Capítulo 12*

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Pov Zidf:



-Muy bien Zidf, ya está listo.

-Gracias Trisha.

Después de media hora, ya estoy por salir del centro médico. Cuando todo terminó, Black me trajo acá para que me curaran: resulta que tengo varios cortes por los brazos, cara y piernas además de la herida de bala en el gemelo. No tocó el hueso, pero sí que fue profundo y la bala quedó alojada dentro del músculo. Después de varios minutos, ya estaba vendada y lista para irme.

-Bueno, ahora la parte difícil, porque te conozco y sé que no vas a querer cumplirla. Tenes que estar dos días en reposo, eso significa nada de esfuerzos físicos, nada de andar de acá para allá, nada de nada. Cama y descanso.

-¿Es chiste, no?

-Que más quisiera, me evitaría la discusión que se me avecina con vos. sin embargo no, es muy real. Con tu metabolismo de curación, más acelerado incluso que el de las nuevas especies, en dos días deberías estar perfecta, mas solo si guardás reposo.

-Trisha me estás pidiendo un imposible, no soporto estar sin hacer nada y lo sabés.

-Sí, ya sé. Por eso también sabía que esto sería una lucha con vos.

-Perdón que me meta, no obstante ¿por qué no le dan la droga de las especies? Así se curaría aún más rápido.

-Sí, buena idea. Hagamos lo que dijo Black.

-No, es muy arriesgado.

Alli hace acto de aparición en ese preciso instante, hablándonos mientras atraviesa las puertas del consultorio donde estamos. En sus manos hay una carpeta que acaba de cerrar con mi nombre en ella.

-¿Cómo te sentís?

-He estado mejor y también peor, no te preocupes. Ahora, ¿por qué el riesgo?

-Primero decime algo, ¿qué fue lo que pasó allá?

-No entiendo a lo que te referís.

-Zidf, por un momento pareciste un animal salvaje, sediento de sangre, con la única misión de matar todo lo que se te ponía enfrente. No eras vos.

Miro a otro lado avergonzada: es verdad, no pude controlarme. Con la adrenalina corriendo por mis venas, la fiera descontrolada que llevo dentro salió a la superficie, y lo hizo para ir de casería. En ese momento, la idea de matar me parecía la mejor del mundo, me sentía feliz de poder hacerlo. Sin embargo, ahora que estoy consiente, que soy realmente yo, no termino de creerme lo que hice.

Esta no había sido la primera vez que pasa, durante esos dos meses con Rolan había sido un modo de defensa contra esos malditos, aunque también lo provocaban ellos a propósito, "querían ver mi potencial". Había traído grandes consecuencias para ellos: había matado a muchos de sus hombres, destruido varias jaulas y habitaciones, derramado litros de sangre... No me había importado, ellos se lo merecían, no obstante, ahora me sentía terrible: pude haber herido a alguien que no debía, incluso a Black. Lo más extraño había sido que tardé más de lo normal en reaccionar: por lo general no me toma más de unos pocos minutos después de cada ataque de adrenalina, sin embargo, esta vez me llevó mucho más, ni siquiera reaccioné cuando los chicos me hablaban o me sostenían. Además, si no me hubieran estado sosteniendo, seguramente habría atacado a Black, aún tenía el impulso de matar cuando estaba frente a mí.

Su toque me había restaurado un poco a la realidad y, mezclado con su voz y sus ojos, me trajeron de nuevo. De no ser por él, quién sabe cuánto más hubiera estado así y si no hubiera atacado y lastimado a alguien más.

Amor en combateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora