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Narra Temo

–Hijo. ¿De verdad no quieres ir a retacharte de todos?

–¿No te quieres despedir de Ari? Preguntó Lupita.

Si supiera que es una de las razones por las estoy a punto de irme.

–Vas a dejar un vacío muy grande en este cuarteto...

–Ya tomé la decisión, papá. Dije serio.

Llegando a una parte de la carretera el tráfico nos detuvo un momento, habían muchos autos, un rato después pudimos avanzar y llegar a la central de autobuses. Por fin llegó la hora.

Desde que llegamos mi papá está medio raro, sigue mirando tu teléfono con desesperación, sigue esperando algo ahí pero no me ha dicho nada. Hemos estado en la burra como diez minutos, yo creo que ya mejor me voy bajando y así todos bajan a la par conmigo.

Comenzamos a caminar, adentrándonos a la central. Comienzo a sentir un poco de nervios, pero no hay marcha atrás, no quiero más sufrimiento ni más desamor.

–Hijo, lo que pasa es que yo creo que hay que cambiar tu boleto. ¿No?

–Sí. Yo ya revisé en mi celular y hay un camión que sale en diez minutos. Dije.

–Te voy a extrañar mucho...

–Y yo los voy a extrañar a ustedes.

Abracé a mi hermana y luego a mi papá, no sabía si abrazar a Julio o no, no sabía si me rechazaría o no, así que no lo hice, pero él mismo se acercó a nosotros y trataba de no mirarnos.

–Debo pedir mi boleto, voy a cambiarlo. Enseguida regreso. Dije.

Caminé hasta donde se encontraban las personas que atendían. Pedí mi boleto y la mujer me lo dio amablemente.

Me acerqué a mi papá y recargué mi cabeza en su hombro, el con su brazo me acarició y luego se giro para darme un abrazo de despedida. Llegó la hora de mi camión, ya es hora. Por fin es hora de irme. Lupita se acercó y me abrazó tiernamente, la extrañaré demasiado.

Por último, le di la mano a Julio. Me miró a los ojos igual que yo a él, y chocó los cinco conmigo para después darme un gran abrazo, no podía creer que por fin había recuperado a mi hermanito, al fin estoy abrazando a Julio de nuevo. No puedo creer que nuevamente me quiera. Desgraciadamente ya es tarde, porque me voy a ir.

Pasajeros con destino a Toluca, última llamada

Miré a mi familia y luego de tomar mis cosas me dirigí a uno de los oficiales para darle mi boleto. Di una última mirada y me despedí con la mano, todos se despidieron tristes, espero que estén bien.

Comenzaron la lágrimas en mí también, pero no miré atrás para no arrepentirme, no puedo quedarme y no lo voy a hacer.

Al llegar a mi autobús, el chofer tomó mis cosas y las metió en la parte inferior del autobús. Subí buscando mi lugar y al encontrarlo me senté.

–¿Una mala decisión? Preguntó el chico al lado a mí.

–No, quizá una muy buena. Dije.

–No te ves muy alegre... El camión está por irse... No veo muchas ganas de ir a Toluca en tu rostro, chico.

–No creo que tenga opción, es mejor regresar a mi lugar que seguir aquí...

–Eres el amigo de Aristóteles Córcega, ¿Verdad? Sólo puedo decirte que, a como te he visto en sus fotos, no quieres irte... Ahora Oaxaca es tu lugar... Piénsalo. Dijo con una sonrisa.

Labios De Miel ♥ AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora