13. Rey Roan.

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13. Rey Roan.

Luego de que la reunión terminara algo sucedió exactamente en la habitación de Clarke en donde me encuentro ahora mismo viendo la mancha de sangre negra en las sábanas, Lexa había muerto a manos de Titus en un intento desesperado de hacerla entrar en razón asesinando a Clarke pero para la mala suerte de todos nosotros Lexa se opuso y ahora estamos aquí. Esperando por la muerte de todos nosotros.

Nos habían encerrado, no sólo a Clarke y a mi sino que también a Murphy quien también se hallaba aquí. Estuve con la oreja pegada a la puerta las siguientes 24 horas tratando de oír qué es lo que nos harán pero sin embargo como si ellos ya supieran que yo estaría allí escuchándolos decidieron debatir el destino de nuestras vidas fuera de la Torre en donde mi gran audición no llegaba.

— El cónclave está empezando —Murmuró Clarke mirando por la ventana, le miré desde el piso en donde me encontraba.

— Bien ¿Puedes ver algo? —Fruncí el ceño al ver la alegría en las palabras de Murphy, le seguí con la vista mientras se acercaba a la ventana para ver el espectáculo—. Por favor ¿Ver a los terrestres destrozarse entre sí para saber quién tendrá a IA incrustado en su cerebro no las divierte?

— Por Dios, Murphy. Sé más amable —El nombrado me miró expectante—. Ni siquiera yo me divertiría con tal cosa, así que cállate y vuelvo a dónde estabas en silencio.

Voltee la cabeza al oír la puerta ser golpeada, Clarke se encontraba frente a ella pegándole con sus puños y una que otra patada.

— Clarke, tranquilízate.

— Oye, lo siento —Murphy trató de acercarse pero ella se alejó—. Se cuánto la querías, lo siento.

— Esto no tiene que ver conmigo —Murmuró sería para luego voltearse y acercarse a nosotros—. Tenemos que asegurarnos de que Aiden gane.

Y en eso la puerta se abrió, saqué mis garras y gruñí en dirección a Titus quien levantó las manos en señal de paz. Venía solo.

— ¿Viniste a terminar el trabajo? —Murmuró con odio Murphy viéndole entrar a la habitación.

— No —Respondió—. Vengo a cumplir la promesa que le hizo a Lexa. Pónganse esto.

Se acercó a nosotros y nos dio una bola de tela para cada uno, eran unas capas lo suficientemente grande para que no nos reconocieran.

— Clarke, la puerta que hemos golpeado las últimas 24 horas está abierta, vamos —Le dijo Murphy a Clarke al verla quieta en su lugar.

— Clarke, Murphy tiene razón. Vámonos de aquí —Murmuré.

Ella en cambio no respondió sino que le tiró la capa en la cara de Titus quien se encontraba sentado en uno de los sillones, si Clarke estaba mal él estaba peor.

— Mataste a tu comandante —Le recriminó la rubia—. ¿Cómo continuas libre?

— Soy el único guardallama —Respondió sin verle—. Por favor, si se van ahora pasarán desapercibidos entre la multitud que llegará para el cónclave.

— Ya lo oyeron. Vamos...—Murphy tiros de nuestros brazos para hacernos caminar, yo le seguí sin rechistar pero Clarke se soltó bruscamente.

— Necesito ver a Aiden antes.

— Eso no será posible —Respondió—. Los Natblidas comenzaron el ritual de purificación.

— Eso parece privado, Clarke —Habló Murphy intentado persuadirla—. Vámonos.

— No —Se negó ella para luego voltear a ver a Titus de nuevo—. ¿Dónde?

••••

Escuchaba desde un lado la conversación que Clarke estaba teniendo con un niño que no debía sobrepasar los 15 años, Murphy estaba a un lado de mi moviendo su pie impaciente y a decir verdad yo también lo estaba, quería irme de este lugar lo antes posible.

— Dime que protegerás a mi pueblo —Oí a Clarke.

— Todos lo haremos —Fruncí el ceño al oír la respuesta del chico, los demás chicos que se encontraban allí se levantaron luego de que él asintiera—. Lexa nos hizo prometerlo. La amábamos.

Fuera de mi camino...—Fue lo último que escuché antes de que la puerta se abriera rápidamente.

  Mis piernas flanquearon al ver a la persona que entró y si recuerdo bien su era Roan, pero no entendía que hacía en la Torre.

— Tú...

Miré a la chica que lo acompañaba, seguí su mirada asesina hasta ver que se dirigía a Clarke. Saqué mis garras rápidamente y gruñí posicionándome frente a Clarke. Ella era mi boleto de salida en este lugar y no dejaré que la mate.

Se acercó corriendo, empuje a Clarke lejos y tomé del cuello a la terrestre para luego tirarla al suelo abruptamente aún sin soltarla, vi como su cuchillo se dirigía a mí pero de un manotazo lo mandé lejos. Ella forcejaba en el suelo mientras que para mi era como ni siquiera estuviera haciendo fuerza.

— Es suficiente —Levanté la mirada y vi a Titus, resignada la solté para luego dar unos pasos hacia atrás.

Ella se levantó rápidamente sacando otro cuchillo de su pantalón pero antes de llegar a mi, Roan se interpuso. Ladee la cabeza confundida por eso.

— Deja el cuchillo, Ontari —Ordenó permitiéndome oír su voz grave, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.

— Tu madre está muerta gracias a ella —Gruño la chica aún sin bajar el cuchillo, dándome a entender que hablaba de la Reina de la nación Hielo.

— Vas a obedecer a tu rey —Y en eso, mi mandíbula cayó al piso.

Ahora ya sabía qué hacía aquí, él era el nuevo rey de la nación Hielo. Mierda.

— Otro hecho desafortunado que le tenemos que agradecer —Murmuró con enojo la terrestre llamada Ontari sin despegar su vista de Clarke—. No importa. Cuando sea Heda y el rey se incline ante mi, tú y cada una de la Gente Cielo morirá.

Miré a Roan o mejor dicho el rey, en busca de alguna mueca o algo por el estilo al escuchar eso pero sin embargo él la miraba como si fuera una simple hormiga a su lado y en eso sus ojos cayeron sobre mi, clave las uñas en la palma de mis manos al ver sus ojos.

— Roan —Murmuré apretando la mandíbula al punto de oír los dientes chillar.

— Straiheda —Una sonrisa apareció en su rostro—. Que encantadora sorpresa.

𝗠𝗮𝗹𝗶𝗮 |𝖡𝖾𝗅𝗅𝖺𝗆𝗒 𝖡𝗅𝖺𝗄𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora