The Red Pawn~ Segunda Temporada <TERMINADA>

Enamorada del Mismo Chico por Segunda Vez.

Capitulo 37 ~ Enamorada del Mismo Chico por Segunda Vez.

3/3

Me sentía un desastre... Estaba hecha un verdadero desastre.

Bajé de mi coche, y caminé por el rocoso camino de tierra que te llevaba hacia la entrada al patio delantero de la casa de Justin. Sin tocar ni nada, solo abrí la Puerta tomando la llave de debajo de la alfombra; la conocía bien ya que muchas veces Justin o alguno otro de la casa no estaban para la hora en la que Sabrina y yo Llegábamos, por lo que le conocía la maña: esa llave no era una llave común, ni tampoco la cerradura; se tenía que dar dos vueltas completas a la llave dentro de la base para que encajara, y se abriera. Eso era algo que solamente yo y Sabrina, fuera de los cuatro habitantes de esa casa conocíamos.

Abrí la rejilla blanca, para después continuar con La Puerta de madera de Pino, y hacer el truco de las dos vueltas. La llave encajó a la perfección, y la puerta se abrió generando en ella un suave rechinído. Pasé, y la cerré justo detrás de mi.

La casa de encontraba totalmente vacía, al menos la primera planta lo estaba. Eché un vistazo a la cocina y el comedor, y estaban vacios. Miré en la sala, y tan solo estaba una lampara encendida. Ya deberían de estar dormidos, me dije. Había pasado mas de hora y media dando vueltas en el coche, por lo que ya eran las Once y Media de la noche, y conociendolos ya estaban con los parpados cerrados, sobre todo Josephine con su regla de "Dormir exactamente ocho horas para evitar las bolsas de los ojos y las ojeras".

¿Que haría ahora? No tenía nada de ganas de regresar a casa, menos por que sabía muy bien lo que en ese momento estaba ocurriendo; Bree, Tracy y Leo alarmadísimos con mi papá intentando localizarme. Toqué entonces mi bolsillo derecho, y no sentí mi celular. Lo había olvidado en casa, o tal vez si lo llevaba pero estaba en el auto. Aun así, eso era lo menos importante en aquel momento.

En ese instante, pensé en subir hacia la habitación de Justin, y hablarle. Escuchar su voz me tranquilizaría, y me haría sentir un poco de reconforte. Intentando no hacer ruido en las escandalosas escaleras de Madera, subí sigilosamente hasta llegar al pasillo principal. Allí, caminé prácticamente de puntitas. Pasé la habitación de Josephine, y la que conocía como la habitación de Erick. Y entonces, llegué a la habitación de Justin.

Con una suavidad de rosa, giré de la perilla. La puerta - casi a propósito - rechinó, provocando que cerrara los ojos fuertemente. Pero Justin no se inmutó, ni tampoco ninguno de ningún otro cuarto. Al final, la giré entera y entré.

La luz de la Luna (¿O un farol con luz blanca?) era lo único que iluminaba la habitación. La cama estaba acomodada pegada a la pared, dejando todo el costado debajo de la ventana, y en ella se encontraba Justin extendido a todo lo largo y ancho del colchón, dormido boca abajo y con sus piernas y brazos estiradas sin recelo. Sonreí... Se veía extremadamente tierno. La luz de la Luna (asumamos que era la Luna y no un Farol) chocaba con su cuerpo del modo en que su cuerpo desnudo del pecho se veía aun mas musculoso por el efecto de las sombras desde la vista de caía de la Luz sobre el. Los músculos de su espalda detonaban aun mas por aquel juego incesante de sombras, y la misma luz se reflejaba después en el suelo de madera. Estaba tan solo con un ¿Boxer? ¿Short? No lo sabía, no era lo suficientementegrande como ser Short, pero tampoco lo suficientemente pequeño para ser Boxer. Aunque bueno, tampoco es que hubiera visto muchos en mi vida... Como sea, digamos que tenía un Short puesto, y estaba enredado entre todas sus colchas.

Sin detenerme a pensar, me acerqué a la cama, y me puse de cuclillas junto a lo que era su rostro apachurrado contra el borde del colchón. Sus labios estaban juntos, como si fuera un bebé y estuviese haciendo puchero. Así mismo su cachete derecho estaba comprimido bajo su cráneo, lo cual lo hacía ver mas tierno aun. Entonces, toqué un mechón de su cabello rubio. Sus largas pestañas también eran víctimas del efecto de las sombras, por lo que se le veían aun mas largas.