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«Sin palabras»

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  Tomó entre sus grandes manos, los pequeños dedos de su cachorro y sonrió triste.

—Vamos bebé, debes bañarte.

  Las mejillas de su hijo se vieron aplastadas por su pecho mientras éste negaba molesto y puchereaba.

—Minnie... — el pequeño negó con su cabeza a la vez que se abrazaba con mucha más fuerza al cuerpo del Omega.

  TaeHyung suspiró rendido y comenzó a caminar hacia la única cama de ese lugar, con el fin de calmar a su pequeño bebé de casi cinco años.

  Con cuidado se acostó mirándolo con ternura.

—Hoy te salvarás pequeño, pero mañana tendrás que bañarte. — JiMin movió su cabeza en forma de afirmación y se recostó en el pecho de su padre cerrando, de manera automática sus ojos —Duerme bien JiMinnie.

  El cachorro se acomodó mejor dejándole saber a su padre que le había escuchado.

  Las horas pasaron casi como un largo día, quizá un mes para el castaño, cuando solo habían transcurrido unas cinco horas desde que su pequeño bebé dormía sobre su cuerpo, mientras sus ojos se negaban a cerrarse y caer ante el creciente sueño de días.

  Mordió su labio y con cuidado, se levantó de la cama que compartía con el menor y fue hasta el baño; una pequeña habitación, que realmente cumplía con todos los requisitos para ser un simple cubículo de baño portátil, y que con ayuda de su bebé había logrado conseguir un sucio y roto espejo para tener allí, y que el menor del lugar pudiera verse de vez en cuando.

  Estando dentro del cubículo dejó que un primer sollozo resonase en las cuatro paredes, y casi seguro, en todo el apartamento.
 
  Tapó su boca y se dejó caer sobre el retrete.

   Las lágrimas bañaban su rostro como todas las noches que llevaba allí, estaba seguro que si su hábito fuese el de vomitar lo ingerido, dejaría escapar el agua del grifo que tomaba sin tener certeza de cuán buena era.

  Presionó su estómago sintiendo como rugía cada vez más con el pasar de los días. Un gran nudo se posicionaba en aquel lugar en donde solo había líquidos (para él), y aunque quisiese consumir algo no contaba con las energías para hacerlo.

  Mordió su labio inferior con fuerza mientras el anticuado celular vibraba entre sus dedos. No era más que un aparato extremadamente viejo, que con suerte lograba tener llamadas, mensajes y un simple juego para su pequeño bebé. Visualizó la hora y descubrió que su dulce hijo se había acostado siendo ya de madrugada, aunque hayan pasado varias horas de eso.
   Quiso golpearse. Oh vaya que lo quiso, sintiéndose un padre horrible, una persona horrible, tanto por fuera como por dentro, porque alguien bello no descuidaba de la salud de su única razón de vivir, no lo hacía dormir a altas horas para luego llevarlo a una guardería en lo que él trabajaba. Y se arrepentía tanto de mentirle a su cachorro, a su JiMin, a sabiendas de que las marcas violáceas en su cuellos no eran simples accidentes; que sus salidas por las noches no era debido a cenas de trabajo, y que más bien era su lugar de encuentro.

⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora