G O L D |S.M.| #3

X

X. Nunca.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —Cuestiono ladeando la cabeza, buscando un mejor ángulo para encontrarle sentido alguno a lo que estaba mirando.

—Estoy intentando darte un baile seductor. —Responde y yo suelto una carcajada que retumba en la habitación.

Shawn estaba parado frente a la cama, únicamente en bóxers moviéndose al ritmo de música imaginaria, no tenían sentidos sus movimientos, lejos de ser seductor, lo encontraba cómico.

—Estas insultando mi orgullo, ¿sabes? Yo estoy tratando de darte un espectáculo sexy y tú estás ahí riéndote. —Refunfuña deteniéndose, colocando sus manos en su cadera.

Limpio una lagrima ocasionada por la risa, y me siento en el borde de la cama. —Lamento decírtelo, rey mío, pero no te ves sexy, te ves chistoso, quizá si te quitaras el bóxer elevarías unos cuantos puntos. —Menciono encogiéndome de hombros.

—¿Quieres que me quite el bóxer, regina meis? —Pregunta jalando el elástico de este mismo, niego riéndome.

—Estaba bromeando, mejor sigue con tu vieja táctica. —Respondo y Shawn se acerca hasta quedar frente a mi.

Observo cómo hace una reverencia ante mi antes de estirar su mano en petición por la mía. —¿Bailarías conmigo, mi preciosa reina?

—Estás loco. —Digo con burla, aún cuando su gesto se me había hecho de lo más tierno.

—Baila conmigo, amor mío. —Vuelve a pedir, y para no rechazarlo una segunda ocasión, acepto su mano poniéndome de pie.

Shawn me guía hasta el centro de la habitación, le sonrío y él me sonríe de vuelta, coloca su mano en mi cintura mientras que la otra sostiene mi mano derecha a lo que mi mano izquierda reposa en su hombro.

No hay música, pero comenzamos a bailar como si ambos estuviésemos escuchando la misma canción.

Me guía y sigo su paso de un lado a otro, hace que gire un par de veces sobre mi eje antes de retomar el ritmo marcado el cual es uno lento.

Probablemente si alguien nos mirara diría que estamos locos, él en bóxers y yo en pijama, bailando sin música alguna en nuestra alcoba.

Nos miramos fijamente, él me miraba como si pudiera ver mi alma, y quizá si podía, después de todo, era su reflejo en mis ojos.

—Te amo, cor meum, con cada fibra de mi ser. —Afirma deteniéndose.

—Yo también te amo. —Digo sintiendo un nudo formarse en mi garganta.

Dios, lo amaba tanto.

Une sus labios con los míos en un acto tan breve que puede que sólo lo hubiese imaginado. —Cásate conmigo, Thea. —Me río.

—Ya estamos casados Shawn. —Respondo mostrándole mi mano la cual tenía tanto el anillo de compromiso como el de casados.

Shawn sonríe de costado. —¿Te casarías conmigo si no lo estuviéramos ya? —Pregunta con un tono juguetón.

—Lo haría sin dudarlo.

Al ya haber dejado de bailar, paso ambos brazos alrededor de su cuello atrayéndolo para poder volver a besarlo.

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Mi castaña me atrae hacia ella y yo gustoso dejo que me manipule para poder saborear sus labios rosas y carnosos.