⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ

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«¿Creíste...?»
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   Entre sus manos los abrigos para ambos niños colgaban sin más.

   TaeHyung se aseguraría de abrigarlos bien a ambos para que no sintiesen el cruel frío a las afueras.

   Estaba seguro que ambos, o más bien los tres, parecían bolas de abrigos andantes, pero poco le importaba.

   Se fue turnando para abrigar a ambos niños, colocando bufandas, gorros y subiendo un cierre tras otro de cada campera que le cruzase.

   JiMin comenzó a quejarse cuando el quinto abrigo se avecinó y TaeHyung supo que debía parar o ni siquiera podrían moverse.

   Sonrió mirando la mueca de su hijo.

—Minnie afuera está helado, no quiero que ninguno de los se enferme. — dijo mirando a YoonGi, quien luego de entregarle el regalo a JiMin se había mostrado un poco más animado luego de desayunar.

   El menor no había mostrado indicio alguno de querer quejarse por los abrigos que el Omega le ponía, al contrario, en su rostro parecía ser que la vergüenza predominaba sobre el enojo.

   TaeHyung dejó un momento a los niños para terminar de abrigarse y buscar el dinero.

   Aquella sería la primera vez que saldrían de la casa así, y realmente se sentía sorprendido porque había logrado que muchos de sus temores se alejasen de él durante unas horas.

   Estaba decidido a hacer que los niños pasasen un buen momento, antes de que JungKook despertase y la justicia cayese frente a ellos en busca de pruebas para retirárselos.

   Mordisqueando su labio controló que estuviera en orden de manera veloz y luego dijo:

—¿Listos?

   YoonGi asintió al igual que JiMin y al instante no esperaron mucho para salir del edificio.

   TaeHyung miró a su alrededor, y descubrió que el único camino que conocía desde allí era el del hospital, y como mucho, quizá recordaba el de la estación de policías.

   TaeHyung suspiró, y pensó que podría llamar a un taxi quizás, pero al instante se rindió, no tenía tanto dinero, y quería comprar cosas a los pequeños también.

   Negó levemente con su cabeza, no quedaba más que caminar hasta que las tiendas apareciesen, y si le sobraba dinero al regreso, lo utilizaría para no volver caminando con los niños.

—Minnie, Yoonie. — llamó para que los menores no se alejasen demasiado de él.

   De inmediato dos pequeñas cabezas con gorros coloridos se pegaron a su costado.

   TaeHyung estiró sus manos para tomar las de los menores y comenzar a caminar hasta donde sabía que había numerosas tiendas, siguiendo el camino que lo llevaba directo al hospital.

   Entre juegos y bromas avanzaron entre las calles junto al helado clima que no cesaba.

   Al contrario, parecía que el frío calaba entre sus ropas, y TaeHyung no podía encontrarse más que confundido, no sentía tanto frío como otro día, por más que pareciese que aquel era el peor, tampoco veía a gente en la calle, y eso lograba ponerle los pelos de punta.