Una adolescente de 17 años que fue encarcelada solo por el simple hecho de ser particularmente extraña a los demás.
El Arca manda a 100 prisioneros a la Tierra para poder probar si es habitable de nuevo, ella formará parte de esos 100.
El problema e...
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"𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗼𝘁𝘁𝗲"
—¿Bellamy? —grité en un susurro buscándolo entre la oscuridad oyendo a lo lejos las pisadas de Murphy y los demás, cuando la voz de Chalotte llamó mi atención—. ¿Bellamy?
—¡Malia! —Al doblar en un árbol lo veo con Charlotte en su espalda pataleando y quejándose.
—¡Bájame! ¡Bájame! —No paraba de gritar así que me acerqué a ella poniéndome detrás de Bellamy.
—Escuchame, Charlotte. Estamos tratando de ayudar a que no te maten y si sigues gritando así, no sólo te mataran a ti, sino a nosotros tres ¿Bien? —Ella asintió—. Quédate callada.
—Maldición...—murmuró Bellamy delante de mi al parar de caminar, un acantilado se encontraba frente a nosotros.
—¡Bellamy! No podrán contra todos, damela —Gruñí al ver a Murphy salir de entre los arbustos y saqué mis garras lo más disimuladamente posible.
—Tal vez no, pero te garantizo que te llevaré conmigo —le respondió Bellamy dejando a Charlotte a mi lado y acercándose lentamente a él.
—¡Bellamy! ¡Basta! —La princesita salió de entre los arbustos seguida de Finn para ponerse entre medio de ambos—. Ya fue demasiado. Cálmense y hablemos de esto.
En un movimiento rápido, Murphy tomó a la princesita por el cuello poniendo un cuchillo sobre el haciendo que quede estática y con el corazón acelerado.
—Ya estoy harto de escucharte —Ya somos dos, pensé al oír a Murphy decir eso.
—Déjala...—dijo Finn tratando de acercarse.
—Apártate o le corto el cuello —amenazó apretando su agarre.
—No, por favor. No la lastimes —Escuché decir a Charlotte a mi lado.
—¿Que no la lastime? —preguntó Murphy con aires de diversión—. Muy bien, hagamos un trato. Ven conmigo ahora y la dejaré ir.
—No lo hagas, Charlotte —dijo Clarke rápidamente todavía bajo el agarre de Murphy.
—¡No! ¡Tengo que hacerlo! —gritó Charlotte mientras Bellamy la sostenía evitando que fuera tras el.
—Murphy, esto no pasará —dijo Bellamy poniéndose delante de nosotras en forma de protección.
—No dejaré que nadie más muera. No por mi culpa, después de lo que hice —Sentí como me tironeo la manga de la chaqueta haciendo que me agachara a su altura—. No debes esconder lo que eres en verdad, eso te hace especial...
—¿Qué...? ¿Charlotte? —Me regaló una sonrisa antes de darse la vuelta y mirar el acantilado—. ¡Charlotte! ¡No!
No se volteó a vernos, sólo se tiró y por poco casi lo hago también al tratar de agarrarla. Se tiró, sólo saltó.
