LVI

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LVI. "Libre"





Agosto 2.

6:00 am.

Dinamarca entero pareció guardar silencio.

La noticia había salido hace un par de días, algo así no se podía ocultar. Algunos habitantes se sentían tristes por la manera en la que el antiguo rey había muerto, otros más, se sentían mal por Nash, ¿quien iba a pensar que ese príncipe de tan bonitos ojos azules que conocieron de pequeño iba a terminar siendo un asesino? No se lo podían creer del todo, menos se podían creer que habría una ejecución después de tantos años.

La ejecución sería realizada en el mismo salón donde se juzgaba, por ende no habría espectadores como se acostumbraba en años antiguos, solo serían El Consejo de Dinamarca, Belgium y el de las Netherlands, así como el rey de Dinamarca y el de Belgium, el Señor de España y quien se encargaría de cortarle la cabeza al sentenciado. Nadie más asistiría. No solo por los deseos de Nash, también por órdenes de Shawn.

La reina de Dinamarca estaba en el mismo cuarto rodeada de máquinas, con Niall y Kian a su lado, así como Troon y Kroon.

La duquesa de Inglaterra estaba sentada en la celda vacía que había ocupado Nash.

Todos los invitados a ver la ejecución ya estaban en sus lugares.

El rey de Dinamarca estaba sentado en su trono.

Y el acusado era presentado en aquel salón, deteniéndose con la guillotina frente a él.

Dinamarca nunca había cambiado la ley de pena de muerte, tampoco había prohibido el uso de la guillotina, ya que simplemente se había dejado de usar al ya no haber existido juicios, la gente parecía haber cambiado, ya no había traiciones a la corona.

Shawn tenía que mantener la postura, y aunque su cuerpo se encontrara en una postura perfecta, su rostro era otra historia, sus ojos cristalizados solo amenazaban que en cualquier instante se echaría a llorar.

Él sabía que estaba a punto de presenciar el acto que más le iba a doler, algo que lo iba a destruir completamente, su corazón y su alma iban a irse con Nash, estaba seguro de eso. No habría marcha atrás, ya no tendría a quien acudir cuando todo estuviera mal, ya no habría quien lo salvara. Iba a estar solo.

Shawn escuchaba que alguien hablaba, probablemente el integrante de El Consejo quien era el encargado de llevar este "evento", no entendía absolutamente nada de lo que él decía, solo era consciente de lo mucho que estaba sufriendo en este instante.

Sus ojos estaban clavados en los de Nash, quien vestía un traje azul marino, sus manos estaban entrelazadas detrás de él, y Shawn notó que él se veía bien, tranquilo... feliz.

Iba a ser libre, por supuesto que estaba feliz.

—Dios tenga piedad de nosotros, los simples mortales...

Esa fue la señal de Shawn, estaba por suceder, por lo que se puso de pie y habló interrumpiendo; —Voy a ver los tulipanes y pensaré en ti. Te prometo que siempre voy a pensar en ti. —Hizo una pausa al quebrarse su voz. —Te amo, Nashty.

Nash sonrió. —Y yo te amo a ti, Shawnie.

Todos guardaron silencio, menos aquel hombre de El Consejo que prosiguió dando sus últimas palabras. —Dios tenga piedad de su alma. —Continuó para luego hacer una breve pausa. —Y que se cumpla lo que en su tiempo se escribió; O vives para adorar el nombre de tu rey, o mueres en el nombre del mismo.

Finalizó, e hizo la señal.

Nash se hincó sonriéndole una última vez a Shawn antes de acomodar su cabeza, Shawn flaqueó y el guardia junto a él tuvo que sostenerlo para que no cayera.

Shawn se había puesto en blanco, se perdió en sí mismo cuando vió la cuchilla bajar, terminando con la vida de su otra mitad.

Se escuchó un grito desgarrador, era el de Shawn, corrió junto al cuerpo ya sin vida de Nash, se cubrió de su sangre y lloró gritando su nombre.

Ese fue el día en el que Shawn Mendes, rey de Dinamarca, realmente lo perdió todo.

El día en el que lo vieron quebrarse, volverse pedazos para nunca más volverse a unir.

Fue el día que marcó un antes y después, Shawn nunca volvió a ser el mismo.

Kroon y Troon aullaron, anunciando que ese también fue el día en el que Nash Grier, rey de las Netherlands, había sido libre.



" —¿Nash? —Había susurrado Shawn de cinco años, estaban acostados en la misma cama a punto de dormir.

—¿Ummm? —Respondió medio dormido el príncipe de las Netherlands.

—¿Crees que siempre vamos a estar juntos? —Cuestionó el otro príncipe, jugando con la cobija en sus manos.

—Si, Shawn, siempre vamos a estar juntos. —Dijo, y el sueño lo venció."

G O L D  |S.M.|   #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora