Una adolescente de 17 años que fue encarcelada solo por el simple hecho de ser particularmente extraña a los demás.
El Arca manda a 100 prisioneros a la Tierra para poder probar si es habitable de nuevo, ella formará parte de esos 100.
El problema e...
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—Creo que salvar al mundo tendrá que esperar —musitó Bellamy entre medio de ambas chicas.
Todos se vieron con preocupación.
Tenían que salir de Polis lo más rápido posible, que la ciudad esté bajo el mando de Azgeda no era bueno y menos si el rey Roan estaba en su lecho de muerte.
Clarke rápidamente tramó un plan, mientras conducía a todos hacia la sala donde se realizaban las ascensiones de los comandantes, mandó a dos guardias a buscar a toda la gente de Arkadia que encontrará con vida. Abby estaba allí al igual que Kane y la rubia.
La puerta se abrió y por ella entró una fila de personas viéndose aterradas a su alrededor.
—Por aquí —dijo Abby.
A un lado de la puerta los ayudaba a pasar a todos para que fueran hacia el rover.
—Señor, son todos los que encontré —anunció el guardia entrando por la puerta—. Deje diez guardias en la puerta del templo. ¿Seguro no quiere que me quede?
—Llévelos a casa —ordenó Kane—. Iremos en cuanto se pueda.
Y el guardia desapareció detrás de la puerta trasera.
La puerta se abrió y por ella ingresó Malia seguida de Indra cojeando, Octavia y Bellamy. Indra al ver a Kane se acercó y lo abrazó con su brazo sano.
—¿Y bien? —preguntó Clarke.
Bellamy a su lado hizo una mueca de disgusto.
—No te va a gustar —respondió Malia.
—Cuando destruiste la Ciudad Luz había mil guerreros Azgeda en la ciudad de Polis —habló Indra.
—Que oportunos —comentó Octavia rodando los ojos.
—Solo podemos sacarlos a la fuerza —continuó Indra.
—Entonces hagámoslo —dijo Malia.
—Tranquila —musitó Abby—. Estás hablando de una guerra.
—Rockline, Flokru y Broadleaf se unieran a Triku sin cuestionar —informó Indra—. Pero aún somos pocos.
—Es una locura —murmuró Abby, volteó a ver a Kane—. Deberíamos irnos con los otros. Mientras hay tiempo.
Malia soltó un bufido y desvió la mirada.
—Saben donde vivimos —anunció Kane—. Si huimos, nos seguirán.
Abby desvío la mirada con desacuerdo y se cruzó de brazos. Kane soltó un suspiro y volteó a ver a Indra buscando alguna alternativa.
—Hay ocho clanes más —dijo—. ¿Cómo logramos que se nos unan?
—Puedo hacerlo —respondió Indra y volteó a ver a Clarke—. Pero necesito la llama.
