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I. El Principio del Fin.





—Tenemos tiempo. —Shawn dice en cuanto me sienta sobre su regazo.

—Ambos sabemos que eso es mentira. —Digo, pero no hago nada por detener lo que queremos hacer, hacía ya bastantes días que no lo hacíamos.

Siento sus labios atacar mi cuello mientras sus manos acarician mis piernas antes de apretar mi trasero por debajo del vestido suelto que usaba, busco sus labios a la vez que comienzo a moverme sobre él, Shawn ahoga un gruñido.

No teníamos tiempo para juegos, en si, sería un milagro que llegáramos a culminar lo que estábamos iniciando, intentó llevar mis manos a su pantalón, pero escuchamos como la perilla de la puerta se mueve, apenas y me da tiempo de bajarme del regazo de Shawn quedando parada frente a él cuando la puerta se abre.

—¡MAMIII! —Kian entra gritando, alargando la "i", corre a mis brazos por lo que me agacho para cargarlo, sus ojitos azules están cristalizados y un par de lágrimas bajan por sus mejillas sonrojadas.

—¿Qué le pasó a mi bebé? —Pregunto preocupada  mientras Shawn se pone de pie junto a mi, Kian sorbe por su nariz antes de responder.

—Nani no me quiere dar pastel de cocolate. —Es su respuesta, por lo que me relajo sintiendo su cabecita recargarse en mi pecho.

Miro mal a Shawn. —Esto es tu culpa. —Le digo y él sonríe atrapando su lengua entre sus dientes, empleando a la vez una cara inocente.

—¿Quieres que papá te lleve por pastel de chocolate? —Shawn le pregunta a Kian con toda la intención de concederle su capricho.

Mi príncipe se separa de mi pecho limpiando las pocas lágrimas que había derramado y le sonríe asintiendo, estirando sus brazos hacia su padre para que lo cargara.

Shawn lo consentía demasiado. Lo amaba demasiado. Así fue desde el primer momento que lo tuvo entre sus brazos.

Luego de más de medio año después del accidente, volví a quedar embarazada, debo de confesar que al inicio no lo quería debido a que creí que lo perdería como había pasado las dos primeras veces. Realmente creí que yo no podría tener hijos nunca.

Durante todo el embarazo Shawn se comportó excesivamente cariñoso, como nunca antes lo había visto, no discutíamos ni peleábamos bajo ninguna circunstancia, debo admitir que supuse que se debía a la posibilidad de perder a nuestro tercer hijo, pero aún después de que Kian naciera Shawn y yo no volvimos a discutir de gravedad. Ambos estábamos muy ocupados amando a nuestro primogénito.

Kian Basil Oceanus Mendes nació un 8 de Noviembre a las 5:24am. Él fue mi milagro, no podría describirlo de otra manera.

Si, el nombre es algo raro, pero Shawn quería que se llamara Kian y yo quería que se llamara Basil, por lo que "Kian Basil Mendes" iba a ser su nombre, pero cuando Niall lo cargó por primera vez en el hospital y vio sus ojos azules lo primero que dijo fue; "sus ojos parecen un océano" y después de eso le insistió a Shawn que se llamara "Océano", ambos nos opusimos, pero al final Shawn decidió agregarle el nombre "Oceanus", basándose en el dios titán de la mitología griega.

Niall no cabía de la emoción, y eso me alegró a mi también, ya que después de la muerte de Sky el irlandés había perdido la alegría que tanto lo caracterizaba. Niall comenzó a volver a ser el mismo ante el nacimiento de Kian.

Por otro lado, Nash se había mantenido distanciado de nosotros, ni siquiera había asistido a nuestra boda, incluso tomó que Kian tuviese un año para conocerlo, y lo entendía, no podía culparlo. Pero en cuanto conoció a nuestro pequeño sus visitas al castillo volvieron a ser frecuentes, quizá no tanto como antes pues ahora él era el rey de las Netherlands, pero cada que tenía tiempo venía a ver a su sobrino. Nash había sido una víctima más del encanto de los bonitos ojos azules del príncipe de Dinamarca.

Desde la llegada de Kian todo era diferente. Shawn era diferente.

Se había convertido en un gran rey que siempre estuvo al pendiente de su reino. En un amoroso padre cuidando siempre de su hijo, y un gran esposo.

Supongo que debido al inicio de nuestra historia tenía mis dudas sobre él, pero en estos cuatro años Shawn había probado que realmente había cambiado.

—Dile adiós a mamá. —Shawn le dice a Kian quien mueve su manita despidiéndose de mi.

Mi ceño se frunce. —¿Cómo que adiós? Yo voy con ustedes, alguien tiene que cuidarlos.

—¿Escuchaste eso Kian? Mamá no confía en nosotros. —Dice y yo ruedo los ojos.

—Confío en Kian, pero no en ti, ¿o ya se te olvidó el dolor estomacal que te dio la última vez por comer demasiado pastel? Te quejabas más que Kian cuando se enferma. —Shawn me muestra la lengua y a consecuencia nuestro hijo se ríe antes de taparle la boca a su padre con sus manitas.

—Mami se va a enojal. —Le advierte esta vez pasando sus brazos alrededor del cuello de su padre.

—Ya oíste Shawn, mami se va a enojar. —Digo con diversión comenzando a avanzar hacia la puerta.

—Es un riesgo que estoy dispuesto a correr. —Menciona guiñándome un ojo.

Los tres salimos de la alcoba y Shawn le pide a uno de los empleados que nos lleven pastel de chocolate al jardín que es donde a Kian más le gusta comer debido a que después de hacerlo se pone a jugar con su padre.

Luego de asegurarme que Kian se lavara sus manos nos sentamos en la mesa del jardín, mi príncipe se queda sentado en las piernas de su padre y espera paciente a que su rebanada de pastel sea servida.

Shawn le quita la boina que le había puesto ya que gracias a su tío Niall tenía demasiadas, Kian se sacude su cabello revolviendo más sus rulos color chocolate iguales a los de su papá, en si, Kian se parecía demasiado a él, lo único diferente eran sus ojos azules, porque hasta la marca en forma de triángulo la había sacado en el área de su espalda baja, exactamente igual a la de Shawn.

Miro con adoración a mi pequeño, aún no me podía creer que ya tuviese tres años, parecía que apenas estaba viendo cómo el doctor le daba nuestro hijo a Shawn, quien no pudo evitar llorar cuando lo sostuvo entre sus brazos antes de entregármelo, si, él cargó a Kian antes que yo. Cuando menos lo esperé mi bebé ya estaba diciendo su primera palabra, y por supuesto que esa palabra fue "papá". Al cumplir su primer año, exactamente dos semanas después, dio sus primeros pasos, estaba intentando ir con su padre quien lo esperaba con los brazos abiertos. La felicidad en el rostro de Shawn al ver a su primogénito ir hacia él es algo que nunca podré olvidar. Shawn amaba demasiado a Kian, eso era algo que nadie podía negar.

Sonreí. Verlos a ambos tan felices comiendo pastel me hacía pensar que estos eran los verdaderos placeres de la vida, aquellos momentos que hacían que cualquier sufrimiento valiera la pena, porque ver felices a los seres que más amo era la recompensa a todo daño.

Finalmente estaba siendo verdaderamente feliz.





Hola, hola. Primer capítulo del último libro de KING. Estoy feliz y triste a la vez, pero ni modo, todo eventualmente llega a su fin y eso es algo que aprendemos de manera difícil. Ya me estoy poniendo sentimental, ayuda. KIAN BASIL OCEANUS BEBITO HERMOSO, AL FIN TENEMOS LO QUE TANTO QUERÍAMOS, UN HIJO DE SHEA, BASTA QUE ESTABA LLORANDO ESCRIBIENDO ESTO. AMO A ESE NIÑO MÁS DE LO QUE ME AMO A MI MISMA. Y solo quiero recordarles que Thea no sabe nada del accidente. ⚡️

*Si, ya pasaron 4 años, decidí hacerlo así porque no quería escribir otra vez sobre el embarazo de Thea pues sería prácticamente HEIR sólo que con otro final xd, además, de esta manera GOLD no tendrá tanto relleno.

G O L D  |S.M.|   #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora