⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ

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«Farmacia»
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  A pasos adormilados, TaeHyung y JungKook bajaron del tren.

  Habían estado más de dos horas y media esperando a llegar y ahora que lo habían hecho, el Omega solo quería seguir durmiendo.

  El frío golpeó sus rostros con fuerza, acompañando al sonido del fuerte viento colarse entre sus ropas.

  La gente que había viajado junto a ellos también salían de los vagones en un estado parecido.

  Comenzando a despabilarse, JungKook tomó la mano de TaeHyung, quien cedió ante el toque entre su momentánea inconsciencia.

  La mano del Alfa conservaba el calor de haberla tenido todo este tiempo en su bolsillo, de igual manera la de TaeHyung, logrando que no hubiese un gran contraste con el tacto entre ambos.

—Iremos a mi apartamento. — el Omega asintió con sus ojos entrecerrados, estremeciéndose ante las olas de viento —Antes pasaremos por una farmacia y te compraré supresores. — y nuevamente otro asentimiento casi imperceptible entre el gorro y el cubre bocas

  Sin preocuparse por caminar en la madrugada, ambos salieron de la estación siendo alumbrados por las luces de las calles y de los autos que iban directo a la estación.

  TaeHyung simplemente seguía al Alfa justo a sus espaldas.

  Caminaba con sus ojos casi cerrados y se dejaba guiar a dónde fuesen, él continuaba dormitando en sí lugar, sumergiéndose muy en lo profundo de sus pensamientos, mezclándolos casi con sus sueños.

  Aun medio dormido, podía imaginarse un cumpleaños normal con su hijo, o, mínimamente uno en el que ambos la pasaban juntos y no secuestraban a nadie, uno en el también llegase a estar su amigo SeokJin, fuera de peligro y en un estado de salud excepcional.

  Los pasos resonaban en sus oídos inclusive con los típicos ruidos de la ciudad.

  TaeHyung se mantenía concentrado en ambas sombras con las manos juntas, no podía evitar preguntarse cómo es que había llegado hasta ese punto. Un en el cual confiaba sin importar qué podría llegar a sucederle, un en el que, quizá, solo porque aquella persona fuese su pareja predestinado, ocasionaba que sus ganas de ser protegido incrementasen.

  Comenzaba a pensar, y la idea que el confiar en JungKook no era tan mala idea, su Omega se lo pedía gritos y parecía ser que su lado racional concordaba de igual manera.

  Tal vez, necesitaba conocerlo para cambiar de opinión. Desde que se habían encontrado el Alfa no había hecho nada que lo empujase a la desconfianza, al contrario, parecía actuar con la única idea en mente de no asustarlo, con acciones que prácticamente lo obligaban a confiar en él.

  Y aunque todo fuese muy rápido, la idea no le disgustaba en lo absoluto.

  Su camino continuó durante unos minutos más, el viento era algo que no podía evitar de ninguna forma, y odiaba totalmente que por más abrigado que estuviese, las corrientes de aire traspasaran todo hasta llegar a su piel y colarse de manera silenciosa enfriando todo a su paso, congelándolo en tan solo cortos segundos.