Capítulo 33

705 47 6
                                    

Narrador omnisciente

La mañana siguiente (TN) despertó en el sillón contracturada pues dormir en una posición bastante rara le costó un dolor intenso en el cuello y hombros, lo que se solucionó estirado su espalda para atrás consiguiendo que todos sus huesos sonarán.

Luego de solo tomar un vaso de agua se dispuso a cambiarse de ropa necesitaba solo una cosa más para comenzar a planificar como resolver de una vez por todas esta situación tan distorsionada, para resumir su atuendo simplemente estaba vestida de negro, tomo la carpeta y luego de haberla guardado en una pequeña mochila, tomó un par de billetes de un cajón a decir verdad ya no le quedaba mucho, gruño por lo bajó pero rápidamente pensó en que no era importante ya nada importaba.

Esa noche con lágrimas rondando sus mejillas había tomando su decisión de una forma totalmente distinta que antes ya no tenía nada que perder no le quedaba nada por lo que los miedos y arrepentimiento habían desaparecido solo quería terminar con todo aún si su vida corría peligro, no le interesaba solo pensó en corroborar si esa información era verdad para poder utilizarla a su favor y con eso conseguir poner punto final.

Caminaba por las calles atenta a casi todo, estaba buscando algo mejor dicho alguien, sabía perfectamente dónde buscar por lo solo se concentró en llegar a uno de los barrios más pobres de la ciudad, pero para especificar pobre en aspectos estructurales ya que la gente que frecuentaba ese tipo de ambientes es bastante adinerada ya que casi todos lo que frecuentan esos lugares solo piensan gastar sus millones en bebida, mujeres, droga. Se preguntarán ¿que es lo que busca?

Se podría contestar que ese lugar reúne varios de los requisitos dónde encontrar a quién buscaba, se sentía bastante asqueada al sentir tantas miradas sobre ella y mas de una insinuación bastante asquerosa solo recurrió a colocarse la capucha de su sudadera e ignoralos porque un poco más y los mataría a todos. Al final de uno de los cajones se encontraban la entrada a una casa dónde ella creía que se encontraban aunque dudaba de que estuviera en un lugar de tan baja calaña, al estar en frente de la puerta respiró profundo y abrió la puerta, no se molesto en golpear por que al colocar su mano sobre la madera vieja y desgastada esta simplemente se abrió, ingreso a paso lento observando todo con detenimiento debía se haber algún indicio.

Avanzó exactamente unos diez pasos cuando de la nada la puerta se cierra de un golpe provocando que diera un pequeño saltó y una maldición se le escapó de entre sus labios, se había asustado. Recuperando su compostura continuó avanzando hasta que se detuvo al escuchar pasos detrás de ella, lentamente se dio la vuelta pero no encuentro nada mas que unos rasguños en la pared se acercó a los mismos pero no se pudo no llegó a estar ni cerca de los mismos ya que la tomaron de sus tobillos y la tiraron al pisó logrando que su cabeza impactará contra el mismo, se dio la vuelta rápidamente pero otra vez no había nadie se sentó en el suelo y llevo una mano a su frente para notar que tenía sangre, consiguió suspirar agotada y se levantó para colocar una de sus manos en el bolsillo de su sudadera y tomar el mango del cuchillo que escondía. No estaba del todo segura dónde se metió pero no había vuelta atrás, recordó varios consejos de sus amigos y en vez de mirar a los costados o al piso en busca de respuesta miro el techo y lo encontró.

Él al reaccionar que lo habían visto se le abalanzó sobre ella como una bestia enfurecida, sedienta en sangre mientras que ella conociendo esas tácticas solo se apartó rápidamente de su ataque consiguiendo que el joven quedará estampado contra el pisó.-maldita eso me lo pagarás-gruño por lo bajo Kagekao.

(TN): yo creo que estamos a mano me hiciste dar un golpe feo- se saco la capucha.

Kagekao: ¡(TN)! -esta vez sólo se abalanzó sobre ella para abrazarla- ha pasado tiempo del cual no nos vemos.

Tu Cordura No Volverá || Creepypastas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora