G O L D |S.M.| #3

XLVI

XLVI. Mentiras.

"Él siempre dijo las mentiras más hermosas, ya que todo lo que quería era disfrazar una horrible realidad."

-GOLD.

Años Atrás.

Thea no quiso ir a Brasil, al final, el ahora matrimonio, terminó yendo a Australia.

Esto se debió a que de alguna manera, la actual reina de Dinamarca, sentía que al hacer este viaje, honraría la memoria de Sky.

Thea quería terminar el viaje que Sky nunca pudo hacer.

Y Shawn no pudo negarle nada a su esposa, ya que como siempre, quería tenerla contenta, consintiéndola en cuanto podía y hasta en lo que no, era más fácil de esta manera.

Hicieron su viaje con destino a una playa privada en Australia, Shawn realmente no mintió cuando dijo que atravesaría el mundo si ella lo quería.

Esas fueron las mejores -y únicas- vacaciones que los reyes de Dinamarca tendrían, y esto no se debía a que hubiesen disfrutado de la playa, o de alguna otra actividad, no, en realidad fueron las mejores vacaciones por un motivo diferente.

Los tres primeros días fueron los más tranquilos y pasables, pero eso cambió cuando Thea comenzó a presentar mareos, ascos y vómito, no tenía fuerza ni ganas para salir de aquella casa lujosa en la que se estaban quedando, quería dormir la mayor parte del día, ante eso, Shawn no tardó en mandar a traer a uno de los mejores doctores del lugar, él quería estar seguro de lo que se imaginaba.

Y cuando el doctor lo confirmó, se sintió tan feliz.

Después de tanto Thea le daría a su heredero, el futuro rey de Dinamarca venía en camino.

Actualidad

Con Kian había tenido bastante vomito al inicio, pero a medida que avanzaban los días con este embarazo me doy cuenta que este es peor, así como las náuseas y mareos eran más acentuados, largos y frecuentes. Y lejos de perder peso, parecía estar ganando un poco más.

Un mes y medio había pasado ya desde aquella noche en la que todo cambió, Shawn y yo no habíamos vuelto a hablar en lo más mínimo, y con un castillo tan grande no fue tan difícil evitarnos, apenas y nos veíamos, así también ya había sacado gran parte de sus cosas de la alcoba que compartíamos, y ahora su habitación era una en el lado opuesto a esta. Realmente todo había cambiado.

Y nuestro hijo, él parecía estar tan ajeno a todo, se la pasaba con Troon y su papá, incluso en ocasiones se iba a dormir con él, y sin olvidar que ya había pedido una habitación más cercana a la de su padre, o eso fue lo que me comentaba Enzo.

Si Kian tenía que seguir a alguien, seguiría a su padre. Kian siempre elegiría a Shawn.

En el fondo no me dolía, porque para ser honestos, Shawn era el mejor padre, él jamás permitiría que algo le pasara a nuestro pequeño, de eso estaba segura.

Unos golpes en la puerta me obligaron a ponerme de pie aún cuando era lo último que quería, abro la puerta y como era de esperarse me encuentro a Enzo, quien hace una reverencia antes de extenderme un sobre blanco.

—Llegó esto para usted, su majestad. —Dijo cuando lo tomé.

—Muchas gracias Enzo, puedes retirarte. —Agradecí sonriéndole, él se limitó a hacer una reverencia previo a macharse. Después de Shawn, Enzo debería ser la persona más inexpresiva en Dinamarca.