Blue.
Preparaba algunos café cuando unos nombres llamaron mi atención, me giré a ver las mesas y más allá se encontraba Zoey junto a April, cuando nuestras miradas se cruzaron noté como me pedía disculpas con su mirada. Supongo que no era cómodo para ninguna de las dos compartir espacios cuando April estaba aquí. La rubia volvió su atención a su esposa para seguir hablando y yo volví a hacer sus cafés, estaba algo nerviosa, con Zoey no habíamos cruzado palabra alguna desde que ella se fue de mi casa, lo último que me dijo es que iba a pensar las cosas, de eso dos semanas atrás.
—¡Zoey! —Le llamé y ella se levantó para buscar su pedido.
—Lo lamento, ella insistió en venir. —Asentí levemente. —¿Cómo has estado?
—Debo volver al trabajo.
—Blue. —Ella me llamó antes de que me volteara. —Tengo que hablar contigo luego, ¿Estás disponible?
—Debo terminar algunos proyectos de la universidad, si quieres podemos hablarlo en mi casa. Soy capaz de conversar y avanzar en mis obras. —Zoey pareció pensarlo un momento antes de soltar un suspiro.
—Está bien. —Ella volvió junto a April y yo a mi trabajo, debía confesar que me sentía nerviosa con su presencia aquí y podía sentir la mirada de Zoey de vez en cuando.
Aquel día había terminado mi turno más temprano para poder volver a casa y empezar con mi trabajo de la universidad, cuando me fui Zoey y April seguían ahí, supongo que así era un domingo para ellas. Sus vidas debía de ser bastante tranquila, sobretodo por el tipo de trabajo que desempeñaban.
—¿Por qué mi maestra te busca? —Me giré a ver a mi hermana que estaba apoyado en el umbral de la puerta de mi habitación.
—Nos conocemos de la escuela, sólo traela aquí. Estoy en medio de algo. —Dije volviendo a enfocarme en mi pintura, supuse que él me había hecho caso pues tan solo unos minutos después, Zoey estaba sentada a mi lado observándome pintar. —Bien, ahora que se está secando. ¿Qué necesitabas hablar?
—Eres muy talentosa. —La rubia admiraba la pintura con una pequeña sonrisa.
—Zoey. —Tomé su rostro para que me mirara. —Solo ve al grano, podré resistirlo.
—No puedo dejar de pensar en ti y en tus ojos azules. —Le miré algo sorprendida, la verdad es que esperaba que ella me rechazara o algo así, no esperaba esas palabras. —Es en serio, las cosas más tontas me recuerdan a ti. No porque seas una tonta, sino por ejemplo, el otro día tomaba un examen y el cielo estaba tan azul, me puse a compararlo con tus ojos y simplemente sigo sin encontrar algo tan hermoso como ellos.
—Yo ya encontré algo más hermoso que mis ojos. —Me encogí de hombros.
—¿Qué podría ser eso?
—Tus ojos miel y las pecas que los adornan. —Me atreví a acariciar su mejilla y ella cerró sus ojos disfrutando del contacto. —Entonces, ¿Qué decisión has tomado?
—Fue difícil pensar en esto, no es justo que por tu deseo a estar conmigo también te lastime por mantener mi relación con April. Quiero saber por qué siento está atracción hacia ti tan intensa, desde que te ví algo me ha llamado a ti y el destino se ha encargado de que esto se dé. No soy una persona dispuesta a esto, o al menos eso creí toda mi vida. No quiero herirte con esto y sé que tan solo esto significa que mis sentimientos por April no son iguales, lo cual no es justo para ella tampoco así que le pediré un tiempo. —Ella junto nuestras frentes y pude sentir sus labios tan cerca de los míos lo cual me parecía una tortura. —Hasta entonces, lo nuestro tampoco podrá ser, hablaré con ella y creo que podemos descubrir esto que sentimos.
—¿Tengo que seguir esperando? —Ella miró mis ojos y yo hice un pequeño puchero.
—Eres tan linda. —Ella tiró de una de mis mejillas levemente. —Es lo mejor, ¿No?
—Por mí empezaría antes de que le pidas el tiempo a April, pero es tu decisión y la respetaré. Sólo prométeme algo.
—¿Qué?
—Siempre seremos sinceras respecto a lo que nos pasa. —Ella asintió levemente. —Y por sobretodo, de nuestras emociones, si quieres terminar con todo esto debes decírmelo.
—Está bien, lo mismo para ti. —Yo asentí levemente. —Por un momento pensé que no aceptarías.
—Créeme, pensé que nunca más volvería a verte. —Me encogí de hombros. —No debiste pensar así, te lo dije, fuiste mi amor del instituto. Esto es como un sueño para mí. —Ella sonrió levemente. —Debo volver a lo mío.
—¿Puedo quedarme?
—Uhm, a veces no presto mucha atención a lo externo cuando me concentro, si eso no te molesta pues a mí no me molesta tu presencia. —Le sonreí levemente.
—Tranquila, sólo quiero ver en qué terminará y además, haces muecas graciosas cuando pintas.
Sorprendentemente para mí, ella se mantuvo en silencio por al menos una hora completa y podía sentir su constante mirada sobre mí, normalmente no pintaba frente a otras personas que no fueran mis más cercanos o las personas de mis clases, así que no estaba muy acostumbrada a ser observada, aunque su mirada en realidad no me molestaba.
—Debo volver a casa.
—Creo que se ha hecho tarde. —Limpié mis manos y me giré encontrándome con sus labios que chocaron con los míos torpemente, al parecer ese beso iba dirigido a mi mejilla. Ella me miró sorprendida por un momento antes de sonreír levemente.
—Si, además del hecho de que si seguía mirándote no podría cumplir mis propias palabras. —Ella besó mi frente. —Nos vemos pronto, te escribiré al llegar a casa.
—Lo esperaré, puedes tomarte tu tiempo. Sé que lo harás así que no quiero que te sientas presionada por mí. —Ella tenía una dulce sonrisa en su rostro.
—Cuando te escucho hablar así no puedo arrepentirme.
Al terminar la pintura sonreí levemente, creo que era la primera que me gustaba al menos un poco. Fui a darme un baño y procuré quitar las manchas de la pintura que estaba en mi cuerpo, al salir del baño me sorprendí de ver a mi hermano en mi cama. No dudé en tomar su oreja y llevarle afuera, me vestí rápidamente pues supuse que él estaría esperando fuera de la puerta.
—Te he dicho miles de veces que no entres a mi habitación cuando tú quieras. —Él asintió. —¿Qué pasa, Jacob?
—¿Por qué mi profesora ha venido?
—Ya te lo he dicho, nos conocimos en la escuela hace años. Además, ella fue quien me ayudó con lo de las charlas de la identidad de género que dieron en tu escuela. —Él entrecerró sus ojos. —Solo sé directo y preguntalo.
—¿Te has acostado con ella? —Negué rápidamente.
—Vete de mi habitación, Jacob. No quiero que repitas algo así de nuevo, ya te lo dije, sólo la conozco desde hace unos años. —Suspiré frustrada.
—Si, claro. En fin, puedes estar tranquila, no le diré a nadie ni tampoco le extorsionaré. —Me encogí de hombros.
—Estás malinterpretando la situación.
—Si como no, sólo procura no molestarte ni decir nada, no quiero malentendidos. Y tú, deberías estudiar para tus exámenes.
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Cheating
أدب المراهقينZoey creía tener una vida perfecta hasta que junto a su esposa vuelven a su ciudad natal en donde debe volver a plantearse todo cuando conoce a Blue, quien no solo le ayuda con los fantasmas que le atormentaban, sino que gracias a ella toma el valor...