Zoey.
Volver a Dallas no me entusiasmaba demasiado en comparación a April quien parecía feliz, aunque debía ser realista que su alegría era por el trabajo de sus sueños. Había terminado aceptando luego de que con ayuda de Aaron me convencieran de volver, al menos iba a poder hacer clases en un ambiente ya conocido.
Cuando llegué al viejo instituto en donde habíamos estudiado junto a mi esposa me quedé observándolo desde mi auto antes de entrar, a mis 25 años nunca me había imaginado volver aquí luego de haber estudiado en Yale, mientras estudiaba secretamente me había proyectado dando clases en alguna universidad o algo, no donde los jóvenes en su mayoría estaban obligados a tomar mi clase.
Había llegado al salón antes de que la campana sonara y ya había algunos chicos ahí hablando animadamente de sus vacaciones de verano. Verlos ahí me recordaron a mi cuando apenas tenía 16 años y aun April no me había alejado de su lado cuando había conseguido novio.
La campana había sonado y me había levantado de mi asiento para escribir mi nombre en la pizarra, a algunos se les hacía difícil pronunciar mi apellido así que no esperaba más que al menos supieran escribirlo correctamente.
—Buenos días chicos y chicas, —Todos contestaron como si estos se trataran de robots programados. —soy Zoey Leblanc y seré... —Me vi interrumpida por un chico que entró rápidamente al salón tropezando con sus pies provocando la risa de algunos. —¿Estás bien?
—Sí, solo soy algo torpe. —Él se levantó rápidamente. —Lo lamento, me he dormido.
—Solo pasa. —El chico asintió antes de irse al asiento vacío que quedaba. —Como les decía, soy Zoey Leblanc. Seré su profesora de filosofía. Ahora, les explicaré un poco de lo que haremos durante el año y... —Vi que el chico que había caído levantar su mano. —¿Qué pasa?
—¿Y las presentaciones? —Alcé una ceja. —Ya sabe cómo en las películas, cuando nos presentamos y decimos lo asombroso que la pasamos en el verano hasta que tuvimos que volver aquí.
—Con el tiempo aprenderé sus nombres, no te preocupes. —Iba a volver a lo mío, pero él volvió a hablar.
—¿Y ahora con quién presumiré mi verano?
—¿Cuál es su nombre? —Le pregunté.
—Soy Jacob Walk. —El habló con una sonrisa que conocía muy bien, supe enseguida cuál era su juego.
—Bueno, Jacob podrás presumirme tu verano luego de clases por la tarde te quedarás a hacer un ensayo de eso. —Su sonrisa se borró y yo me voltee al pizarrón.
Si algo había aprendido muy bien desde mi experiencia como adolescente y haciéndole clases a estos es que nunca debía dar el brazo a torcer en seguida. En un comienzo solían ser como unos leones que esperaban cualquier error para despedazarte, pero yo sabía muy bien que era capaz de en un par de semanas hacerles saber que por ser una maestra nueva y joven ellos no podían vencerme, luego de que aprendieran eso sabrían que las cosas se relajarían un poco.
Luego de escribir en nombre de Platón en la pizarra volví a voltearme y todos permanecían en silencio.
—Sé cómo era el trabajo del señor Smith pues a mí me hizo clases y también sé que dormía la mitad de la clase, lo lamento por ustedes, pero tendrán que acostumbrarse a trabajar conmigo. Empezaremos desde el comienzo e iremos avanzando en los grandes filósofos políticos por este semestre, no me interesa que me reciten al pie de memoria lo que han leído de cada autor, me interesa que entiendan lo que están leyendo. No tengo una pauta, soy muy abierta a recibir las interpretaciones de cada uno respecto a su opinión, pues eso es lo que me interesa, que no sean unos simples robots. —Me acerqué a mi escritorio y tomé una de las copias. —Es una selección de textos, no se preocupen no los haré leer cada libro de los autores. —Puse las copias sobre la mesa de uno de los chicos y él entendió enseguida el mensaje repartiendo las copias a sus compañeros. —Sé muy bien que será algo difícil desnaturalizar el modelo que tienen ahora, pero al menos quiero que lo intenten en mi clase. Nos tomaremos el tiempo para asegurarme que todas y todos entiendan lo que estamos leyendo, pues tanto yo como ustedes no quiero ver sus caras en verano.
Cada clase yo explicaría los textos pues sabía que a su edad era algo difícil que entendieran a la perfección lo que los filósofos trataban de explicar, a menos que sea una persona que tiene un conocimiento previo a la filosofía y estaba casi segura que con el profesor Smith a cargo de ellos solo aquellos estudiantes que se tomaban su tiempo para su autoeducación podrían trabajar a un ritmo más rápido. Ellos al menos deberían avanzar en sus casas y tendrían una calificación por su participación en cada clase, al menos así sabría quienes habían leído y quiénes no.
Por la tarde, luego de repetir la clase por 4 veces más, tenía a Jacob frente a mi escritorio escribiendo con sus audífonos puestos. Yo solo sonreí recordando en todos los problemas que siempre se metió April en su juventud, en nuestra juventud. Dios, empezaba a parecerme a mi madre.
Miré mi anillo fijamente pensando en April y en cómo había cambiado desde que la conocí, me pregunto si yo también había cambiado así. April solía ser una chica problemática, al menos eso pensaban todos, la verdad era que ella solo era directa y algo brusca en su forma de decir las cosas y aquello solo le traía problemas con todo el mundo, supongo que en ese entonces era más fácil odiarla que quererla.
—Listo. —El chico soltó un suspiro, miré el reloj y apenas habían pasado 20 minutos.
—Pues léelo.
—¿En serio no puede leerlo en su casa o algo? —Yo negué y él volvió a soltar un suspiro. —Este verano la verdad es que no he hecho nada más que trabajar en una heladería para ayudar a mamá en casa y para escapar de la boba de mi hermana mayor, ella suele molestarme mucho, pero así es nuestra relación. Ah, le iba dejar todo hasta aquí, pero le contaré algo para que no me odie durante el año. Este verano mientras trabajaba en la heladería conocí a una chica, esa chica solía ir cada día y en serio me gustaba, era muy linda. El día en que me atreví a hablar usé esa táctica de hacerla reír, decirle que tiene una linda sonrisa e invitarla a salir, ¿Sabe qué? No funcionó. Pero al día siguiente volví a intentarlo y el viernes por la noche ambos estábamos en el carnaval, lo pasamos muy bien, ella era muy agradable hasta que descubrí que ella es la novia de Troy Johnson, en realidad son ex pero ya saben cómo son los hombres trogloditas, es el capitán del equipo de futbol y cuando él se enteró que había estado saliendo con su novia me quiso asesinar, terminé corriendo por toda la heladería hasta que recibió un banana Split de parte de su ex, por cierto se llama Olivia, ella decidió no salir más conmigo ni con Troy y ahora estoy aquí contándole mi pena amorosa para que vea que soy humano y como usted en algún momento soy un adolescente que lo siente mucho por tratar de ser bromista. —Sonreí levemente cuando el bajó la hoja.
—No te odio, ni tengo razones para eso. Solo no quiero que me vean como un blanco fácil, pues no lo soy y espero esto te sirva de lección.
—Claro, no se preocupe que no se volverá a repetir.
—Te he encontrado, Jacob. —Miré a la puerta en donde estaba parada una chica de pelo negro con unos expresivos ojos azules, ella entró y me miró analizándome de arriba abajo. —Hola, soy Blue Walk su hermana. —Yo solo seguía mirando esos ojos azules. —Lamento que este idiota le haya causado problemas y espero no sea un problema que me lo lleve ahora mismo.
—No, ya habíamos terminado. —Sonreí levemente y ella tomó su brazo para arrastrarlo fuera.
—Adiós señorita Leblanc. —Me sorprendí al escucharle pronunciar correctamente mi apellido. Ambos salieron y yo empecé a ordenar mis cosas cuando Blue volvió.
—¿Leblanc? —Asentí. —¿Zoey Leblanc?
—¿Nos conocemos?
—Bueno, yo te conozco a ti. —Ella sonrió. —Eras dos generaciones mayores a la mía. —Asentí. —Es bueno saber que alguien tan exitosa como tú volviera a esta ciudad.
—Supongo que gracias.
—Mi hermano tiene una gran suerte al tener a una maestra tan lista y linda como tú, adiós Zoey. —Me sorprendí ante su comentario, ella se había marchado tan rápido como había llegado dejándome confundida en el salón de clases.

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Cheating
Novela JuvenilZoey creía tener una vida perfecta hasta que junto a su esposa vuelven a su ciudad natal en donde debe volver a plantearse todo cuando conoce a Blue, quien no solo le ayuda con los fantasmas que le atormentaban, sino que gracias a ella toma el valor...