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Narra Temo

Estaba en el sofá esperando a mi papá, después de mi subir mi historia en Insta recibí un mensaje de Diego bromeando, diciendo que él podría ser mi compañía, pensé que sería algo tonto y riesgoso andar poniendo que estoy sólo en mi casa, estoy exponiendome y a mis hermanitos, algún asesino en serie podría haber visto mi historia y venir y asesinarme... Oh Dios, que pensamientos tan positivos. Rayos, perdonen mi nerviosismo, no me gusta quedarme sólo, aunque están mis hermanos es como si no estuvieran, no voy a despertarlos para que me hagan compañía, además, si quiero que mi papá vea que ya puedo cuidarme sólo y cuidar a Lupita y a Julio debo estar aquí firme, esperándolo para que cuando llegue vea que no dormí para estar velando por ellos.

Tocaron el timbre, por fin mi papá llegó, estaba desesperado.

Abrí la puerta y...

–La puerta de tu casa no se abre así como así a cualquiera eh. Dijo Ari.

–Ari, no... No te esperaba aquí, y menos tan tarde, por favor, pasa. Dije amable.

–Vi tu instagram story y me quedé un poquito inquieto, ustedes son muy nuevos aquí, podrían necesitar algo... Así que vine para quedarme hasta que tu papá llegue, si estás de acuerdo claro.

¿Enserio me los estás preguntando? ¡Claro que quiero!

–Ah, no Ari, gracias. No quiero ser una molestia, y mucho menos a esta hora, mañana tenemos que ir a la escuela temprano.

–Le dije a mi mamá que no podía dormir pensando en que podrías necesitar ayuda, y después de un discurso sobre mí amabilidad y mi nobleza, según ella, me dijo que podía venir aquí en cuanto mi papá se quedará dormido, pero ella no sabía que desde que vi tu historia en Insta él ya dormía bien a gusto. Dijo.

–¿Te ofrezco algo Ari? Qué descortés fui, perdóname. No quiero ser grosero. ¿Un café?

–¿Café? No, gracias Temo. Algo que no me quité el sueño está mejor. Dijo.

–Una dona, las compré con tu tía Blanca. O un poco de nieve...

–¿Compraste nieve?

–La tengo ahí desde esta tarde, cuando yo estaba bañandome mi paPancho fue a la burra y sacó el botecito de nieve. Ya estaba medio derretida, se le olvidó guardarla. Dije.

–Lo bueno es que tiene un chavo bien eficiente que se la puso a enfriar. Dijo.

–Ajá. Dirás un chavo muy distraído, torpe y por si no lo mencioné... Distraído. Sonreí.

–Graciad por la nieve Temo, pero es mejor así... Me cepillé los dientes hace rato y la verdad no se me antoja nada, pero muchas gracias Temo. Dijo sonriendo.

–¿Seguro Ari? De veras que para mí no hay problema...

–No Temo, mucha gracias.

Nos sentamos a platicar en el sofá de la sala y estuvimos ahí como media hora.

–Ari, ¿te puedo decir algo?

–Sí, dale. Dime.

–Gracias... Por venir a cuidarme... Me demuestras que no soy el chavo grande que quiero que mi papá crea que soy... Ni yo mismo creo tal cosa...

–No estoy cuidándote Temo, estoy... Ayudándote a cuidar a tus hermanos, eso hacemos los chicos grandes, ayudamos a nuestros amigos a cuidar a su familia. Dijo.

–Tengo un poquito de sueño, ¿sabes?

–¿Por qué no te acuestas en mis piernas y descansas un poco. Dijo Ari.

Labios De Miel ♥ AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora