Capítulo 42

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Pov Black:



La luz tras mis párpados me molesta, no me deja dormir; ¿a caso me olvidé las cortinas abiertas anoche? Gruñendo, me remuevo en la cama, buscando el tibio cuerpo de Zidf a mi lado, pero no hay nada, las sábanas están frías y no siento su aroma. ¿Se habrá levantado hace rato?

Sin embargo, esa teoría queda descartada al instante cuando todo vuelve a mí en un flashback que me corta el aliento.



Flashback:



Alzo la mano y acaricio la peluda cabeza de Midnight, recibiendo una mirada del pequeñito.

-Tranquilo amiguito, yo sé que estás preocupado por ella, yo también lo estoy, pero ella va a estar bien, vas a ver.

El baja la cabeza, apoyándola en la pierna de Zidf y suspira pesadamente, pero una alarma estridente empieza a sonar y me hace alzar la vista al monitor de Zidf. No entiendo mucho de esto, pero estoy seguro de que eso no puede ser bueno. De un momento a otro, la pieza se llena de enfermeros acompañados de Trisha y Alli, además del doctor Ted (creo que había estado en la reserva y por eso no había estado acá en el último tiempo para ayudar, todos corriendo de un lado al otro, gritos y movimientos desesperados.

-¡ESTÁ SUFRIENDO UN INFARTO, TRAIGAN LAS PALETAS!

¿Qué? No... Eso no puede ser... No, no, no, no, no... Zidf...

-Cargando, ¡DESPEJEN!

Una descarga se produce en el pecho de mi compañera, generando que se arquee, pero nada más pasa.

-No hay reacción.

-Otra vez. Cargando, ¡DESPEJEN!

Nuevamente otra descarga es hecha a través de su cuerpo y nuevamente su cuerpo se arquea. Vamos Zidf, por favor, volvé, te necesito... No me dejes, no ahora...



Presente:



Después de eso, solo recuerdo que me volví loco, no podía perderla de nuevo, pero cuando intenté llegar hasta ella, algo me pinchó el cuello y todo se volvió oscuro. Al ser consciente de esto, abro los ojos rápidamente y me pongo derecho sobre la superficie donde me encuentro, revisando el lugar con la mirada: estoy solo, en una camilla, en lo que parece una de las jaulas del subsuelo del centro de detención donde ponemos a las especies incontrolables. Es cuando caigo en que, en ese momento donde me drogaron, yo era un especie incontrolable: la perspectiva de la muerte de mi compañera me volvió loco y ahora, lo único que siento, es un dolor y un vacío por la falta de ella que me deja sin fuerzas.

¿Realmente murió, o está viva? Necesito saberlo, con desesperación. Ya la he estado por perder varias veces, la primera creí que habría sido la definitiva, pero el destino quiso darme una segunda oportunidad y ella resultó estar viva. En ese entonces, eso era lo único que me importaba, y sigue siendo así ahora, sin importar lo que ella sea, especie o humana, da igual mientras siga siendo mi Zidf, pero necesito saber la verdad, necesito averiguar si su corazón aún late, si todavía quedan esperanzas.

Sé muy bien que hay cámaras acá, que seguramente me están vigilando, así que decido quedarme quieto y limitarme a esperar, a que aparezcan por esa puerta y me digan el destino de mi compañera y de mi dolorido corazón; no soportaré si ella no sobrevivió, sé que moriré de ser así, no puedo estar sin ella.

Amor en combateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora