G O L D |S.M.| #3

XL

XL. "Versión Favorita"

"Y las mentiras escurrían de sus labios como dulce miel, sin embargo, yo las probaba sin saber, que en realidad, eran un veneno amargo."

-GOLD.

Años Atrás.

Siempre se habló de lo que Shawn significaba para Nash, pero pocas veces se habló de lo que Nash significaba para Shawn.

La única persona con la que Shawn se sentía seguro, era con Nash.

El futuro rey de Dinamarca de alguna manera se sentía protegido estando con su primo, el príncipe de las Netherlands.

En especial en los momentos de llorar.

Había días en los que Shawn simplemente se sentía quebrar, y es que a sus ocho años algunas cosas se sentían tan... pesadas, especialmente los crueles recuerdos de aquella noche de Noviembre.

Nash fue el único con el que Shawn compartió su dolor, él único con el que mostró lo vulnerable que era y lo roto que estaba.

Fueron contadas las veces en las que Shawn lloró frente a Nash, pero en cada ocasión fue tan desgarrador, que Nash ya no solo sentía su propio dolor, también el de su primo.

Puede que ambos hayan sufrido la misma tragedia de ese Noviembre, pero la diferencia es que Nash no tuvo que pasar por lo que Shawn pasó tiempo después. Así como tampoco le fue tan difícil expresar lo que sentía, mientras que Shawn guardó todo para sí mismo, y, cada vez que sentía que ya no podía más, que sentía que se ahogaba, era cuando su primo lo sostenía, lo salvaba.

Nash siempre creyó que Shawn era quien lo protegía, pero si viera la historia desde la otra perspectiva, se daría cuenta que su primo lo necesitaba más de lo que él mismo necesitaba a Shawn.

Pero al final no se trataba de quien protegía más a quien, o de quien amaba más al otro, pues la única verdad era que ambos darían la vida por el otro sin pensarlo.

Shawn podía perder todo y a todos, pero a Nash no, oh Dios, a Nash no.

Y Nash, él simplemente sin Shawn, no querría vivir, porque lo amaba tanto que una vida sin él, no tendría sentido.

⚔️⚜️⚔️

Salí al jardín, era aún muy temprano, el alba recién se mostraba y la mañana se sentía fría, por lo que aferré mis dedos al abrigo que me cubría sobre la pijama.

Miré a Shawn cerca del laberinto jugando con el cachorro blanco, vi como se agachaba para acariciar al animal antes de quitarle la pequeña pelota del hocico y arrojarla lejos para que el cachorro saliera corriendo tras de ella.

—Le agarraste cariño muy rápido. —Le digo deteniéndome un par de pasos detrás de él.

El rey se voltea y me mira extrañado. —Deberías estar en la recámara durmiendo, es muy temprano como para que estés despierta. —Habla en reclamo manteniéndose en su lugar.

—Tu también deberías estar durmiendo. —Respondí y él se volvió a voltear prestando su atención al perro que había regresado.

—Sabes que tengo problemas para dormir. —Dijo volviéndose a agachar para tomar la pelota y arrojarla lejos para que el cachorro se volviera a ir tras ella. —Vete a la recámara y duerme. —Agregó girándose una segunda vez para mirarme.