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-¿Estás segura? -preguntó el castaño, recordando que hace unos días se quedó dormido a su costado y la chica casi explota.

Literalmente.

-Pues... solo hasta que pueda dormir. -susurró, tímida, al observar la reacción del castaño.- No puedo dormir ahora, a pesar de que estoy cansada.

El castaño se rascó la nuca, inseguro.

No quiere que la chica vuelva a enojarse con él si es que se queda dormido a su lado. Es decir, ya ha pasado antes, no quiere que pase lo mismo. 

Es como una especie de martirio, y no le gusta. Para nada.

-Me quedaré contigo hasta que duermas. -dijo, observándola a los ojos que aún seguían llorosos.

No iba a dejarla así sola. 

La chica sonrió levemente, sintiendo unas pequeñas cosquillas en su estómago y asintió.

El chico también le sonrió, sin mostrar los dientes, y volvió a sentarse a su costado, pasando su brazo por los hombros de la castaña y atrayéndola hacia él, mientras ella trataba de aferrarse lo más que podía.

Con él se sentía... segura. Por más loco que suene.

-¿Te sientes mejor? -preguntó el chico, acariciándole el brazo con la otra mano suavemente. La chica suspiró.

-Pues... sí. Es decir, contigo me siento mejor. -dijo, cerrando los ojos, sin pensar muy bien lo que decía y hablando por sus sentimientos. Luego, al darse cuenta de lo que había dicho, abrió mucho los ojos. Eso había sonado... intenso.- Quiero decir que... tú sabes, contigo y... tú sabes. El brownie y... tú sabes. El abrazo y... delivery... tú sabes. -dijo, poniéndose nerviosa de la nada, sintiendo que sus mejillas comenzaban a ponerse ligeramente rojas de la vergüenza.

Shawn sonrió levemente al escucharla y posó su cabeza contra la suya, al haber diferencia de tamaño encajaban perfectamente.

-Me alegra que el servicio delivery de Shawn te haya ayudado. -le dijo, sintiéndose especial al haber hecho sentirse mejor a la menor de los Cabello.

Camila se relamió los labios, nerviosa, queriendo que al tierra la trague.

Con comentarios así de profundos va a espantar a Shawn. De seguro ya hasta él piensa que ella ya ideó toda una vida juntos, con una casa, 2 hijos, 1 perro, 1 pollo y un... conejo.

Aunque no sería mala idea.

¿Qué? 

No, definitivamente está delirando. Debe dormir. Sí. Eso debe hacer.

Haber estado casi más de 24 horas despierta debe haberle afectado.

Y le está afectando ahora.

Tomó aire.

-Si gustas podemos ver una película. -le dijo el castaño, mirándola.- A ver si así te agarra el sueño, porque debes dormir Mila. -dijo, examinando detenidamente sus ojos.- Tus ojos están irritados y tienes ojeras bajo ellos, definitivamente debes descansar. -dijo, acariciándole la mejilla cariñosamente. La chica tomó aire y asintió.

Estaba muy cansada.

-¿Qué quieres ver? -preguntó, mientras tomaba el control remoto y buscaba entre todo el catálogo de Netflix. La chica alzó la mirada y se encogió de hombros.

-Me da igual. -dijo, mientras hacía un esfuerzo por levantar sus brazo para tallarse los pjos, algo inútil porque aún le dolían, mucho. El castaño asintió mientras comenzaba a buscar entre las películas y series que estaban disponibles.

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