⟦ Sɪɴ Pᴀʟᴀʙʀᴀs ⟧ ~ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ~ ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ

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«Culpa»
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  JungKook vislumbró la casa a lo lejos y vio desde las ventanas como todo se mantenía en su lugar desde aquella última vez que había visitado el lugar.

  Estaba casi seguro de que JiMin se encontraría allí, NamJoon se lo había dicho, y quería creer en alguien por una vez en su vida.

  Su plan era relativamente fácil.

  Después de todo, era un Omega contra un Alfa y otro Omega, por más que no le gustase aprovecharse de una ventaja así, la situación lo ameritaba, y era más que obvio, que si no sacaban a JiMin de allí estando solo HoSeok, luego sería imposible que lo hiciesen con YuGyeom a sus espaldas.

  El mayor suspiro levemente dando una mirada de soslayo al más bajo.

  Ya llevaban alrededor de diez minutos esperando detrás de unos arboles a tan solo unos metros de la casa.

Era una edificación simple, que JungKook sabía que había sido elegida por HoSeok.

   Las paredes exteriores pintadas de un suave beige, de una sola planta y un gran patio trasero.

    Sus pensamientos comenzaron a ramificarse con velocidad, rememorando aquellos espionajes que había hecho preparándose para que algo sucediese un día, tal y como vivía hoy.

  En un principio, se había mentalizado con la idea de quedarse encerrado en Busan para siempre, pero con solo saber que alguien sufría a costa de su primo, y peor aún, era usado en su contra, no podía haber evitado que aquel sentimiento de libertad se albergara nuevamente en su cuerpo y el deseo de escapar incrementase sin más.

  Su mirada se desvió hasta el peli-castaño, quien mantenía su torso apoyado en el tronco del árbol desde hacía ya, un buen rato.

—¿Estás bien? — murmuró tiñendo su voz de preocupación.

  El Omega miró hacia el lado contrario al que se encontraba y simplemente se quedó en silencio dando un pequeño asentimiento.

—TaeHyung... —habló sintiendo que su lobo aullaba dolido ante el rechazo.

—¿NamJoon ya te envió el mensaje? — la pregunta se escabulló entre la brisa hasta sus oídos en un tono neutro, rozando de manera imperceptible la sequedad.

  El pelinegro se mantuvo callado, y se limitó a sacar el aparato, encandilándose para luego responder:

—No, aún no.

  La incomodidad se asentó entre ellos, totalmente reacia a irse de allí sin causar un momento horroroso en los minutos en los que esperaban la orden de NamJoon para salir en la búsqueda de JiMin.

  JungKook dio un suspiro, dejando que su cuerpo cayese sobre las raíces del árbol, sentándose allí sin obtener reacción alguna por parte de TaeHyung.

  Dio una mirada dolida a la nuca del más bajo y luego dirigió su tristeza hacia sus manos para no incomodarlo, comenzando a jugar con sus dedos.

  Aquel no había sido el momento ni el lugar para aclarar cosas de ese índole, lo sabía a la perfección, pero qué más podía hacer si la vida de un menor de edad dependía de una elección que era tanto de él como de su padre.