Labios De Miel ♥ Aristemo

07

Llegamos al lugar y nos dirigimos a la entrada, después de pagar nuestras entradas nos pusimos a buscar por todos lados a los Córcega, hasta que reconocí a doña Blanca cerca del río.

–Allá están papá, vamos.

–Que buen ojo Temo, vamos. Dijo mi papá.

Caminamos hasta allá, estábamos ahí con los Córcega, yo estaba ansioso por entrar al agua y relajar mi cuerpo un rato, pero mi papá no quería que me metiera al agua sin bloqueador solar, y como dice la señora Fuenmayor en Gossip Girl Acapulco: "No hay nada peor que una niña con pecas" así mi papá conmigo, significa momento penoso de mi papá poniéndome el bloqueador.

En eso escuché como mi papá decía algo sobre la comida en los balnearios.

–Pues sí, así es mi papá, los López somos medio codos. Dije bromeando.

–Si, creo que necesitas más bloqueador. Dijo fulminandome con la mirada. Comenzó a aplicar más bloqueador en mi espalda mientras me volvía a masajear.

En ese momento deseé que la espalda me hubiera matado de dolor, no quería que él me viera así con mi papá.

–Sí papá, ya, ya estoy grande, sí, ya. Dije nervioso.

En eso se fue acercando hasta conmigo saludándome, lo saludé de igual manera y lo único que hice después fue sonreírle, hasta que recordé el mega oso que mi papá me estaba haciendo pasar.

–Papá...

–¿Eh?

–Sí, es enserio, ya estoy grande.
Mi papá se detuvo y me dejó tranquilo.

–Hola. Sonreí.

–¿Qué onda?

–¿Verdad que nuestros hijos siempre van a ser chiquitos para nosotros doña Blanca? Escuché a mi papá.

Doña Blanca asintió sonriente y nos dijo que fuéramos a darnos una buena mojada.

–¡Cuidado con esa espalda Temo! Me gritó mi papá.

Caminamos hasta la orilla y me detuve para ponerme mi casima, a lo que Aris le extrañó pero aún así me esperó.

–No entiendo entonces porqué el ponerte bloqueador. Me dijo sonriente.

–Así es mi papá, olvídalo. Dije sonriéndole.

–Bueno, entra...

–Es que...

–¿Qué pasa Temo? ¿Te duele de nuevo? Déjame ver. Me dijo saliendo.

–No, no es eso Aris... Es que, no sé nadar. Mentí.

–¿Neta? Yo te ayudo, vamos.

–No, es broma si sé, pero...

–¿Pero qué? No pasa nada Temo, si no sabes te enseño, de verdad... Y si sí sabes pues no encuentro el problema.

–Es que no quiero incomodarte con lo del masaje del doctor Legorreta...

–Jaja, no digas eso Temo, no pasa nada... Para mí es un placer ayudarte amigo, vamos, entra. Me dijo.

Se acercó a la orilla un poco más y me extendió la mano para entrar con él, cosa que me encantó, no sabía si era un sueño, si había muerto por lo de mi espalda y todo este día lo he estado viendo en el cielo de los gays, o si era real, pero no lo dejaría pasar. Para no vernos muy "raros" me tomé de su muñeca y bajé, al entrar comenzamos a nadar un poco, yo más lento que él.

Mojé mi cabello y me quedé en el mismo lugar. Aris, por otro lado disfrutaba del lugar y nadaba de un lado a otro.

–¡Alivianate Temo! Vente. Me dijo llevándome casi a rastras por el río.- ¿Quieres que te masajee ahorita o en un rato más?