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«Padre»
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  Sintiendo al objeto vibrar entre sus dedos, dejó que cayera de manera sutil sobre la mesa, con la intención de no ver el mensaje recién llegado.

  El silencio reinaba entre SeokJin y TaeHyung.

  JiMin yacía dormido en su cuarto viéndose afectado por su edad y no dormir mucho por las noches.

  El Omega se removió incómodo y con una mordida a su labio inspeccionó el aparato.

«Número desconocido.

  Deséale un feliz cumpleaños a JiMin de mí parte

  SeokJin carraspeó un poco incómodo y se levantó de la silla acomodando su ropa.

—¿Estás bien? Estás pálido Tae...

  El Omega negó.

—Estoy bien, solo es cansancio. — pronunció en un tono bajo mordiendo su labio y bloqueando el aparato para dejarlo en su lugar.

—Uhm. — soltó con desconfianza el rubio, pero aún así zanjando el tema —Vendré cuando tú me avises TaeHyung. Tengo entendido que querías llevar a pasear a JiMin por la mañana.

  El de cabellos castaños miró hacia otro lado.
  Realmente, había olvidado esa pequeña parte de su plan, su salida familiar, una que no habían tenido nunca, y que por ahora no podrían tener.
 

  La culpa llegó a su cuerpo tal y como un virus y en cuanto sintió un presión distinta de la angustia en su cuerpo habló preocupado.

—SeokJin Hyung... — logró decir.

  El calor se arremolinaba en su estómago y sentía que la temperatura de su cuerpo aumentaba a grandes niveles poco saludables.
  Su lubricante natural comenzaba a segregarse sin consentimiento alguno y pequeños jadeos necesitaban escapar de sus labios al compás de las feromonas que anunciaban la llegada de su celo.

—¿TaeHyung?

—C... Celo, lle... llegó. — el Beta abrió sus ojos.

—¿Ahora? — el menor asintió apretando su pene con ambas manos y soltando un gemido sin poder controlarse en lo absoluto.

  Después de tantos años se veía sometido a un gran celo, uno con el cual sufriría hasta el última día de tenerlo.

  El Beta sacudió sus cabellos con desesperación.

—Mierda. — masculló —Hasta yo puedo sentir tu olor.

  El peli-castaño asintió perdido en sus pensamientos mientras se acariciaba con fuerza con una de sus manos y con la otra apretaba su estómago con mínima intención de dejar de sentir ese cosquilleo en esa zona.

—¿Tienes supresores? — inquirió con cuidado agachándose hasta la altura de TaeHyung.

  El Omega soltó un débil gemido y asintió.

—A... armario. —Tomó una bocanada de aire y trató de levantarse en su lugar.

  Sus piernas temblaban y se sostenía muy fuertemente de la silla, no tenía fuerzas y parecía que su cuerpo pesaba mucho más de lo normal.

⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora