*Capítulo 18

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Pov Zidf:



-Ya llegamos.

El Hummer frena junto con el jeep que va con nosotros como guía y puedo ver, al fin, algo más que espeso follaje, jungla, jungla y, ¡ah sí!, más jungla. Ante nuestros ojos aparece un pequeño claro y, en él, una cabaña. No es muy grande, pero es linda y parece acogedora.

Sé que no es como la casa que teníamos en el Homeland, ahí me había esmerado en las remodelaciones, sin embargo, ésta no había caído en mis manos hasta ahora y no era una mini fortaleza como la otra. No obstante, eme aquí, ahora es nuestra y yo me voy a encargar personalmente de que pueda resistir.

Ya le dije a Justice y los demás que quería hacer lo mismo en ésta casa que lo que hice en la primera; sé que no somos la primera pareja que se queda en la Zona Salvaje por necesidad y, también sé, que esa cabaña tampoco terminó nada bien, por lo que no pienso arriesgarme.

El lugar parece tranquilo y está bastante oculto por la maleza, no esta tan fácil de ver. La casita no tiene más de dos pisos, unas cuantas ventanas, techo a dos aguas, porche y un caminito de piedras hundidas en la tierra que llevan a la entrada. Nos bajamos todos y nos encaminamos a la casa mientras Black y Slade (que es el que está para mostrarnos el lugar y lo que tenemos que saber mientras el conductor del Hummer se queda en él) llevan los bolsos hacia adentro.

Al cruzar el umbral, nos recibe un living no muy grande con tres sillones (dos individuales y uno para tres personas) que dan a la chimenea, de un tono hueso, con almohadones en rojo, negro y crema, con una mesa de centro en el medio, una puerta que da a lo que parece ser un baño, y un pasaje que da a la cocina. Las paredes son de un suave color crema, los pisos son de madera oscura que contrasta con las paredes, las ventanas son de doble hoja con marco de madera del mismo tipo que el piso, con cortinas de un hermoso rojo oscuro con detalles en negro.

A un costado, hay una escalera también de madera que lleva al primer piso. Subimos a dejar los bolsos y nos encontramos con una preciosa pieza de un delicado color azul marino, con el techo en color crema y el piso en madera oscura como lo demás. En el medio hay una cama tamaño king, con varios almohadones en negro sobre un acolchado color beige. A cada lado de la misma hay una mesa de luz de madera con una lámpara negra con pantalla blanca en cada una. Las cortinas son color crema con azul y todo muy rustico, pero con una sensación de comodidad increíble.

-Bueno, acomódense y los espero abajo.

Slade sale de la habitación y me quedo a solas con Black. Agarro mis valijas y las pongo sobre la cama, viendo dónde tendría que ir cada cosa: hay un ropero empotrado en la pared, una cómoda y una puerta que supongo que es el baño.

-Mejor hablamos ahora con Slade y nos organizamos después con más calma.

-Sí, creo que sí.

Black se acerca a mí, me pasa un brazo por la cintura y me guía por la habitación a la escalera. Una vez abajo, nos sentamos en los sillones y vemos lo que Slade tenía para nosotros sobre la mesa de centro.

-Que rápido.

-No, es que no lo hicimos, lo dejamos para más tarde para hacerlo con calma.

-Está bien. Bueno, lo que les voy a dejar es lo siguiente: primero, la señal de teléfono no siempre funciona bien, por lo que les voy a dejar estos comunicadores, por ellos la señal nunca falla. El canal que usan es nuestro, nadie puede usarlo más que nuestros comunicadores. Vi que trajeron armas, mas les voy a dejar un par más por las dudas y un par de cajas más de balas. También les dejo un par de chalecos anti-balas y botiquines. Los materiales empezarán a llegar mañana y las especies salvajes que viven acá están advertidos de su arribo y de la situación.

Amor en combateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora