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«Beta...»
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    Bajo la atenta mirada de los guardias en la entrada del lugar, avanzó con extrema dificultad hasta la barra.

  Los toqueteos en su cuerpo comenzaban a ser insoportables y aquellos fuertes agarres le asqueaban sin dudarlo.

  Entre Alfas, Betas y otros Omegas, sentía que su diminuto cuerpo era observado por millones de ojos a su alrededor, cientos de ellos en su nuca –maquillada– y otros cientos en sus ropas, de seguro.

  Llegando a la barra el barman se acercó con una sonrisa coqueta, deslumbrante, que parecía hacer estragos en el resto de las personas del lugar. Lo primero que pudo visualizar fue aquel cabello naranja que resaltaba de los demás, su ropa se adhería a su cuerpo como si fuera hecha a medida, y capaz así lo sea. Su mirada brillaba en un deje de diversión y lujuria, parecía haber estado tomando y permitía que el resto de los clientes tocaran todo lo que él dejara a la vista, los gritos para ganar su atención se escuchaban desde las afueras del bar y parecía tener una desbordante confianza.

  Tragó con fuerza y rascó su brazo medio incómodo al verlo acercarse con una sonrisa. Olfateó levemente sin encontrar ningún aroma en él y de algún modo se sintió un poco seguro.

—¿Deseas algo muñeco? — la voz del barman sonó sobre su oído a pesar de la cantidad de ruido que había. El sujeto se había acercado lo suficiente para que así fuera, y TaeHyung lo sabía. Notaba que el muchacho poseía una voz no muy grave, pero totalmente profunda a la hora de habar de sea manera, ofreciéndose a todas las personas.

  Mordió su labio y negó.  Dudando de haber seguido consejos desconocidos, preguntó sintiendo su voz temblar.

—Quiero, uhm, hablar con el dueño del lugar.

  El muchacho dejó que su sonrisa se agrandara hasta su punto máximo, consiguiendo de manera casi inmediata que los gritos de la gente detrás suyo resonaran con una fuerza espeluznante. TaeHyung lo miró algo confundido, pensando que el elevar sus comisuras de esa forma le hacían parecer al gato de una película que le gustaba a su pequeño hijo.

  Los cabellos naranjas del chico rozaron la frente del Omega en cuanto éste se acercó a su oído para susurrar un claro:

"Yo soy el dueño, muñeco".

  TaeHyung se separó de él sintiendo que su espacio era invadido aun mucho más que las personas que se restregaban en su trasero.

  Lo observó algo molesto y formuló un "¿Qué" sin acercarse.

—Mi nombre es J-Hope, Hope Oppa para ti. — un descarado guiño adornó la frase haciendo que unos suspiros resonaran en el recinto por detrás suyo.

—No gracias... — el de cabellos castaños se sintió confundido, sin embargo no temió mucho acercarse cuando una de las tantas manos en su cuerpo se atrevieron a subir por debajo de su camisa y abrigos —Uhg. — pronunció sin subir el volumen de su voz.

  J-Hope rió y tomó de su muñeca.

—¿Quieres ir a hablar en otro lugar? Te veo incómodo. — TaeHyung asintió —Sígueme.

  Otro guiño y lo único que pudo seguir viendo fue su espalda y sus propios pies intentando no pisar nada raro.

  Siguió al peli naranja hasta que éste frenó de golpe y gritó a otra persona que se encontraba encerrada con millones de Omegas a su alrededor, todos ellos dejando que su olor combinado con el deseo y la excitación llenara el lugar, impidiendo que logre verlo u olerlo.

⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora