sucedido nada negativo - ni tampoco positivo - que pudiera definir mi día...

- ¿Encontraron algo nuevo? - ignoré sus preguntas infantiles. Ella carrascapeó su garganta.

- Nada... Solo que hay una esencia extraña hacia Palmville, un recinto de casas al noroeste de la ciudad, a varios kilómetros detrás del Sunrise Mall. - yo asentí la cabeza.

- Estaré haya en dos minutos.

- No. - interrumpió ella, dejándome con la palabra en la boca. - Tú debes ir a la escuela.

- Josephine...

- Entiendes mi término, ¿No es así? - yo asentí, aunque ella, por obvias razones, no se percató de eso. - aparenta ser normal, socializa. Necesitamos que seas alguien un tanto...

- ¿Social? - aventuré. "¿Social? ¿Yo? Si, y Barack Obama gana un concurso de blancos..."

- Eso mismo.

- Josephine, tu sabes perfectamente como soy, eso es muy descabellado.

- Por eso es seguro que funcionará. - agregó ella. - vamos, has amigos. Tienes que conocer el perfil de cada uno de los estudiantes de perklin para poder hacer descartamientos sin margen de error. - me mantuve callado, escuchando atentamente. - Yo iré con Erick a echar un vistazo, en la tarde puedes ir tú. - me confirmó - hablamos luego. - dijo finalmente, para luego colgar. El timbre sonó por todo el lugar... "Mierda, Matemáticas".

C O N T I N U A R A ~

The Red Pawn~ Segunda Temporada <TERMINADA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora