18.

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-¿Hola? -preguntó una vez estuvo afuera de su aula de clases, sosteniendo su celular con la mano derecha.

-¿Camila? ¿Bebé? -escuchó una voz que le hablaba dulce del otro lado del celular, lo que causó que su corazón se derrita de ternura.- ¿Estás bien?

La castaña suspiró.

-Sí... bueno, sí. Estoy bien. Aunque yo debería hacerte esa pregunta a ti. ¿Qué pasó? ¿Dónde estuviste todo el día de ayer? -preguntó la castaña, recordando las miles de llamadas que le había hecho a su castaño novio en muchas ocasiones del día anterior.

-Linda... vi las fotos. -Camila sintió que los pelitos de la nuca se le erizaron y se mordió el labio inferior, nerviosa.

-¿Ah sí?... ¿Y...?

-Tenemos que hablar de ese tema, ¿sí? -Camila asintió hasta que se dio cuenta de que él no podría verla.- No estoy enojado, pero sí confundido.

-Prometo explicarte todo, de verdad. -se apresuró a decir y escuchó como el castaño suspiraba del otro lado.

-Eso espero, Mila. De verdad. -su tono de voz no había cambiado y Camila agradecía infinitamente eso. No le gusta escucharlo enojado.- Tengo tantas preguntas que...

-Te responderé todo, lo prometo. ¿No estás enojado? ¿Seguro?

-Al principio me enojé, chica. No te voy a mentir. Pero... te conozco y sé cuánto tiempo llevamos juntos como relación y lo especial que eres para mí. Te quiero tanto que... -suspiró.- bueno. Como te decía, luego me di cuenta de que no eres así y, decidí darme mi tiempo para hablar contigo y solucionar esto como personas maduras, ¿no? -la castaña volvió a asentir.- No pienso perderte por una tontería.

La castaña sonrió y dio unos pequeños saltitos, emocionada.

-Muchas gracias por no molestarte.

-Solucionaremos esto, siempre lo hacemos. -dijo el chico mientras la castaña se tranquilizaba.- Ahora entra a tus clases antes de que te llamen la atención, bebé. Ya nos veremos, ¿sí?

-Sí, claro que sí. Te quiero muchísimo. -susurró la castaña. Alessandro sonrió del otro lado.

-Yo más, linda. Adiós, ten un lindo día.

Ambos colgaron y Camila sonrió como una tonta enamorada mientras tenía la mirada perdida.

Así se dirigió a su aula, sentándose en su habitual lugar y posando su mano en su mentón.

-Hm... Hola Camila. -saludó Ariana, pasando una mano delante de los ojos de Camila, sacudiendola llamando su atención.

-Oh, hola Ari. -sonrió la chica mientras volteaba a ver a sus demás compañeros.

-Justo estábamos hablando de ti, Camila. -dijo Dove, sacando su cuaderno de Filosofía. La castaña asintió, sin dejar de sonreír.- Oye, es serio.

-Sí. Tú, chica, eres malvada. -dijo Selena, jugueteando con uno de sus lapiceros. La castaña la miró confundida.- Todos están diciendo que le eres infiel a Alessandro. -dijo señalando a un grupo detrás suyo, que era liderado por Lele Pons y Juanpa Zurita.

Camila observó atrás de su amiga y se encogió de hombros, sin dejar de sonreír.

-Me da igual lo que digan. -dijo.

Dove frunció el ceño, confundida.

-¿No les dirás nada?

-Que digan lo que quieran mientras no se metan conmigo.

(...)

-¿Qué hablas? ¿Estás loco? ¿Te has drogado o algo?

-Shawn, eres tú. ¡Acabas de salir en la TV! Mi mamá está más emocionada que cuando leí a los 4 años por primera vez. Y eso que fue una frase muy motivadora, ¿eh? "Se solicita masajista de edad joven y con disposición de tiempo"... Muy conmovedor. Aún lo recuerdo...

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