⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ

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«Engaño»
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  TaeHyung aflojó su agarre de igual manera, y sintiéndose angustiado obligó a su cuerpo a que no se moviese por nada del mundo.

—¿Qué? — soltó sin voz.

  JungKook dejó que su mirada bajara tragando sonoramente.

  Sabía que aquello no sería fácil, pero aun así le dolía el rechazo de su Omega.

  Aquellos ojos que nunca había podido ver directamente se llenaban de agua ante la mención de su propio nombre. El pelinegro en esos instantes quería ir hacia donde estaba ese maldito desgraciado y partir su rostro de un buena vez, pero no podía permitirse que aquellos monstruos pusieran las manos sobre TaeHyung, y mucho menos ahora, que el Omega por fin reaccionaba directamente ante su cercanía.

  Los latidos de su corazón eran arrítmicos y podía sentir que incluso con el frío del otoño, gotas de sudor se deslizaban bajo su ropa.

  Sus extremidades temblaban y sentía que perdería la coherencia de sus palabras en cuanto no lograse convencer a TaeHyung de la verdad.

—Yo... — lamió sus labios —No, no lo es. — soltó en un largo suspiro.

  El Omega continuó con sus ojos abiertos a medida que boqueaba como un pez.

—Te llamas... Jeon JungKook... — el Alfa asintió a sabiendas de que su olor delataría todo lo que estaba sintiendo.

—TaeHyung, yo no... — habló rápido e inconscientemente se acercó.

   Un mero impulso, unos simples centímetros, una mínima acción que hizo que su respiración se cortara de una manera extremadamente dolorosa ante la inevitable lejanía impuesta por el de cabellos castaños.

  TaeHyung se distanció dando una zancada inconsciente; su visión estaba borrosa por las lágrimas y trataba de retener las ganas de sollozar ante la mirada perdida de JungKook.

—Mientes. — soltó a medida que su voz se distorsionaba entre el dolor y la angustia.

  Su lobo permanecía en silencio, permitiéndole alejarse del gran Alfa por primera vez.

  Su cabeza comenzaba a dar vueltas, sintiéndose devastado ante la idea de haber vivido una gran mentira.

  La palabra “Engaño” se repetía una y otra vez en su mente como un mantra, el saber que había confiado sus más íntimos secretos en alguien cuyo nombre dudaba que fuese real, le ponía los pelos de punta.

  Relamió sus labios sintiendo que el oxígeno comenzaba a escasear dentro de aquel cerrado sótano.

  Sus puños se cerraron fuertemente sobre la tela de su pantalón estrujando hasta dejar sus nudillos de un color blanco por completo.

  Bajó su cabeza y dejó que su mirada cayese cobre el piso.

  Las lágrimas aún era retenidas y aquello solo hacía que sus ojos empezaran a arder.

  Mordió su labio con fuerza, la preocupación, el temor, la angustia, los nervios, la ansiedad, todos aquellos sentimientos se mezclaban en el aire entre el fuerte aroma de ambos.

  TaeHyung sabía que Alfa sufría al igual que él, quizá, de peor manera, pero no podía evitar sentirse así ante la pronunciación de ese nombre.