15. Si no puedes contra ellos...

9 0 0
                                    

—No, no, NO.

Había pasado una semana desde que José Luis aprendiese a concentrar su aura. Las chicas habían regresado a casa de Marco solo el miércoles para intentar relajarse y encontrar su aura mientras que Chelis era instruido por Marco sobre hechizos defensivos. Lamentablemente no lo estaba haciendo nada bien.

—¡Tienes que imaginar que tu aura forma un escudo de hierro! —le ordenó Marco nuevamente—. ¡Im-pe-ne-tra-ble! —silabeó el joven.

—Es lo que intento —refutó José Luis.

En su siguiente entrenamiento Lorena se había resignado a no hacer grandes avances. Las emociones de frustración por parte de Chelis y de desesperación por parte de Marco eran demasiado fuertes como para ignorarlas.

—No, no lo intentas —le reclamó Marco—. Estás haciendo lo mismo que estabas haciendo el miércoles: obligas a tu aura a expandirse enfrente de ti, pero no la visualizas como un escudo. La sigues visualizando como una simple luz.

—Por supuesto que no —repuso el muchacho molesto.

—¿Entonces por qué mis ataques atraviesan tan fácilmente tu supuesto escudo? —le cuestionó Marco.

José Luis se mordió un labio. Marco le había estado mandando rayos de aura que tenían por objeto dejarlo ciego durante cinco segundos. El aura verde metálico de Marco atravesaba el aura del otro joven como si esta no fuera más que un montón de humo.

—¿Tan importante es la visualización?

Lorena no se había percatado de que Gabriel estaba observando atentamente la escena. Ya se había quitado su traje de artes marciales.

—Lo es todo —le respondió Marco observando atentamente a Chelis—. Sin visualización no puedes hacer nada con tu aura. Debes concentrarte realmente en lo que quieres lograr. Y tú, José Luis, no lo estás haciendo.

—Intentémoslo una vez más —propuso el joven.

A Lorena aquello no le gustó. Su amigo se encontraba ya bastante tenso, casi enojado con Marco.

—De acuerdo —aceptó Marco concentrando su propia aura en sus manos.

José Luis concentró un poco de aura en sus manos para después arrojarla frente él con el fin de crear su escudo al mismo tiempo que Marco le lanzaba el rayo para dejarlo ciego. Sin embargo, hubo algo que no marchó bien. En lugar de formar un escudo el aura de color verde oscuro formó una esfera que se dirigió directamente contra Marco, deshaciendo en el camino el rayo de ceguera.

—¡Cuidado! —gritó Lorena.

Marco inmediatamente se arrojó al suelo evitando que la esfera de aura de Chelis lo golpeara. El aura continuó su camino hasta estrellarse contra un árbol, el cual se chamuscó totalmente donde fue tocado por el aura del muchacho.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó Gabriel a Marco dirigiéndose hacia él para ayudarlo a incorporarse.

—Creo que sí —le contestó Marco tomando la mano que le extendía Gabriel.

—¿Qué demonios fue eso? —preguntó Chelis bastante sorprendido.

—No estabas pensando en crear un escudo, sino aparentemente en chamuscarme —le contestó Marco dividido entre la diversión y la desaprobación—. El aura hace lo que tu mente le indique.

Las chicas que habían visto la escena pensaron en las implicaciones de aquello. Entonces realmente tenían que tener una muy buena concentración para poder realizar magia.

—Bueno, por lo menos espero que esto te haya servido para que contemples por ti mismo como tu aura no es solo un montón de luz bonita —expresó Marco nuevamente encarándose hacia él.

Libro RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora