⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ

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«Intocable»
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  Dando una gran bocanada de aire se tomó su tiempo para pensar en cómo volver a mirar al energético chico nuevamente, elevando de a poco sus oscuras orbes hasta el rostro del desconocido.

  La sonrisa de J-Hope podía notarse a kilómetros y aquello hacía que el cuerpo de TaeHyung no pudiera bajar sus defensas y esté tieso en su lugar.

  El peli naranja carraspeó llamando la atención del menor.

—¿Y?¿Qué trabajo estás dispuesto a hacer? — la pregunta resonó en sus oídos tal cual eco, en su pecho aquella de sensación de molestia no podía ser eliminada y peor aún, su lobo decía a gritos que aquella persona había mencionado todo a propósito, con el único fin de causarle aquel sentimiento repugnante dentro de él.

  El Omega se sintió confundido.

—Uhm, no creo que pueda hacer mucho realmente. — aclaró en un tono bajo rascando el dorso de su mano, se sentía incómodo y dudaba del verdadero significado de sus palabras.
 

  El dueño del bar sonrió nuevamente y cruzó sus manos sobre el escritorio, para dejar que su mentón repose sobre la unión de sus propios dedos.

—Asumo que estas abierto a todo. — TaeHyung relamió sus labios, pero asintió sin querer buscarle otro significado a las palabras que soltaba el mayor, a medida que los segundos avanzaban se sentía más desconfiado de su decisión.

  J-Hope se giró levemente sobre su silla, y estiró su tronco hasta una de las repisas más cercanas.

  Bajo la atenta mirada del menudo cuerpo del castaño, sacó unos papeles.

—V. — llamó con firmeza y voz decidida —Cuando firmes esto tú vida se verá tanto perjudicada, como beneficiada... Todo depende de dónde lo mires.

  El castaño asintió levemente y con algo de timidez preguntó:

—Ah, ¿Cómo qué? — J-Hope sonrió y carraspeó leve.

—En este lugar hay reglas, y ellas serán las que dejen que vivas bien o peor de lo que lo haces. — el Omega asintió con cuidado y dio un asentimiento en modo de que estaba completamente listo para escuchar a todo lo que tendría sacrificarse.

  J-Hope sonrió con sorna, mordiendo casi al instante su labio inferior. Con un brillo extraño en sus ojos sacudió la hoja frente al rostro de TaeHyung.

—Ten muñeco. Puedes leerla la veces que desees pero no podrás tener una copia... Es algo complicado que ya entenderás. — TaeHyung miró la hoja y sintiendo que sus dedos temblaban, negó.

—¿P... puedes leerla tú? — el pelirrojo alzó una de sus cejas pero sin cuestionar asintió.

—Lo haré más fácil para ti y te las explicaré rápidamente. — el castaño dudó, sin embargo aceptó la propuesta ante la autoritaria mirada del supuesto Beta, sus ojos brillaban de impaciencia y comenzaba a sospechar de aquella actitud que parecía ser meramente tranquila.