Capítulo 16*

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Pov Zidf:



Bip-bip-bip-bip. El pitido constante a mi al rededor hace que abra los ojos para ver dónde estoy. En el primer intento, la luz por poco y me derrite las retinas, por lo que rápidamente los vuelvo a cerrar. Al segundo intento, vuelve a doler, pero no tanto (aunque me cuesta enfocar). Vuelvo a cerrar los párpados y, al tercer intento, (después de esperar uno o dos minutos a que mis globos oculares ya no molesten) puedo abrirlos sin dolor y paseo la vista por el lugar, reconociendo de inmediato dónde me encuentro: el centro médico de Homland.

Soy consciente de que estoy en una cama, conectada a un suero y un monitor cardíaco, sola y con una mano vendada. ¿Qué fue lo que me pasó? ¿Por qué y cómo fue que terminé acá?

Mi cabeza late como si tuviera el corazón ahí en lugar de en el pecho, lo cual es muy molesto porque no me deja ni pensar. Intento hacer un esfuerzo y rememorar lo que pasó antes de despertar acá, mas tengo la mente en blanco. Es tan frustrante, no es la primera vez que pasa, sin embargo, la última había sido cuando todavía estaba en manos del maldito de Rolan. Sé que no volví ahí, que no estoy en sus manos, que estoy en Homeland, no obstante, la verdad es que estoy muy desconcertada respecto a los sucesos posteriores a mi llegada a acá. ¿Habré perdido el control y habré lastimado a alguien? O peor aún ¿lo habré matado?

No, no, no, no, no, por favor, que no haya pasado nada, no podría perdonarme el haber herido a un inocente y, menos que menos a una especie.

Lo que más me intriga es: ¿qué fue lo que pasó para que yo perdiera el control de mi adrenalina? Normalmente puedo controlarla (casi siempre, no soy perfecta, y más ahora que no tengo el suero que hacía de controlador de la misma), pero esta vez no pude. ¿Qué fue lo que me pasó?

La puerta de la sala se abre y por ella entran Alli y Joyce. Ambas me miran y sonríen al verme despierta. Rápidamente se acercan a mí, mas Joyce se da vuelta y mira hacia un costado. Sigo la dirección de su mirada y me encuentro con Black, repatingado en un sillón (una pierna por encima del respaldo, otra sobre el piso, un brazo tras la cabeza y otro apoyándolo casi en el piso), con la boca entreabierta mostrando las puntas de sus colmillos y un fino hilo de baba resbalando de la comisura de su boca hasta el mentón. Bajo sus ojos hay dos oscuros círculos, como si no hubiera dormido en mucho tiempo, y en las líneas de su cara se puede notar la tensión que está acumulando. También está herido, tiene varios moretones y cortes por la cara.

De un momento a otro me siento culpable ya que, la idea de que él esté así por mi culpa, se abre camino por mi cerebro como un taladro. Es un pensamiento lógico estando yo en una camilla en el centro médico y él ahí. Sin embargo, la situación y la posición en la que se encuentra, resulta ser sumamente graciosa.

Las chicas notan mi cara de preocupación y enseguida me tranquilizan diciéndome que no fui yo quien le hizo eso, no obstante, cuando les pregunto por lo que lo provocó, se miran entre sí y ninguna quiere decirlo.

-Chicas, enserio necesito saber lo que pasó.

-No está en nosotras decirlo Zidf...

-Pero en mi sí.

La voz de Black nos sobresalta a las tres, ya se despertó y su penetrante mirada dorada está clavada en nosotras. Alli y Joyce se corren y le dejan paso, pero no se alejan demasiado. Black se acerca a mí, agarra mi mano sana y deposita un beso suave en ella: el contacto de sus labios cálidos contra mi fría piel me produce un escalofrío que me recorre el cuerpo entero en décimas de segundo, poniéndomela de gallina.

Las chicas se sientan en el sillón donde antes estaba Black y él se apoya en el cotado de la camilla sin soltarme la mano, como si no quisiera perder el contacto, como si necesitara asegurarse que realmente estoy ahí. Entrelazo nuestros dedos y le doy una pequeña sonrisa animándolo a que continúe. Sus ojos repasan mi cara una y otra vez, veo cómo delinea con las pupilas cada línea de mis facciones, como si estuviera juntado fuerzas para hablar y hacer eso lo ayudara.

Amor en combateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora