XXIX

30.1K 2.9K 1K
                                    










XXIX. Barrera.







Era el día 13 de enero, más de una semana había pasado desde que Shawn se marchó al castillo dejándonos tanto a Kian y a mi aquí, alegando únicamente que era por seguridad de su hijo.

Durante el transcurso de estos días Shawn había venido un par de veces para ver solamente a nuestro pequeño y así darle tranquilidad, él y yo no habíamos vuelto a hablar.

No sabía que había pasado exactamente en el castillo, tampoco sabía si alguien había resultado herido, aunque me temía que así fue, igual Shawn no me había dicho nada.

Sonrío al ver a mi príncipe con un pequeño rastro de la pasta dental cerca de su labio, al ya haber terminado de desayunar había ido a lavarse los dientes.

Llevo mi dedo pulgar a su rostro y remuevo la diminuta mancha, Kian frunce su ceño, no por mi acción, sino por lo que a continuación diría; —¿Mi papi no va a venil hoy?

Cuestionó, ya que cuando Shawn venía a verlo siempre era a la hora del desayuno. —No lo sé, mi príncipe. —Le respondí con una mueca de disculpa, su rostro no tardó en demostrar tristeza, incluso decepción. —Tu papi está muy ocupado con el castillo, quizá venga más tarde, o mañana temprano, ¿lo extrañas mucho?

—Si. —Respondió en un monosílabo. —Tú nunca te ilás, ¿verdad mami?

—Nunca, yo siempre estaré a tu lado cuando me necesites, ¿me entiendes? —Kian asiente y sonríe, encontrando consuelo en mis palabras ante la temporal ausencia de su padre.

Escucho como alguien se aclara la garganta, uno de los sirvientes se muestra en la sala de estar donde nos encontrábamos. —El rey viene llegando, su majestad.

Ni siquiera dije algo al respecto, me limité a observar como el rostro de mi hijo se iluminaba de alegría pura, no tardó mucho en salir corriendo dirigiéndose a la salida del lugar, suspiré sabiendo de sobra que Kian siempre amaría más a su padre, aún cuando me doliera reconocerlo, mi consuelo era que no importaba lo que sucediera entre Shawn y yo, él siempre amaría a nuestro hijo por sobre todo y todos.

Sin perderme más en aquel pensamiento, decidí marcharme a la habitación que ocupaba aquí ya que no quería quedarme para ver como Shawn me ignoraba.

Al entrar en la recámara fui directamente a la cama para sentarme en la orilla, así me mantuve los siguientes veinte minutos, limitándome a imaginar cómo estarían mis padres ante la manera en la que nos habíamos marchado, también pensé en mi nana, seguramente debía estar algo agitada con todo lo que había pasado en el castillo, igual no lo sabría, Shawn no me decía nada.

Generalmente uno de los sirvientes venía a avisarme cuando el rey se retiraba, por lo que al escuchar golpes en la puerta contesté con un "adelante". No tenía puesto el seguro por lo que la puerta se abrió casi al instante, sólo que no entró un empleado, entró Shawn cerrando la puerta detrás de él.

Lo miré en silencio, repasándolo rápidamente, viendo aquel traje color café oscuro que portaba con una camisa blanca debajo del saco. Él no lucía feliz de verme, y eso me dolía, por lo que desvié mi mirada de él y la posé en el suelo de mármol.

—¿Y Kian? —Le pregunté en un tono de voz bajo.

—Lo dejé en su cuarto jugando para poder venir a verte. —Respondió. Escuché su andar hasta que quedó unos pasos frente a mi, mi vista ahora estaba sobre la punta de sus zapatos negros, perfectamente limpios. —¿Quieres regresar al castillo o te sientes más segura aquí? —Cuestionó tomándome por sorpresa, elevé mi mirada para verlo a la cara, aunque por encontrarme sentada elevo un poco mi rostro mirándolo hacia arriba.

No le contesto, porque si bien me sentía segura aquí con Kian, también quería estar cerca de él, y eso sin mencionar que mi hijo amaría volver con su padre.

—¿Tú quieres que regrese contigo? —Formulo, Shawn no esperaba esa pregunta y lo demuestra al fruncir su entrecejo.

—No se trata de lo que yo quiero, sólo contesta lo que te pregunté. —Esquivó mi pregunta al mismo tiempo que terminaba de acercarse, se sentó junto a mi en el colchón, manteniendo escasa distancia entre nosotros.

—Quiero regresar contigo. —Respondí evitando mirarlo.

Shawn podría haberme dicho que no dudaría en dejarme, y aún así, yo seguiría queriendo ir con él.

—Bien, nos vamos en un par de horas. —Dice posando su mano sobre mi rodilla dándole un ligero apretón antes de ponerse de pie.

Pienso que se marchará, pero se abstiene de hacerlo volviéndose a girar para mirarme. —Me comporté bastante cruel el otro día, estaba molesto por todo lo que había sucedido y terminé desquitándome contigo. Lo siento, pero quiero que sepas que en realidad, yo no podría vivir sin ti.

Le sonreí, era curioso, pese a todo, yo realmente sentía que no podríamos vivir el uno sin el otro.

—Descuida, yo sé. —Contesté parándome.

Shawn se acerca pero no hace contacto conmigo, era como si una barrera se hubiese creado entre nosotros a causa de los días en los que ni siquiera nos habíamos hablado.

Al final ninguno de los dos hizo algo, y Shawn terminó marchándose de la habitación diciendo que iría a ver a Kian.

⚔️⚜️⚔️

Decidí no salir de la recámara, me quedé encerrada esperando a que se llegara la hora de regresar al castillo, incluso dormí un poco.

Cuando desperté ya había pasado casi una hora, bostecé con pereza incorporándome en la cama hasta quedar como inicialmente estaba; sentada.

Me puse de pie y fui directo al baño para así enjuagar mi rostro y despabilarme un poco, al terminar opté por salir de la habitación para ir a ver a mi hijo.

Mis pasos iban dirigidos a la sala, pues generalmente ahí era donde se ponía a jugar con su padre cuando él venía, pero mientras deambulaba entre los pasillos me topé con Shawn deteniendo mi andar.

—Kian está dormido. —Me dijo pareciendo adivinar lo que me preguntaba.

—¿Y eso? —Cuestioné, pues él no acostumbraba a dormir a esta hora.

Shawn se encogió de hombros. —Estuvimos jugando todo este rato y luego comimos pastel, supongo que el cansancio y el estar satisfecho le hizo querer merendar, no es algo de qué preocuparse, yo algunas veces hice eso de pequeño. —Explica despreocupado, por lo que no me tomo nada a mal. —Si necesitas algo estaré en el despacho. —Agrega para así retomar su camino.

—¿Por qué me estás evitando? —Pregunté recogiendo valor del que usualmente carecía, él se detuvo y se giró hacia mí esbozando una sonrisa.

—¿No te es obvio? —La verdad era que no, con él nunca se sabía, así que negué. —Es mejor así Thea, créeme.

—¿Y tú realmente lo crees? —Continúe con mi atrevimiento, deduciendo que se refería a mantenernos distanciados.

—No necesariamente, pero como te lo dije hace rato, no se trata de lo que yo quiera... o crea, se trata de lo que tú decidas. —Respondió metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón, y quizá era yo, pero casi podía jurar que me retaba a acercarme a él, mirándome con superioridad, como si creyera que yo no sería capaz de hacerlo y cedería ante la razón antes que a mis deseos.

Y me acerqué a él tomando la iniciativa, esta vez, sin querer pedirle nada a cambio.

Me paré frente a Shawn pasando mis manos por sus brazos hasta detenerme en sus hombros, y, posteriormente, rozar mis labios con los suyos. Y cundo el contacto se intensificó, fue como si la barrera que se había formado, cayera.








*Sin revisar.
¡Feliz Navidad! Quizá no un maratón, pero aquí está su capítulo de regalo. Muchas gracias por todo, por acompañarme a lo largo de todos estos meses, los amo, y les deseo una buena navidad con sus seres queridos (o lo que celebren) ahre. Los amo. ⚡️

G O L D  |S.M.|   #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora