Keith: Los días con Simón han sido tranquilos y alegres, me ha mostrado la ciudad y sus lugares favoritos, sobre todo. Al ser invierno el tiempo es mucho más agradable que en San Ernesto, donde en estas fechas hay un calor insoportable. El invierno da lugar a la cercanía sin que la temperatura sea un inconveniente, aunque la parte de que uno sea más propenso a enfermar no es tan agradable, prueba de eso es Simón, quien amaneció sintiéndose aún peor que ayer. Me levanto para hacerle un caldo de pollo, mi madre lo hacía cuando enfermábamos y hace la diferencia en mi opinión.
Su refrigerador no tiene casi nada comestible, muchas de las cosas están pasadas y las tengo que tirar, anotando en mi cabeza que es lo que tendré que comprar, es decir casi todos los ingredientes menos las papas porque hay unas que aun sirven.
—Necesitaré ir al mercado— aviso antes de entrar a la habitación, sacando un lápiz y un papel— ¿Me anotas como llegar por favor?
—Claro— se acuesta en la cama apoyándose en el velador para anotar las indicaciones, calles y más— ¿Estás seguro de ir solo?
—Seguro no estoy, pero estaré bien, me preocupas más tú— pongo mi mano en su frente y lo escucho toser fuerte— te sientes un poco caliente... y ya tienes tos, es un resfriado.
—O mi sentencia de muerte— se queja con voz nasal, la congestión se suma a los síntomas y me hace estar seguro, es un resfrío.
—No soy médico, pero puedo decir que no morirás.
—Lo haré. Moriré— afirma y ruedo los ojos.
Intento buscar algo en su cocina o baño para aliviar los síntomas, pero no encuentro nada.
— ¿Dónde está el botiquín?
— ¿Botiquín? ¿Eso se come? — se mueve de la cama al sofá, llevándose las mantas consigo.
—Lo tomo como un no... ¿Y qué haces cuando estas enfermo entonces?
—Esperar morir— se ríe, pero al ver que yo no lo hago finge no haber dicho nada, al menos la temperatura no le ha afectado el sentido del humor— no suelo enfermar así que no le veo caso a tener uno.
—Es necesario, es para emergencias... No todo el tiempo estaré para cuidarte, ocupas uno— suspiro sentándome a su lado— por ahora estoy aquí, me aseguraré de que te sientas mejor. Regresando de las compras te cocinaré algo bueno para comer.
—Gracias— va a besarme, pero lo detengo, si enfermo no podré cuidarlo. Beso rápido su frente sonriéndole antes de dirigirme al supermercado, no sé cuánto me dure esto de evitar sus labios.
Simón: Aprovecho que Keith va al supermercado para hacer unas cuantas llamadas, aviso al bar que no podré cantar en estas condiciones, lo que pone histérico a mi jefe en cosa de segundos. Hablo con el chico del disco, ya está casi listo y en cuanto me lo entregue iré a dárselo a la mujer misteriosa del centro cultural, siento que buenas cosas pueden salir de ahí, pero no hoy, hoy solo siento que moriré por falta de oxígeno.
—Gato... ¡Logan! — el maldito está muy cómodo sobre el control remoto de la tv nueva sin dejarme cambiarla y moverme implica un esfuerzo sobrehumano. Mis pulmones no están hechos para los resfríos, definitivamente no.
En mi defensa no gasté mucho en la tv, ni en el dvd que le hace compañía, la tarjeta de crédito me dejará pagar en cómodas cuotas hasta el fin del mundo y con Keith aquí y el frio tan intenso era una inversión necesaria.
El reloj ha vuelto a correr rápido y los días me parecen horas, porque la felicidad hace que los instantes duren menos para que se disfruten más, aunque estés muriendo por gripe porcina (¿Quién sabe si realmente sea gripe porcina?)
![](https://img.wattpad.com/cover/143987570-288-k741198.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Simón y Keith
Lãng mạnSimón: "...- ¿Qué te pasa Simón? - pregunta, regañando, aunque luego estalla en risa, acomodándose el cabello que ahora le cae mojado sobre la frente. No lleva sus anteojos y no sé si sea la luna, la oscuridad, el paisaje o solo mi cabeza. Es el chi...