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«Regalo»
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  Sintiendo su cuerpo pesado se dejó caer sobre su colchón.

  Eran las cuatro de la mañana, y estaba seguro de que sería una falta de respeto molestar a su Hyung y a su bebé a esa hora para llevarlo a su propio departamento.

  Teniendo en cuenta que su cuerpo se veía consumido por el dolor y aquella fuerte presión en su pecho de culpa, veía algo bueno de no poder dormir con su pequeño hijo.

  Cerró sus ojos. Las imágenes se repetían una y otra vez en su mente, aún sentía aquel asqueroso tacto en su piel y no quería ver el resto de su cuerpo. Estaba seguro de que se encontraba lleno de sangre donde la ropa le provocaba ardor al moverse de manera brusca.

  Con desgano, sintiendo su cuerpo pesado, caminó directo a su habitación y se dejó caer sobre el viejo colchón.

  Su labio tembló, y sabía que sus ojos comenzaban a aguarse de manera rápida e instantánea, bañando sus mejillas  hasta llegar a la almohada.

—Lo siento. — sollozó en un murmuro —Lo siento tanto JiMin... — sus labios se abrieron de manera desesperada tomando aire —Realmente n... no quiero esto. — su pecho subía y bajaba con rapidez, con su brazo tapó su rostro y mordió con fuerza sus labios para que sus sollozos no se sintieran en todo el edificio.

  Quizá, nunca en su vida se había sentido tan despreciado y utilizado; y el tener aquellos billetes en su bolsillo solo hacía que la culpa lo remordiera con fervor hasta quitarle el aire como con una soga.

  Sobre sus mejillas la sangre de sus labios se mezclaba con sus saladas lágrimas, mojando tanto su remera como las pobres sábanas bajo su espalda.

  Su cuerpo tenía grandes espasmos y no podía diferenciar muy bien el que fuesen de frío o dolor.

  Sus párpados hinchados por el llanto y el maquillaje tapando sus  marcas lo acompañaron hasta aquel viernes doce de Octubre, su primer día libre luego de llenar su bolsillo con aquel dinero que le repugnaba y que odiaba usar.

  Se sentía terriblemente mal pero lograba disimularlo gran parte de su día.

  La curiosidad de saber el por qué de las cartas se había transformado en una gran ansiedad que lo carcomía al no recibirlas como antes.

  Caminando por las frías calles de Seúl entró a una tienda que llamó su atención en cuanto pasó por aquellas vidrieras simples pero atractivas.

  Yendo directo a un pasillo de colores semi oscuros con un gran cartel en otro idioma, se encontró con variados objetos que llamaban su atención.

  El silencio del lugar lograba que su mente se relajara y adquiriera una tranquilidad  casi inducida. Estaba seguro de nunca a ver visto esa tienda, o quizás era la primera que observaba tiendas con la verdadera intención de comprar algo.

  Dio un suspiro algo pesado, y mordió su labio.

  ¿Qué podría regalarle a su pequeño hijo?

⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora