Capitulo 34 ~ Valle de Lagrimas
Me tiré a la alfombra de mi habitación, mientras que me acurrucaba con mis propias piernas. Me sentía sola, deseando desaparecer de la faz de la tierra en un interminable silencio y una profunda obscuridad que fuera tan densa que ni con linternas se pudiera vislumbrar. Solo esperaba que de algún modo, todo acabara; que de un día para otro todo quedara en el olvido, y que parecía que lo apenas ocurrido hace unos cuantos minutos - Bueno, ya habían pasado Horas - era algo lejano, algo muy del pasado, tanto que lo recuerdas vagamente, y no puedes sentir dolor alguno. Simplemente algo que sabes que ocurrió, pero no sabes como te sentiste.
Dí aun mas vueltas en la cama de las que pensé que alguien alguna vez las podría dar. Al final, terminé recostada boca arriba, mirando hacia el blanco techo. Con las manos sobre mi pecho, sin encontrar calor, sollocé un poco mas.
No estaba consiente de nada; muy apenas me acordaba del tiempo, y de las horas. Para mi, era como un momento en el que el reloj no se movía; el reloj no avanzaba, lo que convertía todo eso en un sufrimiento agonizante sin fin ni fecha de caducidad. Esa era la primera vez que alguien me rompía el corazón... Bueno, aclarando, esa era la primera vez que "recordaba", alguien me había roto el corazón.
Admitía con vergüenza, quizás lo que mas me aterraba de todo eso, - por que sí, sentía terror, - era la inestabilidad. El no saber lo que me espera al día siguiente, el no saber que haré, o que ocurrirá. Eso me hace sentir muy impotente, demasiado vulnerable ante cualquiera; jamás había sido fan de los cambios, y sabía de anticipación que eso era un error y un defecto. Para mí, todo tenía que estar perfectamente planeado, todo tenía que ser parte de una rutina, y todo tenía que ser perfecto todos los días. Y ahora, la rutina que había conseguido con Peter hacía tres años, parecía no estar; había estado tan acostumbrada y apegada a ella, que jamás me había detenido a pensar: ¿Y que tal si las cosas no funcionan? Aunque la verdad, no lo había hecho ya que no pensé que necesitaría un plan de reserva... No pensé que existiría una rutina sin Peter.
Así es como, entre sollozos y pensamientos, de todo tipo de pensamientos, me oprimí en cama hasta que era tarde y era de noche.
- No puedes quedarte encerrada por siempre. - masculló una vocecita en mi interior. Lo sabía, pero quería que esas palabras fueran una pesadilla; mas bien, quería que el haber conocido a Justin lo hubiera sido, que pudiera Despertar, y que todo siguiera igual en aquel Tres de Enero. O quizás, debería de desearlo desde el Noviembre de hace tres años...
- Vamos, ¡Estas loca! ¡Sal ahora mismo! - la misma oprensiva voz me gritaba con mandato y enojo. - ¡Sal! - pero no, no podía. Si Sabrina me veía en el estado en el que estaba solo conseguiría problemas: Problemas de mi tratando de Explicarle todo, Problemas de Ella explicandole a papá... Hasta quizas, Problemas de Sabrina explicandole a Justin. No, eso no podía ser. Por lo que, quizas necesitaba maquillaje, lapiz labial, un buen corrector, y hasta quizas unas gotas para ocultar la irritación en los ojos de cuando uno llora, y es que los mios estaban tan rojos que se parecían a aquellos ojos de esos extraños animales que encontraba en el Rancho de mi tio Dylan, en Matamoros, cuando lo frecuentabamos. Creo que eran ¿Camaleones? Quizas, lo unico que recuerdo eran que tenían picos en la espalda, y eran de colores arenosos y verduscos. Así de camuflajeaban entre la maleza, y sobrevivían... Y si, tenían sus ojos rojos ya que, para defenderse, aventaban sangre por sus pupilas, ¿O era el Iris?
- Cinco Minutos Leah. - suspiré escuchando mi voz interna. - tienes cinco minutos para salír de esta cama, arreglarte, y seguir con tu vida. Tienes una niña que cuidar, y un millon de cosas que hacer. - Asentí con la cabeza, y en el acto dí media vuelta, quedando boca abajo. Tomé una almoada de algodón de ambos extremos de ésta misma, y lo estruje con mi cara. Después, ahogada con la tela, grité. Grité como si me hubieran robado algo preciado, Como si alguien hubiera muerto, como si Peter me hubiera dejado. Joder. Mierda. Carajo. Mierda. Joder. Ah.
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The Red Pawn~ Segunda Temporada <TERMINADA>
FanfictionA veces, morir no es un temor, es una opción. Pero para mí, es un destino que ni siquiera había firmado. Tenía miedos, preguntas, tantas preguntas que ni siquiera me había dado el tiempo de leerlas entre líneas, ya que estaban una sobre otra, amonto...