XLIII

24.6K 2.6K 1.4K
                                    










XLIII. Equilibrio.






Enzo me miró con desaprobación.

—Te pedí su nombre. —Repetí serio.

Él continuó sin ocultar su desaprobación, y en secreto agradecí que le fuera leal a la reina sin decirlo. Necesitaba más empleados como Enzo. —Su nombre es Lidia Clausen, alteza. —Se vio obligado a responder.

Asentí, pero ahora tenía que mantener la apariencia de que me interesaba, no sólo tenía que creérselo ella, todos tenían que hacerlo para no levantar sospechas. —Vigílala Enzo, no quiero que nadie se le acerque, y avísame si así sucede. —Y esto tenía doble sentido, porque Enzo se lo estaba tomando a qué recelaba la idea de ella con alguien más, cuando en realidad sólo quería saber si tenía cómplices, y con quien mantenía contacto. —Es una orden, espero que la cumplas.

—Así será, majestad. —Dijo con excesiva seriedad.

No me importaba su desaprobación, lo entendería si le explicara, pero yo no le debía explicaciones a nadie, aunque en este caso, a Thea si, y se las di antes de siquiera atreverme a ejecutar este método, no arriesgaría perder a la madre de mi hijo por una simple empleada.

—Puedes retirarte. —Hablé y él hizo una reverencia antes de marcharse.

Comencé a sospechar de esa mujer desde la ocasión en la que se presentó estando Niall conmigo, y mis sospechas aumentaron no solo con lo que sucedió la noche pasada en mi despacho, también con lo que me contó Thea. Era mucha insistencia y atrevimiento de su parte teniendo en cuenta que nunca había mostrado interés en ella. Puede que ella fuese una espía buscando meterse conmigo para sacarme información, o simplemente que alguien la hubiese mandado para intentar destruir mi matrimonio, de cualquier forma, ¿quién era tan estúpido para creer que yo caería ante eso? Primero muerto antes de involucrarme con otra mujer teniendo a mi castaña.

—Ya llegó la persona a la que más amas. —Ambas puertas del despacho se abrieron de par en par mostrando a Niall, rodé los ojos.

—Eres de lejos la persona a la que más amo, ni siquiera entras en los primeros diez, en más, hasta Troon que no es una persona está antes que tú. —Solté viendo como lo seguía Nash quien fue el que terminó cerrando las puertas.

—Mientes como el mentiroso que eres. Todos sabemos que son menos de diez, no llegas a tantos. —Tenía un punto.

No sé por qué, pero hice la lista mentalmente; Kian, Thea, Nash, Niall, Anne y ¿Sophia? No, no sabía si a ella llegaba a quererla tanto. Definitivamente era una corta lista.

—Como sea, igual no eres la persona a la que más amo...

—Eso es porque ni sentimientos tienes, ¿verdad Nash? —Mi primo se encogió de hombros.

—A mi no me metan en sus peleas ridículas, solo admitan que se aman y cállense. —Nash dijo sentándose en una de las sillas frente a mi escritorio.

Niall suspiró dramáticamente. —Nash tiene razón, ya no hay que pelear, así que dime que me amas. —Rodé los ojos por segunda vez.

—¿Qué quieren? —Inquirí ya que por algo estaban aquí, Niall también se acercó y se sentó en la otra silla vacía frente a mi escritorio. —Por cierto, ¿y Matthew?  —Indagué al caer en cuenta de su ausencia.

—Estaba leyendo en la biblioteca, parece estar en su propio mundo. Me recuerda mucho a ti. —Niall soltó y me ceño se frunció.

—¿Por qué dices eso?

—No lo sé, es sólo que lo veo tan sumido en su mente y tan concentrado en todo lo que hace que me recuerda a ti, tú eres exactamente igual. —Explicó con simpleza y yo lo dejé pasar.

No debí dejarlo pasar.

—Da igual, nosotros venimos a sugerir irnos al club, ayer no saliste en todo el día de tu despacho, necesitas un descanso, una distracción, sé que trabajas mucho y te esfuerzas por mantener a tu reino a salvo teniendo en cuenta todo lo que sucedió, pero Thea está preocupada por ti, no descansas como deberías. —Nash dijo y volví a fruncir mi entrecejo, ¿cuando había hablado él con mi castaña?

—¿Qué dices? —Niall habló distrayéndome de mis pensamientos.

—Lo siento, pero si dejo este despacho será para pasar tiempo con mi hijo.

—Obviamente lo vamos a llevar con nosotros, ¿entonces si vamos? —Aclaró Niall.

—Está bien. —Terminé aceptando, porque me entusiasmaba la idea de ir con mi príncipe.




⚔️⚜️⚔️





///

Lo primero que sentí fueron ligeros mareos desde ayer los cuales ignoré completamente, pero esta mañana, al sentir asco con el olor del desayuno, no pude simplemente ignorarlo, mucho menos podía hacerlo ahora, que había terminado vomitando luego de probar un poco del almuerzo que me habían traído a la alcoba.

Me encontraba sola, ya que Shawn se había llevado a Kian junto con los demás hombres a pasar el resto del día en el club, la verdad es que no quise acompañarlos debido a estos malestares que venía sintiendo.

Lo que menos quería era que Shawn se ilusionara porque sabía que pensaría lo que yo estaba pensando justo ahora; estaba embarazada.

Y me volví a sentir estúpida al caer en cuenta que mi periodo de este mes no había llegado, estaba retrasado por pocos días, pero lo estaba, ¿cómo podía dejar pasar detalles tan importantes?

Me sentí aterrada.

Si, sabía que yo había aceptado la idea de volver a embarazarme, también estaba consciente de que tenía sexo sin protección con Shawn sin preocupación alguna, por supuesto que esperaba estar embarazada, pero eso no me quitaba lo aterrada.

Porque el pánico se instaló en mi, me temía volver a perder un bebé, eso era lo que más me aterraba, la misma razón por la que en el fondo, deseé no estarlo. Lo quería, pero me aterraba más perderlo.

Lloré, ¿por qué siempre lloraba cuando descubría que estaba embarazada?

Me senté en la orilla de mi cama aún llorando, Troon ladró frente a mi, no había dejado mi lado desde que su amo se fue. Lo cargué y lo abracé y él se dejó para que cuando lo soltara, tranquilamente se acomodara en mis piernas. Acaricié su blanco pelaje, me sentí menos sola.

Ya más tranquila, volví a analizar la situación, Shawn estaría contento con otro hijo, Kian también lo estaría con un hermanito, Dinamarca se equilibraría, y yo, yo solo esperaba que fuera niña.




⚔️⚜️⚔️





Ese mismo día, por la mañana, Matthew encontró algo que los destruiría a todos, o eso aseguró.

¿Quien no se aseguraría de eliminar cualquier pista de lo sucedido? Definitivamente no existía el crimen perfecto, pensó.

G O L D  |S.M.|   #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora