Capítulo 21

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Pov Zidf:

La noche estaba realmente hermosa, sin todas las luces de la ciudad ni las del Homeland, las estrellas brillaban por millar, casi no había espacio en el cielo sin un delicado punto de luz.

La noche estaba realmente hermosa, sin todas las luces de la ciudad ni las del Homeland, las estrellas brillaban por millar, casi no había espacio en el cielo sin un delicado punto de luz

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Hacía rato que habíamos cenado y que Midnight dormía tranquilo en el sillón de abajo, yo me vine a la habitación y Black se fue afuera para revisar el perímetro. La paz que reina en este lugar es tan relajante que casi siento que me quedo dormida parada.

Un par de brazos gruesos y pesados se acomodan al rededor de mi cintura y me acarician el vientre en círculos, ralajándome en el proceso. Me relajo, apoyando la espalda sobre su pecho; el aroma de Black me inunda las fosas nasales y me deleito con él, tanto, que se me escapa un ronroneo del pecho. Rápidamente me pongo roja y Black se ríe para luego besar mi hombro con suavidad.

-No te preocupes, estaba a punto de hacer lo mismo, pero me ganaste de mano. ¿En qué pensás?

¿En qué pienso? Buena pregunta. Mi mente es un hervidero de pensamientos, tan tempestuoso como un océano embravecido, o lo es hasta que él me relaja, de la forma en la que solo sabe hacerlo él y nadie más. Y, claro, con ayuda de este lugar, le resulta mucho más fácil, es un oasis de paz. Este entorno transmite tanta paz, tanta tranquilidad, que casi puedo despejar mi mente de todo, casi puedo olvidar los problemas: que nos persiguen (a mí sobre todo), que soy una amenaza potencial para todo aquel que esté a mi al rededor, que mi esperanza de vida es desconocida y el pronóstico de la misma no es muy alentador...

Sip, casi podría, pero todo sigue ahí, que lo ignore es otro tema.

-En muchas cosas. Este lugar es hermoso y muy tranquilo, pero no puedo dejar de pensar en todo lo que nos rodea, en los peligros, principalmente en el peligro que yo represento.

Black gruñe y me levanta un poco más la remera, acariciando con suavidad mi vientre y mis caderas en un intento de relajarme.

-Ojalá pudiera ayudarte a olvidarlo todo, aunque fuere por unas horas. Haría cualquier cosa que me pidieras.

Lejos de conseguir su objetivo, sus caricias consiguen algo totalmente opuesto: me excitan y me llevan al recuerdo de la primera vez que me mostró las maravillas de lo que es capaz de hacerle a mi cuerpo.


Flashback:


De la nada se giró sobre la cama llevándome consigo en el proceso. Me dejó bajo de su cuerpo y empezó a besarme: mis labios, mis mejillas, mi barbilla, cada parte de mi rostro y volví a mi boca. Su sabor picante, fuerte y adictivo, tan único como él me hacía saber que todo era real, que está pasando enserio y no es un sueño.

No importa, yo necesito más, con desesperación, necesito más de él.

Baja a besos, lamidas y suaves mordidas por mi cuello. Ronroneo y Black me lo devulve. Sus manos acarician mi cuerpo con suavidad mientras mis uñas pasan por la piel de su espalda; sé perfectamente que tengo garras y que podría hacerle sangre si quisiera pero no quiero lastimarlo y solo produzco un ligero cosquilleo de caricia cuando las puntas pasan sobre él.

Amor en combateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora