Tu Cordura No Volverá || Creepypastas

Capítulo 44

Narra (TN)

Esta conversación se estaba tornando algo aburrida y sin mucho propósito hasta que se me insinuó bastante asqueroso y le pegué una cachetada con lo que el ambiente se tornó tenso y su expresión cambió totalmente, igual esto ya me tenia cansada.

Insane: no debiste haberme pegado niña.

— y tu nunca debiste de haberte fijado en mi ademas tu creíste que me fijaría en alguien como tu estas loco 

Insane: la verdad que si estoy muy loco y loco por ti 

Reí—  por favor no me hagas reír maldito sabes con cuantos locos me tope en mi vida tu no eres nada comparado con ellos incluso eres solo un niño que esta jugando 

Insane: ¿quien eres tu para que me compares con simples humanos? —tomo mi cuello y en unos pocos pasos me acorralo contra un árbol.

  — al fin muestra tu verdadera cara —tome el mango del cuchillo que había sacado de mi casa y lo saqué de la parte de atras de mi pantalón para apoyarlo en su cuello

Pero él solo ríe—  tu crees que con ese cuchillo lograrás hacerme daño

— La verdad es que se podría decir que encontré algunas cosas que dice, no con exactitud, las debilidades o puntos débiles de los demonios, por ejemplo si atravieso tu cuello logrando herir tu columna te dejare inconciente hasta que te recuperes.

Su expresión quedo seria y comenzó a apretar mi garganta pero así mismo no baje el cuchillo— ¿Dónde escuchaste eso? —cuestionó pero no podía contestar su apretón me impedía hablar incluso se me dificultaba respirar— ¡Contesta! —me apartó un poco del árbol para después golpearme contra el tronco.

Con mi mano libre tome su muñeca para clavarle mis uñas en su piel, cada vez se me dificultaba mas el respirar y cada bocanada de aire que tomaba dolía. Termine por tomar su brazo con ambas manos necesitaba aire, no conseguía mantener mi mirada sobre él pero si caí desmayada sería todo peor por lo que estaba luchando para mantenerme consciente, en un último instante, con la poca fuerza que me quedaba agarré el cuchillo con fuerza y le lance unos manotazos pero fueron muy predecibles por lo que los esquivó, aunque eso no evitó que siguiera hasta que en un descuido de él lograra lastimar su mejilla debajo de su ojo con lo que me soltó y se apartó unos pasos.

Me agache colocando mis manos sobre mis rodillas tomando grandes bocanadas de aire, era reconfortante volver a respirar.— ¡eres mas idiota de lo que pensé! ¿Como pensabas que hablará si no podía ni respirar? — acariciaba mi garganta.

Él gruño por lo bajo y levantó su rostro para ver que su herida se había curado dejando sólo unas gotas de sangre sobre su piel.— Esto será divertido —acotó molesto.— No creas que saldrás sana, la última vez logré quemar tu mano ahora haré algo mas con tu cuerpo.

Lo observé por un momento no sentía miedo, me sentía impotente su soberbia me daba asco cuando me recuperé me volví a enderezar y ha acercar a él, mientras que él solo se mantenía expectante con una expresión bastante fría y repulsiva, cuando lo tuve de frente levanté mi mano que sostenía el cuchillo con fuerza mientras separé un poco mis pies para tener mayor estabilidad, mientras que él solo se mantenía mirándome. Sus ojos negros estaban clavados en mi como queriendo descifrar algo de mi.— ¿Dónde escuchaste eso? —repitió entre dientes.

— ¿Cual es el problema de que lo sepa? Me tienes miedo

Una carcajada salió raspando de su garganta— ¿Quien te crees que eres? No tengo miedo de una simple humana solo se que el que abrió la boca le costará caro.

—entonces es cierto, el resto entonces también debe ser verdad —sonreí victoriosa al ver su rostro cambiar drásticamente a una mueca de desagrado.