Una adolescente de 17 años que fue encarcelada solo por el simple hecho de ser particularmente extraña a los demás.
El Arca manda a 100 prisioneros a la Tierra para poder probar si es habitable de nuevo, ella formará parte de esos 100.
El problema e...
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24. Él me importaba
Dos días desde que el puente explotó, dos días desde que no hay rastros de los terrestres.
Tratamos de contactar con el Arca pero no hay señal, sólo silencio absoluto por lo que creemos que se quedaron sin aire. Nadie bajará a ayudarnos.
En estos dos días pudimos salir a cazar sin que los terrestres nos acechen. Creo que tenemos tanta comida que nos durará hasta el próximo año.
— ¡Fuego! ¡Fuego!
Moví mis orejas y miré a mi alrededor, me encontraba haciendo guardia. Le hice una señal al chico que estaba a un lado de mi y dejé el rifle en el piso antes de correr hacía dónde el olor a quedamo provenía.
Al llegar, pude ver qué diablos había pasado. La pequeña carpa en dónde teníamos las carnes, completamente rostisada con llamas flamantes saliendo de ella.
— ¿Qué diablos pasó? —Pregunté a un lado de Murphy, sí. Él seguía con nosotros.
— Todo esto es tú culpa...—Le miré con el entrecejo fruncido sin comprender, él le hablaba a otro chico frente a nosotros—. ¡Te dijimos que no pongas el fuego tan alto!
— ¡Hey! ¡Hey! ¡Basta! —Tomé a ambos, Murphy y el otro chico del brazo alejándolos—. ¡Ya! ¡Basta!
— ¿Bell, qué rayos vamos a hacer ahora? —Me volteé encontrándome con Octavia en el piso—. Era toda la comida.
••••
Había salido sin que nadie se dé cuenta, me había transformado completamente en mi parte coyote, andando en cuatro patas sobre la tierra.
Oí que no había más comida, toda la que teníamos se había quemado en el incendio.
Había logrado cazar varias cosas, tenía tres aves en mi hocico. Me había costado pero por lo menos había conseguido algo.
— ¡Allí hay algo! —Levanté mi cabeza con las aves en mi hocico y miré el gran muro frente a mi.
Los chicos que estaban haciendo guardia me estaban apuntando, les miré y hice brillar mis ojos.
— ¡Es Malia! ¡Abran la puerta!
Luego de unos segundos, me dejaron pasar. Entré todavía en mi forma coyote recibiendo una que otra caricia, era extraño pero agradable.
Me detuve en mi lugar y olfatee el aire tratando de hallar el aroma de Bellamy y lo encontré, estaba en la nave. Corriendo me dirigí hacía allí y pasé a través de las cortinas improvisadas que habíamos hecho.
Todos se voltearon a verme, todos completamente.
— Malia —Miré hacía un costado viendo a Bellamy salir desde la multitud que se hallaba allí dentro, el se agacho a mi altura y solté las aves dejándolas caer al piso—. ¿Saliste? ¿Por qué hiciste eso? Algún terrestre pudo haberte visto.
