Amor en combate

Capítulo 46 Final

Pov Zidf:

La enorme y cálida palma de la mano de mi compañero se posa con cuidado sobre mi vientre y lo acaricia con delicadeza, haciéndome sentir escalofríos y, al mismo tiempo, cómo los pequeños dentro de mí reaccionan al contacto de su padre. Han pasado ya cinco meses y el embarazo está casi por terminar.

No se necesitó mucho para saber todos los detalles, esto dos chiquititos se mostraron dispuestos a cooperar sin problemas y, en la siguiente ecografía, ya pudimos ver que eran mellizos, no gemelos (ya que estaban en dos bolsas diferentes) y nos mostraron qué era cada uno: una nena y un nene. Según Trisha, ya que los genes de ambos son dominantes, la "batalla" por el dominio del material genético de cada uno dio como producto un bebé de cada género. Por sus especulaciones, ella cree que el nene será igual a Black, como pasa con su propio hijo y el de Fury, pero la nena será igual a mí.

Black está más allá de la felicidad, está pletórico y no deja de mimarme y cuidarme a todas horas. Ha llegado aveces al punto de ponerme los nervios de punta y saturarme ya que no me deja hacer casi nada sola y me vigila y persigue a todos lados como si fuera mi sobra, pero he intentado entenderlo y mantener el control de mi temperamento: está preocupado, ansioso, siempre quiso cachorros y pensó que no podría cumplir ese sueños jamás, ahora que lo tiene al alcance de sus dedos teme perderlo, que sea solo un sueño o una fantasía, un cruel broma del destino y que terminará perdiéndolo o que despertará nuevamente en su celda de la sede oculta de Mercile.

Juro que intento, realmente intento calmarlo, pero aveces es muy complicado y pierdo la paciencia, además, no es como si las hormonas me ayudaran precisamente a estar en paz con el mundo. Estos meses he estado más irritable y lujuriosa, una mezcla un tanto peligrosa, me enojo con facilidad (por más que se me pasa rápido) y deseo a mi compañero a todas horas, es verlo y comenzar a babear. No me avergüenzo en absoluto, no es como si fuera algo fuera de lo normal puesto que el muy maldito está fuerte como la salsa tabasco, pero mi apetito sexual está por las nubes al igual que mi libido enloquecida. Creo que, la única razón de que no haya engordado con todos los antojos que he tenido, es por la cantidad de ejercicio que hago con Black en la cama. Me sorprende que no la hayamos roto en más de una oportunidad, debo admitir que es muy resistente, lo cual me alegra mucho: eso sí que habría sido vergonzoso, tener que pedir una nueva cama porque rompimos la otra en una sesión de sexo violento y feroz. Totalmente bochornoso.

Y ahí apareció otro tema que me estuvo enloqueciendo también desde que esto empezó: los antojos. Si bien las náuseas no las sufrí en demasía (en eso tuve suerte gracias a Dios), por el contrario los antojos me atacaron sin compasión. El más extraño (creo) fue el que sufrí una noche, a las tres y media de la mañana, de carne cruda con chocolate, caramelo y crema. En ese momento fue el paraíso para mi paladar, pero ahora que ya pasó, cada vez que lo recuerdo me revuelve el estómago. Por suerte no hubo muchos que fueran tan extraños o asquerosos como ese, pero sí que le tomé cariño a la carne cruda, es lo que más me ha pedido mi cuerpo desde el primer momento.

Black, en este tema también, se ha portado como un santo, cumpliéndome cada uno de los repentinos "me dio hambre de..." que he tenido hasta ahora. Tenerlo conmigo (a pesar de los roces) ha hecho que esto sea más fácil para mí, y no solo en tema comida y sexo, sino también en tema de dolores, masajeándome las zonas doloridas para aliviarme, y ocupándose de las tareas grandes de la casa para que no me cansara ni me esforzara demasiado. ¿Cómo no lo voy a amar y a tenerle paciencia cuando él se ha comportado como mi superheroe personal?

Justisce nos hizo el favor de no darle demasiado trabajo para que pudiera quedarse conmigo la mayor parte del tiempo, pero cuando lo necesitaban sí o sí, eran las chicas las que venían a cuidarme y a hacerme compañía. De hecho, entre ellas y Black terminaron de acondicionar la pieza de los bebés, que ahora está pintada de un suave color verde agua con muebles blancos y negros, y repleta de juguetes, peluches y ropa, todo cortesía de las hembras y machos especies y, por supuesto, de mi familia.