El Precio De La Vida

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Capitulo O4 ~

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Sentí la presencia de alguien más en la entrada de madera. Suspiré, ¿Que parte de "No me molesten" era la que no entendieron?

- ¿Justin? - la dulce voz de Josephine se escuchó desde la entrada, mientras que yo solo veía el patio delantero, con una maya a lo lejos, muy lejos.

- Vete. - contesté sin prejuicios. Escuché sus pasos sobre las tablas de madera del suelo. Acto seguido, se sentó junto a mí, con sus pies en el escalón y su cuerpo sentado en el piso. Con ambas manos, cubrí los costados de mi rostro, viendo hacia mis piernas. Algunas veces, Josephine podía ser como una molesta e irritante hermana mayor.

- Vamos... Habla conmigo. - pidió mientras me miraba detenimademente.

- ¿Porqué habría de hacerlo?

- Por que de todos en esta casa, soy la única que te entiende. Y lo sabes, ¿Ya lo olvidaste? - ambos callamos. « ¡Que idiota eres Bieber! Con tu actitud solo le recuerdas a Josephine sobre...»

- Jose, nadie puede entenderme. Sé que mi situación es igual a la que tú tuviste hace años, pero aun así, nunca estarás en mi lugar.

- Yuro me dijo tu plan. - habló inmediatamente después de que yo callara. - Créeme. Sé que parece lo mejor, pero ¿Crees que meter a Leah en todo esto será bueno? - guardé silencio, mientras que Josephine suspiraba examinando las líneas de sus manos, que de algún modo determinaban su destino. Levantó la mirada con mucho pesar.

- Tú no sabes toda mi Historia con Nicholas, así como yo no sé todo sobre la tuya con Leah. - respiró profundamente. - Se que piensas que es lo mejor, que así el sufrimiento se irá, pero ¿Crees que Baltazar tenga piedad milagrosa contigo y ella? - se detuvo unos segundos. - El es el hombre más despiadado que eh visto en toda mi vida Jus... Jamás tendría compasión.

- Pero, ¿Y si Leah se une a nosotros?

- ¿Serias tan egoísta como para dejarla? ¿No ser libre? ¿Vivir con atadurias? - Levanté la vista por primera vez desde que Josephine había llegado hasta ahí. Su mirada era de real frustración, y en cierto modo entendía su punto. Ella vivía día a día con la culpa de haber matado al amor de su vida gracias a sus acciones, y a no querer dejar a la vida tomar un curso normal de las cosas. Gracias a ella, Nicholas jamás tuvo la oportunidad de vivir... Pero en mi caso, yo sería capaz de morir si es que Leah lo amerita.

- Conocí a Nicholas estando aun fuera de la secta. Era uno de mis mejores amigos, pero entonces Bárbara llego a mi vida, y... Tú sabes, me cambio. Aun sigo sin entender porqué entré a todo esto. - suspiró.

- Destino. - supuse.

- No, no creo en el destino. - fruncí el seño. «Pensar que eso mismo dirige toda mi vida...» - El destino es para perdedores que esperan sentados a que una fuerza llegue de la nada y los cambie, en lugar de cambiar ellos mismos. - «Ósea... ¿Soy un perdedor?» Confundido, me mantuve callado durante dos largos minutos. Eso era lo que, en cierto modo, yo hacía. Esperaba que alguna fuerza milagrosa apareciera de repente, y cambiara mi vida, así como lo hizo antes de entrar a la secta.

Sabía que no era humano, lo sabía y por eso estaba allí, para descubrirlo, pero el haberme aliado con inmortales como Baltazar o Yuro, no era un buen comienzo. Antes, quería probar lo que era la vida, probarme a mí mismo. Pero Leah le dio un giro de 180 grados a mi mundo, mostrándome que no necesitaba arriesgar mi vida para ser feliz, con ella bastaba, aunque ¿Como le explicaría eso al Justin de hace 4 vidas atrás que hizo un pacto con el primer vampiro de casta? Imposible. Malditos chupasangre, brujos de mierda. «El día en que consiga ser como ellos, lo rechazaré. No me interesa estar ahí, no solo para darle más vida a Baltazar y todo el consejo principal».

- Entonces, ¿Por qué estás aquí? ¿Y tus otras vidas?

- Yo no quiero saber que hago lo mismo en todas y cada una de mis vidas. No quiero saber que soy una asesina. Lo que me sacó de Arizona, era la monotonía. - suspiró. - tampoco es que mi vida fuera la mejor como para haberme quedado, digo, a nadie le hubiera gustado ser la hija menor en una familia machista, donde teniendo 5 hermanos mayores yo y mi mamá éramos las únicas que los atendíamos, tanto a ellos como a mi papá. - hizo una breve pausa - pero, esta tampoco era la salida. El meterme a la secta no haría mas que hacer de mi vida una pesadilla, definitivamente prefiero pensar que tomé la decisión equivocada, había más opciones...

- Entonces ¿Por qué accediste a unirte a Bárbara? - ambos callamos. Repentinamente,aquella había pasado de ser una conversación sobre Leah y todas esas clases de cosas, a ser sobre como cometimos el mayor error de nuestras vidas. El unirnos a un grupo como en el que estábamos, por promesas y palabras que no nos constan, sean verdaderas.

- Bárbara era como, todo lo que yo deseaba ser. - miró hacia la loza. - era fuerte, no le importaban los demás, una líder por naturaleza. Tenía valentía, se expresaba, era hermosa... Yo Tenía quince años! Era muy influenciable. - hizo una mueca, y regreso su mirada hacia el poco cielo gris que quedaba. - Pero le vendí mi vida... Y eso jamás se pagará solo por ser como ella. - ambos callamos.

Como ella misma había expresado, ¿Realmente le quitaría a Leah la oportunidad de vivir, solo para tenerla a mi lado? Más egoísta no podía ser. Y aunque me costara la vida no tenerla junto a mí, creo que sería aun peor saber que yo le quite todas y cada una de las oportunidades que tiene de vivir. Era obvio, ella quería formar una familia, quería ser feliz, tener un marido con un trabajo digno, y unos hijos bellos que todos los días después del colegio llegaran con un "Hola Mamá" y un beso en la mejilla. Y si la ataba a todo esto, no tendría ni la más mínima oportunidad de hacerlo. Egoísta, en todos los aspectos.

Lo último que me quedaba, era saber que ella sería feliz, fuese con quien fuese, aunque eso me quitara mi propia felicidad. Por más Duro que sonase, si ella era feliz, yo también, con ella, pero a la distancia.

C o n t i n u a r a ~

The Red Pawn~ Segunda Temporada <TERMINADA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora