Labios De Miel ♥ Aristemo

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Narra Temo

Salimos del departamento en silencio, en eso Ari nos encontró ahí.

–Hola, buenos días. Sonrió.

–Hola Ari. Buen día. Vámonos. Dije.

–Sí. Oye, ¿todo bien? Te veo algo triste. ¿Pasa algo? ¿Puedo ayudarte?

–Te cuento en la escuela.

(...)

–Ayer le dije a mi papá que soy gay. Dije con voz baja.

–¿Neta? Qué bueno Temo. No necesito preguntar cómo lo tomó tu papá, se nota la respuesta. Pero en el edificio te veías triste. Dime qué pasa.

–Mi papá lo tomó muy bien. Me sentí tan bien conmigo mismo después de contarle...

–¿Y tus hermanos?

–Pues Julio es el que me preocupa... Él fue el primero en decirme que no quiere que yo sea gay.

–Bueno, pero sabes siempre voy a estar aquí para ti.

–Temo y Ari acaban de confesar que son gays. Dijo Carlos.

Ari se levantó molesto y lo miró con un rostro de pocos amigos.

–Hay que tener cuidado en las regaderas. Se tapan bien. Rió.

Aristóteles, con gran enojo golpeó a Carlos en el rostro, quien de inmediato respondió pero con más violencia y fuerza.

–¡Aristóteles ya!

No paraba de gritar esa oración mientras Carlos seguía golpeando a Ari, pero él no se dejó y volvió a golpearlo. Lo siguiente fue Ari tirando al piso a Carlos, ahí siguieron los golpes, yo no podía siquiera intervenir.

En eso llegó el profe Hugo y los pudo separar.

–¡No se dan cuenta que la violencia no conduce a nada!

Miré a Ari y lo tomé de la quijada.

–¿Estás bien? Dime Ari. ¿Estás bien?

Apartó su cara de mí y seguía mirando con furia a Carlos.

–¡Ven! Ven. Ari y Temo son novios. Yo no quiero estar con esos maricas en el equipo. Dijo molesto.

–Es que sí profe. Son bien gays, yo tampoco quiero.

–¡Cállate que de por sí eres bien malo! Exclamó Ari.

–Los baños no son para gays eh.

Luego de aquellas palabras, Hugo se llevó a Ari y a Carlos a la dirección. Me quedé ahí asustado, espero que no le den una fuerte sanción a Ari.

Me senté en mi butaca, todos me veían mal menos dos chicos.

–Hey Temo... Todo estará bien con Aristóteles. Vas a ver. Dijo David sentándose a mi lado.

–Sí Bro. Aunque no aceptaste una cita conmigo no quiero que le pase nada al chavo por quien te mueres. Dijo Benjamin divertido.

–Acepté tu cita, claro que lo hice. Pero te dejé plantado. Sonreí un poco.

–Bueno, pero no importa. Ojalá todo esté bien.

–Cuahutémoc López, pasa a la dirección. Dijo desde la puerta otro de los profesores.

(...)

Luego de que mi papá llegó y me examinó como cuerpo en una morgue llegó Audifaz y por fin comenzó a hablar la miss Diana.